La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana abarca Doctrina y Convenios 51-57, que incluye los principios de consagración y mayordomía.
A continuación, se presentan algunas citas de líderes de la Iglesia, tanto pasados como presentes, sobre estas secciones de Doctrina y Convenios.
Doctrina y Convenios 51
“‘Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis’” (Mateo 24:44; véase también Doctrina y Convenios 51:20).
“¿Qué tal si el día de Su venida fuese mañana? Si supiéramos que mañana nos encontraríamos con el Señor, ya fuese por medio de nuestra muerte prematura o de Su inesperada venida, ¿qué haríamos hoy? ¿Qué confesiones haríamos? ¿Qué dejaríamos de hacer? ¿Qué problemas o desacuerdos solucionaríamos? ¿A quién perdonaríamos? ¿De qué cosas testificaríamos?
“Si entonces hiciésemos esas cosas, ¿por qué no ahora? ¿Por qué no procurar la paz mientras se puede alcanzar? Si las lámparas de nuestra preparación están casi vacías, empecemos de inmediato a llenarlas”.
— Presidente Dallin H. Oaks, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2004, “La preparación para la Segunda Venida”
“‘Y el que fuere hallado mayordomo fiel, justo y sabio entrará en el gozo de su Señor y heredará la vida eterna’ (Doctrina y Convenios 51:19). La parte de esta promesa que dice ‘entrará en el gozo de su Señor’ se nos da incluso para esta vida mientras estemos aquí en la tierra. Y si somos fieles, justos y prudentes mayordomos ahora, entraremos en el gozo de [nuestro] Señor y Salvador ahora y nos prepararemos para la vida eterna. Ahora, hermanos, determinamos dónde estaremos al dejar esta vida mortal, porque cuando llegue la hora de la redención, habrá pasado la hora de la preparación”.
— El difunto élder Jacob de Jager, entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 1976, “Grítenlo a los cuatro vientos” (en inglés)
Doctrina y Convenios 52
“En junio de 1831, al extenderse los llamamientos a los primeros líderes de la Iglesia, se le dijo a José Smith que ‘Satanás anda por la tierra engañando a las naciones’. Para combatir esa influencia que distrae, el Señor dijo que Él nos daría ‘una norma en todas las cosas, para que no [seamos] engañados’ (Doctrina y Convenios 52:14).
“Las normas o modelos son plantillas, guías, pasos que se deben repetir o senderos que uno sigue para permanecer alineado con el propósito de Dios. Si los seguimos, nos mantendrán humildes, alertas y capaces de discernir la voz del Espíritu Santo de las otras voces que nos distraen y nos apartan del camino. El Señor entonces nos instruye: ‘El que tiemble bajo mi poder será fortalecido, y dará frutos de alabanza y sabiduría, de acuerdo con las revelaciones y las verdades que os he dado’ (Doctrina y Convenios 52:17)”.
— El difunto élder Paul E. Koelliker, entonces Setenta Autoridad General, en la conferencia general de abril de 2012, “Él en verdad nos ama”
“Vivimos en una época en la que muchas personas hacen frente a calamidades y necesitan ayuda debido a los efectos devastadores de terremotos, maremotos, huracanes y otras catástrofes naturales. La Iglesia extiende una mano a estas personas mediante la ayuda humanitaria, y los miembros de la Iglesia fielmente aportan ofrendas de ayuno generosas todos los meses y prestan servicio con un espíritu de amor. Literalmente, ofrecen manos que ayudan a la manera del Señor. Obedecen el mandamiento que dio el Señor de recordar ‘en todas las cosas a los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos, porque el que no hace estas cosas no es mi discípulo’ (Doctrina y Convenios 52:40)”.
— El difunto élder Koichi Aoyagi, entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2010, “Manos que ayudan, manos que salvan”

“Nuestro Padre Celestial declara en Doctrina y Convenios 52:14: ‘Os daré una norma en todas las cosas, para que no seáis engañados; porque Satanás anda por la tierra engañando a las naciones’. Para evitar ese engaño debemos prestar atención a los modelos de rectitud que debemos seguir. Me gustaría mencionar tres de ellos: la oración, el estudio de las Escrituras y el servicio al prójimo.
“Después de aprender la importancia de la oración, este hábito de orar diariamente influye en otras personas por medio de la enseñanza y el buen ejemplo. …
“El estudio de las Escrituras aumenta nuestro entendimiento del modelo a seguir para lograr la rectitud. …
“Prestar servicio abnegado es otro hermoso ejemplo de rectitud que muy a menudo aprendemos en nuestro hogar. Las Escrituras nos enseñan la importancia del servicio y los lideres testifican de ello”.
— La difunta hermana Janette C. Hales, entonces segunda consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, en la conferencia general de abril de 1991, “Un modelo de rectitud”
“Un dólar donado para una contribución de bienestar o una ofrenda de ayuno, un día de servicio voluntario, una visita (incluso sin una hogaza de pan), multiplicado por un millón y medio de miembros, puede aliviar mucho sufrimiento.
“Así pues, aunque las necesidades de bienestar se extienden ante nosotros de un alcance diferente al de 1842, pero también similar, el desafío para la Sociedad de Socorro hoy sigue siendo el mismo de entonces: buscar a los pobres, atender sus necesidades y prevenir problemas mediante el aprendizaje, la enseñanza y la práctica de los principios de bienestar. El Señor habló con claridad cuando le dijo a José Smith:
“‘Y recordad en todas las cosas a los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos, porque el que no hace estas cosas no es mi discípulo’ (Doctrina y Convenios 52:40)”.
— La difunta hermana Marian R. Boyer, entonces primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de octubre de 1981, “La Sociedad de Socorro en el Bienestar” (en inglés)
“La importancia de cuidar de los pobres y necesitados se enfatiza dramáticamente en la revelación que recibió el profeta en Kirtland el 7 de junio de 1831, en la que el Señor dividió a los hermanos que enviaba a Misuri. Estos hermanos, prácticamente indigentes, debían recorrer cuatro estados como pudieran. El propio profeta caminó casi toda la distancia desde St. Louis hasta Independence, una distancia de aproximadamente 482 kilómetros. Sin embargo, y a pesar de que enfrentaban estas dificultades, el Señor concluyó así Sus instrucciones:
“‘Y recordad en todas las cosas a los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos, porque el que no hace estas cosas no es mi discípulo’ (Doctrina y Convenios 52:40).
“Ya que estos hermanos, en su apuro, no podían ser considerados Sus discípulos sin recordar a ‘los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos’, ¿cuál será nuestra difícil situación, hermanos, si en nuestra prosperidad no los recordamos?”
— El difunto presidente Marion G. Romney, entonces segundo consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de octubre de 1972, “El cuidado de los pobres y los necesitados” (en inglés)
Doctrina y Convenios 53
“¿Cuál es el significado de estas advertencias y estos mandamientos de las Escrituras de no ser ‘del mundo’ o el mandamiento de nuestros días de ‘renunciar al mundo’? (Doctrina y Convenios 53:2). El presidente Thomas S. Monson resumió estas enseñanzas: ‘Debemos estar atentos en un mundo que se ha alejado tanto de lo que es espiritual. Es esencial que rechacemos cualquier cosa que no se ajuste a nuestras normas, negándonos, en el proceso, a renunciar a lo que más deseamos: la vida eterna en el reino de Dios’ (Conferencia general de octubre de 2011, ‘Permaneced en lugares santos‘)”.
— Presidente Dallin H. Oaks, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2017, “El plan y la proclamación”
Doctrina y Convenios 54

“Algunos parecen valorar el amor de Dios por la esperanza que tienen de que Su amor sea tan grande y tan incondicional que los eximirá de manera misericordiosa de obedecer Sus leyes. En contraste, aquellos que comprenden el plan de Dios para Sus hijos saben que Sus leyes son invariables, lo cual es otra grandiosa evidencia del amor que Él tiene por Sus hijos. La misericordia no puede robar a la justicia, y los que obtienen la misericordia son ‘aquellos que han guardado el convenio y observado el mandamiento’ (Doctrina y Convenios 54:6)”.
— Presidente Dallin H. Oaks, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2009, “El amor y la ley”
“El miembro fiel de la Iglesia aprende que, en tiempos de dificultades económicas, el Señor ayuda a quienes lo han buscado con anticipación (véase Doctrina y Convenios 54:10). Pero aquellos miembros que no han comenzado temprano en su vida religiosa pueden decidir buscar al Señor con mayor diligencia. Aprendemos a reconocer la mano del Señor al ayudarnos. En tiempos difíciles, tenemos la oportunidad de reevaluar y reorganizar nuestras prioridades en la vida. Aprendemos qué es lo más importante para nosotros. El camino está abierto para fortalecer la fe y el testimonio”.
— El difunto presidente James E. Faust, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 1982, “Las bendiciones que recibimos al afrontar los desafíos de las dificultades económicas” (en inglés)
Doctrina y Convenios 56
“Muchos en el juego de la vida llegan a primera, segunda o incluso tercera base, pero luego no logran anotar. Tienden a vivir para sí mismos, negando sus generosos instintos, aferrándose a las posesiones y, en su vida egocéntrica y sin inspiración, sin compartir ni el talento ni la fe con los demás. De ellos, el Señor ha dicho: ‘Y esta será vuestra lamentación en el día de visitación, de juicio y de indignación: ¡La siega ha pasado, el verano ha terminado y mi alma no se ha salvado!’ (Doctrina y Convenios 56:16)”.
— El difunto presidente Gordon B. Hinckley, entonces miembro del Consejo de los Doce, conferencia general de abril de 1979, “Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente” (en inglés)
“El camino del Señor está diseñado para ayudarnos a cada uno de nosotros a prepararnos para nuestras propias necesidades y también a cuidar de los necesitados de tal manera que preservemos o restauremos su independencia, laboriosidad y autoestima. Condena a quienes son ociosos sin control, ‘cuyos corazones no están quebrantados, cuyos espíritus no son contritos y cuyos vientres no están satisfechos; cuyas manos no se abstienen de echarse sobre los bienes ajenos; cuyos ojos están llenos de codicia; que no queréis trabajar con vuestras propias manos!’ (Doctrina y Convenios 56:17). Sin embargo, se regocija en buscar y ministrar a los benditos pobres, ‘que son puros de corazón, cuyos corazones están quebrantados y cuyos espíritus son contritos’ (Doctrina y Convenios 56:18)”.
— El difunto élder Victor L. Brown, entonces obispo presidente, conferencia general de abril de 1976, “La Iglesia y la familia en los Servicios de Bienestar” (en inglés)
Doctrina y Convenios 57
“En esta última dispensación, el Señor ha enseñado la importancia de la dedicación completa a Su servicio y la estricta obediencia a Sus mandamientos con el mismo énfasis que durante Su ministerio terrenal. Por ejemplo, en 1831, el primer año después de la organización de la Iglesia, el Señor reveló por medio del profeta José Smith, quien visitaba a los santos reunidos en el condado de Jackson, Misuri, que se encontraban en ‘la tierra prometida… el sitio para la ciudad de Sion’ (Doctrina y Convenios 57:2). Esta buena noticia aumentó el entusiasmo de los santos, quienes ya anhelaban las bendiciones de Sion tal como sería en su gloria.
“En ese momento, para tranquilizarlos un poco y hacerles comprender que el establecimiento de Sion dependería de su obediencia a Su ley, el Señor les dijo:
“‘Escuchad, oh élderes de mi iglesia, y dad oído a mi palabra, y de mí aprended mi voluntad en cuanto a vosotros, y también concerniente a esta tierra a la cual os he mandado’.
“‘Porque de cierto os digo, bienaventurado es el que guarda mis mandamientos, sea en vida o muerte; y el que es fiel en la tribulación tendrá mayor galardón en el reino de los cielos.
‘Porque tras mucha tribulación vienen las bendiciones. …
‘Recordad esto que os digo de antemano, para que lo consideréis en el corazón’ (Doctrina y Convenios 58:1–2, 4–5).
‘El Señor les recordaba a los santos que les esperaban algunas tribulaciones antes de poder disfrutar de las bendiciones prometidas de Sion tal como será en su gloria’”.
— El difunto presidente Marion G. Romney, entonces segundo consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de octubre de 1978, “Un discípulo de Cristo” (en inglés)
