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‘Ven, sígueme’ del 24 de febrero al 2 de marzo: ¿Qué han dicho los líderes de la Iglesia sobre Doctrina y Convenios 18?

La guía de estudio de esta semana incluye revelación sobre el arrepentimiento, la expiación de Jesucristo y el valor de las almas

La guía de estudio de esta semana “Ven, sígueme” cubre Doctrina y Convenios 18, que incluye revelación sobre el arrepentimiento, la expiación de Jesucristo y el valor de las almas.

A continuación se presentan algunas citas de líderes pasados y presentes sobre esta sección de Doctrina y Convenios.

‘Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios’

“A todos aquellos que decidan servir al Señor, les prometo que los veinticuatro o dieciocho meses de servicio transcurrirán en el campo misional igual que si se hubieran quedado en casa, pero las oportunidades que esperan en el campo misional a los hombres y a las mujeres jóvenes dignos de esta Iglesia son únicas. El privilegio de representar al Salvador Jesucristo y a Su Iglesia no puede ser ignorado. Participar en innumerables oraciones, desarrollar y compartir su testimonio varias veces al día, estudiar las Escrituras durante muchas horas o conocer a personas a las que no habrían conocido si se hubieran quedado en casa son experiencias indescriptibles. Ese mismo nivel de experiencia se reserva para aquellos jóvenes a quienes el Señor llama a servir en misiones de servicio. Ustedes están más que invitados y son necesarios. Por favor, no minimicen la importancia de una misión de servicio, porque las misiones de servicio también aportan experiencias indescriptibles. “[E]l valor de las almas es grande a la vista de Dios” (Doctrina y Convenios 18:10) y eso incluye el valor del alma de ustedes”.

— Élder Denelson Silva, Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2022, “Valentía para proclamar la verdad

“Sin duda, hay muchas causas nobles en el mundo; es imposible mencionarlas todas, pero ¿no les gustaría participar en una gran causa que está a su alcance y en la que su contribución marca una diferencia crucial? El recogimiento marca una diferencia eterna para todos. En esa causa pueden participar personas de todas las edades, independientemente de sus circunstancias o de dónde vivan. No hay ninguna otra causa más inclusiva en el mundo. …

“Sí, ustedes han sido preparados antes de esta vida y han nacido ahora para participar en la gran obra del recogimiento de Israel a ambos lados del velo en estos últimos días.

“¿Por qué es tan importante esta causa? Porque ‘el valor de las almas es grande a la vista de Dios” (Doctrina y Convenios 18:10)’”.

— Élder Marcos A. Aidukaitis, Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2022, “Alza tu corazón y regocíjate

“En nuestra familia tenemos un antepasado que se unió a la Iglesia en Europa en los primeros días de la Iglesia. Uno de los hijos se inactivó. Mi esposa y yo hemos intentado ubicar a los descendientes inactivos de ese antepasado.

“Para mi esposa y para mí fue fácil llegar a la conclusión de que, durante las siguientes seis generaciones, con una estimación razonable, podrían haberse perdido hasta 3 000 integrantes de la familia. Ahora imagínense dos generaciones más. En teoría, la pérdida podría ser de 20 000 a 30 000 hijos de nuestro Padre Celestial.

“El mandato de rescatar se basa en una de las doctrinas fundamentales de la Iglesia.

“’Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios;

“’Porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él

“‘Y si acontece que trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo y me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre!’” (Doctrina y Convenios 18:10–11).

“He tenido el privilegio de rescatar a unos cuantos miembros menos activos durante mi vida. Cuando ayudo a alguien a que vuelva a estar activo en la Iglesia, no visualizo una sola alma; veo a seis, siete o más generaciones, a miles de almas. Y después pienso en el pasaje de las Escrituras: ‘…me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo!’ (Doctrina y Convenios 18:15)”.

— Obispo Richard C. Edgley, entonces recientemente relevado como primer consejero del Obispado Presidente, en la conferencia general de abril de 2012, “El rescate para el verdadero crecimiento

“Ahora quisiera hablar un momento a ustedes, maestros: padres, madres, líderes del sacerdocio, obispos, presidentes de estaca, y maestros y maestras de la Primaria, de las Mujeres Jóvenes, de los Hombres Jóvenes y de la Escuela Dominical. El Señor ha recordado a todos que ‘el valor de las almas es grande a la vista de Dios’ (Doctrina y Convenios 18:10). Todos tenemos la responsabilidad de enseñar y guiar a esos maravillosos jóvenes y jovencitas y allegarnos a ellos por medio de nuestro ejemplo”.

— El difunto élder Harold G. Hillam (en inglés), en ese entonces Setenta Autoridad General, en la conferencia general de abril de 2000, “Futuros líderes

‘Habéis oído mi voz’

Jesucristo, vestido con una túnica blanca y un manto rojo sobre su hombro, baja por las gradas de un templo antiguo. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“El Espíritu Santo nos guía hacia la verdad y nos testifica de ella. Él ilumina nuestra mente, renueva nuestro entendimiento y nos toca el corazón mediante la revelación de Dios, la fuente de toda verdad. El Espíritu Santo nos purifica el corazón. Él inspira en nosotros el deseo de vivir conforme a la verdad y nos susurra maneras de hacerlo. …

“Al hablar de las palabras que reveló al profeta José Smith, nuestro Salvador dijo:

“’Estas palabras no son de hombres, ni de hombre, sino mías; …

“’Porque es mi voz la que os las declara; porque os son dadas por mi Espíritu…

“‘Por tanto, podéis testificar que habéis oído mi voz y que conocéis mis palabras” (Doctrina y Convenios 18:34–36).

“Debemos buscar la compañía del Espíritu Santo. Esta meta debe gobernar nuestras decisiones y guiar nuestros pensamientos y acciones. Debemos buscar todo lo que invite la influencia del Espíritu y rechazar cualquier cosa que nos desvíe de ella”.

— Élder Arnulfo Valenzuela, Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2021, “Profundizar nuestra conversión a Jesucristo

La expiación y el arrepentimiento

“Nuestro Salvador y Redentor soportó un sufrimiento incomprensible para convertirse en un sacrificio por los pecados de todos los seres mortales que se arrepientan. Ese sacrificio expiatorio ofreció el bien supremo, el Cordero puro y sin mancha, a cambio de la medida suprema de la maldad: los pecados del mundo entero. Nos abrió la puerta a todos nosotros para que seamos limpios de nuestros propios pecados a fin de que podamos ser readmitidos en la presencia de Dios, nuestro Padre Eterno. Esa puerta abierta está disponible para todos los hijos de Dios. …

“El magnífico e incomprensible efecto de la expiación de Jesucristo se basa en el amor de Dios por cada uno de nosotros y afirma Su declaración de que ‘el valor de las almas’ —la de cada uno — ‘es grande a la vista de Dios’ (Doctrina y Convenios 18:10)”.

— Presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de abril de 2021, “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?

“La obra misional infunde vida a la Iglesia. No hay obra más grande ni más importante; bendice a todos los que participan en ella y seguirá bendiciendo a generaciones futuras.

“Quizás se pregunten: ¿Cómo puedo ayudar en la obra misional? ¿Cómo puedo participar? Hay dos verdades fundamentales que hay que tener presente al embarcarse en la obra. La primera es tener una clara comprensión de que Dios ama a todos Sus hijos y desea la salvación de ellos. En Doctrina y Convenios 18:13 leemos: ‘¡Y cuán grande es su gozo por el alma que se arrepiente!’. La segunda es que nuestro mensaje de Cristo y de Su Evangelio restaurado es el don más importante que se pueda obsequiar”.

— Hermana Silvia H. Allred, entonces primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de octubre de 2008, “Por tanto, id

“Los ángeles del diablo convencen a algunos de que han nacido a una vida de la que no hay salida y se ven obligados a vivir en pecado. La más malvada de las mentiras es que no pueden cambiar ni arrepentirse, y que no serán perdonados. Esto no es verdad; se han olvidado de la Expiación de Cristo.

“‘Porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él’” (Doctrina y Convenios 18:11).

“Cristo es el Creador, el Médico. Lo que Él creó, Él puede reparar. El Evangelio de Jesucristo es el Evangelio de arrepentimiento y perdón”.

— El difunto presidente Boyd K. Packer (en inglés), presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2005, “‘No recordaré más sus pecados’”

"El Hijo Pródigo" es de Clark Kelley Price.
"El Hijo Pródigo" es de Clark Kelley Price. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“Se requiere valor para regresar si nos hemos desviado de la senda del Salvador. Les prometo que si ejercitan ese valor y dan los pasos necesarios, se encontrarán con una efusión de amor. Habrá muchos que se regocijarán con ustedes y les tenderán la mano en señal de hermandad. Serán nutridos de amor y su corazón rebozará de gozo.

“’Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios;

“’porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él…. …

“‘¡Y cuán grande es su gozo por el alma que se arrepiente!’” (Doctrina y Convenios 18:10–11, 13)”.

— Élder Ned B. Roueché, en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2004, “‘Apacienta mis ovejas’”

“No queremos que Dios llore porque no hicimos todo lo posible por compartir con Sus hijos las verdades reveladas del Evangelio. Ruego que cada uno de nuestros jóvenes trate de conocer las bendiciones de la Expiación y se esfuerce por ser digno de servir al Señor en el campo misional. Ciertamente muchos más matrimonios mayores y otras personas cuya salud se los permitiera desearían ansiosamente servir al Señor como misioneros si meditaran en el significado del sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo. Fue Jesús quien dijo: ‘Y si acontece que trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo y me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre!’ (Doctrina y Convenios 18:15). No sólo eso, sino que grande será el gozo del Señor en el alma que se arrepiente, porque toda persona es valiosa para Él”.

— El difunto presidente M. Russell Ballard, en ese entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, en la conferencia general de abril de 2004, “La Expiación y el valor de un alma

“La prueba de la Expiación se centró en la ciudad de Jerusalén, en donde tuvo lugar el acto más grande de amor de toda la historia. Partiendo del aposento alto, Jesús y Sus amigos cruzaron el hondo barranco al este de la ciudad y llegaron a un huerto de olivos en las laderas más bajas del monte de los Olivos. En ese huerto con el nombre hebreo de Getsemaní que significa ‘prensa de aceite’, se habían aplastado y prensado las aceitunas para hacer aceite y proporcionar alimento. Allí mismo, en Getsemaní, el Señor ‘sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a el’ (Doctrina y Convenios 18:11). Tomó sobre si el peso de los pecados de todo el género humano, al soportar la carga masiva que hizo que sangrara por cada poro”.

— Presidente Russell M. Nelson, en ese entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 1996, “La Expiación

“[Jesucristo] pudo haber tenido poder y honores políticos; opto en cambio por sanar y enseñar. Pudo haberse ganado el favor de los de Su pueblo liberándolos de la opresión de los romanos; en vez de ello, los salvo de sus pecados y fue rechazado por los suyos. Sacrificó la gloria de Galilea para sufrir la humillación y el juicio de Jerusalén. Luego, de manera literal, el Señor Jesucristo pagó las máximas exigencias de nuestro rescate al sufrir ‘el dolor de todos los hombres’ (Doctrina y Convenios l8: ll)”.

— El difunto élder Bruce D. Porter (en inglés), entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 1995, “Redentor de Israel

“La muerte, el divorcio, la transgresión, la soledad y la desesperación nos llevan al jardín de Getsemaní. Los brazos extendidos del Maestro están abiertos para recibir a todos. La parábola del hijo pródigo es hermosa. Demuestra caridad. Su amor y compasión rodean eternamente a cada alma que camina sobre la tierra. Todo hombre, mujer o joven que regrese a casa después de un viaje pródigo o un periodo de inactividad encontrará al Salvador esperando con los brazos abiertos. Su acto expiatorio satisfará la justicia y extenderá misericordia a todos los que ‘ven[gan] a él’ (Doctrina y Convenios 18:11)”.

— El difunto élder Vaughn J. Featherstone, en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 1982, “‘Por débil que sea la luz que brille’” (ambos en inglés)

‘No hay otro nombre dado, mediante el cual el hombre pueda ser salvo’

Jesucristo enseña a los nefitas en esta imagen de los Videos del Libro de Mormón.
Jesucristo enseña a los nefitas en esta imagen de los Videos del Libro de Mormón. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

“¿Por cuál nombre se nos llama?

“‘He aquí, Jesucristo es el nombre dado por el Padre, y no hay otro nombre dado, mediante el cual el hombre pueda ser salvo’” (Doctrina y Convenios 18:23).

“¿Las cosas que pensamos y hacemos nos dan derecho a llevar el nombre de Jesucristo? ¿Nos inspira y nos eleva vuestro amor por ese santo nombre, y nos hace desear que todo el mundo sepa de Él y reciba por sí mismo Su sagrado nombre? ¿Sentimos un dolor agudo, como si una daga nos hubiera atravesado el corazón, cuando oímos que se toma en vano el nombre del Hijo de Dios? ¿Atravesamos alguna vez puertas por las que Él nunca entraría? ¿Hemos conservado Su nombre inmaculado, de modo que por nuestra causa no se le ha permitido entrar en contacto con lo que es vil e indigno? ¿En Su nombre somos edificadores de Su reino? Ningún hombre puede servir a dos señores. Los hombres deben declararse siervos de Cristo, tomar sobre sí su nombre y hacer su obra, o caer víctimas de la tentadora trampa de Satanás, ayudándolo en su obra de destrucción”.

— El difunto élder William R. Bradford, en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 1976, “¿Estamos siguiendo el modelo de Cristo?” (ambos en inglés)

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