La guía de estudio de esta semana “Ven, sígueme” cubre Doctrina y Convenios 6 a 9, que incluye las enseñanzas del Señor a Oliver Cowdery sobre cómo recibir revelación personal.
Doctrina y Convenios 6
“No podemos prever los detalles, pero conocemos el panorama general. Sabemos que en los últimos días el mundo estará en conmoción; sabemos que, en medio de cualquier dificultad que se presente, el Señor liderará a los Santos de los Últimos Días fieles para que lleven el evangelio de Jesucristo a toda nación, tribu, lengua y pueblo; y sabemos que los verdaderos discípulos del Señor serán dignos y estarán preparados para recibirlo cuando Él vuelva. No tenemos que temer.
“De modo que, aun cuando ya hayamos edificado la fe y el valor en nuestro corazón, el Señor espera más de nosotros y de las generaciones venideras. Ellos necesitarán ser más fuertes y valientes porque harán cosas más grandes y más difíciles que las que hemos hecho nosotros, y enfrentarán una mayor oposición del enemigo de nuestras almas.
“El Señor señaló la manera de mantener el optimismo a medida que seguimos adelante: ‘Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis’ (Doctrina y Convenios 6:36)”.
— Presidente Henry B. Eyring, entonces primer consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de octubre de 2017, “No tengáis miedo de hacer lo bueno”
“¿Cómo permitimos que sea Dios y no el adversario quien prevalezca en nuestra vida? En Doctrina y Convenios 6:34, leemos: ‘Así que, no temáis, rebañito; haced lo bueno; aunque se combinen en contra de vosotros la tierra y el infierno, pues si estáis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer’. Esta es una promesa muy importante. Aunque la tierra y el infierno se combinen en contra de nosotros, no pueden prevalecer si elegimos permitir que Dios prevalezca al edificar nuestra vida sobre Su roca”.
— Élder Chi Hong (Sam) Wong, Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2021, “Ellos no pueden prevalecer y nosotros no podemos caer”
“Congregados en esta reunión, que llega a todo el mundo, están millones de discípulos de Jesucristo que han hecho convenio de recordarle y servirle siempre. Mediante el milagro de la tecnología moderna se desvanece la separación del tiempo y de las vastas distancias, y nos reunimos como si todos estuviéramos en un gran auditorio.
“Pero mucho más importante que estar todos reunidos es en nombre de quién lo hacemos. El Señor prometió que, aun con el gran número de Sus discípulos actualmente en la tierra, Él estaría cerca de cada uno de nosotros. Él dijo a Su pequeño grupo de discípulos en 1829: ‘De cierto, de cierto os digo… [donde] estén dos o tres congregados en mi nombre… he aquí, allí estaré yo en medio de ellos, así como estoy yo en medio de vosotros’ (Doctrina y Convenios 6:32).
“Ahora, si contamos en esta conferencia no hay uno ni dos, sino una multitud de Sus discípulos y, tal y como prometió, el Señor está en medio de nosotros. Como Él es un ser resucitado y glorificado, no está físicamente en todo lugar donde se reúnen los santos, pero por el poder del Espíritu podemos sentir que está aquí con nosotros hoy”.
— Presidente Henry B. Eyring, entonces primer consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de abril de 2016, “Donde estén dos o tres congregados”
“En nuestra vida diaria, los interminables informes de violencia criminal, hambre, guerras, corrupción, terrorismo, valores en declive, enfermedades y fuerzas destructivas de la naturaleza pueden engendrar temor y aprensión. …
“Podemos ser bendecidos para vencer nuestros temores y fortalecer nuestra fe al seguir las instrucciones del Señor: ‘Elevad hacia mí todo pensamiento; no dudéis; no temáis’ (Doctrina y Convenios 6:36)”.
— Élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2015, “Por tanto, calmaron sus temores”

“El Señor es muy generoso en cuanto a dar revelaciones. ¿No le recordó Él a José Smith y a Oliver Cowdery: ‘me has consultado, y… cuantas veces lo has hecho, has recibido instrucción de mi Espíritu?’ (Doctrina y Convenios 6:14). Así puede suceder con ustedes, presidentes de cuórum de diáconos. El Señor los ama y desea revelarles la mente y voluntad de Él. ¿Pueden imaginarse al Señor teniendo un problema que Él no pueda resolver? Yo no puedo. Debido a que ustedes están autorizados a recibir revelación, Él puede ayudarlos a resolver cualquier preocupación que tengan como presidentes de su quórum, si tan sólo piden Su ayuda”.
— Élder Tad R. Callister, en ese entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2013, “El poder del sacerdocio en el joven”
“Las voces terrenales crecen en volumen y en intensidad. Esas voces constantemente instan a los creyentes a abandonar las creencias que el mundo considera irracionales y tontas. … A veces, tal vez nos sintamos vulnerables y en necesidad de mayor confirmación espiritual. El Señor le dijo a Oliver Cowdery:
“’Si deseas más testimonio, piensa en la noche en que me imploraste en tu corazón, a fin de saber tocante a la verdad de estas cosas.
“’¿No hablé paz a tu mente en cuanto al asunto? ¿Qué mayor testimonio puedes tener que de Dios?’ (Doctrina y Convenios 6:22-23).
“El Señor le recordó a Oliver, y a nosotros, que confiáramos en los sagrados testimonios personales que recibimos cuando nuestra fe es puesta a prueba. Al igual que antes para Moisés, Alma y José, estos divinos encuentros sirven de anclas espirituales para mantenernos seguros y en el curso de las pruebas de la vida”.
— Élder Paul B. Pieper, Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2012, “Mantener sagrado”
“Posteriormente, el Salvador le reveló a Oliver que las veces que había orado para recibir guía, había recibido instrucción del Espíritu del Señor. ‘De lo contrario’, declaró el Señor, ‘no habrías llegado al lugar donde ahora estás. He aquí, tú sabes que me has preguntado y yo te iluminé la mente; y ahora te digo estas cosas para que sepas que te ha iluminado el Espíritu de verdad’ (Doctrina y Convenios 6:14-15).
“Por lo tanto, Oliver recibió una revelación mediante el profeta José Smith en la que se le informaba que había estado recibiendo revelación. Aparentemente, Oliver no había reconocido ni cómo ni cuándo había estado recibiendo orientación de Dios y necesitaba esa instrucción para aumentar su conocimiento del espíritu de revelación. De hecho, Oliver había estado caminando en la luz como cuando el sol se levanta en una mañana nublada.
“En muchas de las incertidumbres y los desafíos que afrontamos en nuestra vida, Dios nos pide que hagamos lo mejor posible, que actuemos y no que se actúe sobre nosotros, y que confiemos en Él. Quizás no veamos ángeles, no escuchemos voces celestiales ni recibamos impresiones espirituales sorprendentes. Tal vez con frecuencia sigamos adelante con esperanza y oración —pero sin absoluta seguridad— de que estamos actuando de acuerdo con la voluntad de Dios. Pero a medida que honremos nuestros convenios y guardemos los mandamientos, al esforzarnos con más constancia por hacer lo bueno y ser mejores, podemos andar con la confianza de que Dios guiará nuestros pasos. Podemos hablar con la certeza de que Dios inspirará nuestras palabras”.
— Élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2011, “El espíritu de revelación”

“Hace poco, tuve la oportunidad de hablar con una dama que me preguntó con respecto a José Smith. Era evidente que dudaba acerca del llamamiento y la misión de él. Al hablarle, acudieron a mi memoria las palabras del Señor a Oliver Cowdery: ‘…apoya fielmente a mi siervo José…’ (Doctrina y Convenios 6:18). Espero que aquel día, y en cada momento de mi vida, se haya dicho y se diga de mí: ‘Ella apoyaba a José’. Deseo ser su amiga”.
— Hermana Kathleen H. Hughes, entonces primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de abril de 2005, “Quienes nos brindan su amor: amigos que tienen el amor de Cristo”
“Esta es una Iglesia de revelación. Nuestro desafío no es que el Señor nos hable, sino escuchar lo que nos dice. Porque Él ha prometido: ‘… cuantas veces [me has consultado], has recibido instrucción de mi Espíritu’ (Doctrina y Convenios 6:14)”.
— Hermana Sheri L. Dew, en ese entonces segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de octubre de 1998, “No estamos solas”
“A los padres se les ha dado una responsabilidad sagrada. Pero los padres necesitan ayuda de tíos, tías, amigos, lideres y maestros que añaden su testimonio cuando comparten sus testimonios con los niños y los jóvenes. Varias veces, las Escrituras nos dicen: ‘… por boca de dos o tres testigos se establecerá toda palabra’ (Doctrina y Convenios 6:28)”.
— Hermana Susan L. Warner, en ese entonces segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, conferencia general de octubre de 1998, “Para que demos testimonio de Él”
“Es importante para todas nosotras saber quiénes somos y lo que Dios espera de nosotras. …
“Pero Jesús sabia quién era. Y Él nos ha declarado ese mensaje claramente: ‘He aquí, soy Jesucristo, el Hijo de Dios …’ (Doctrina y Convenios 6:21.) Él es nuestro Salvador, nuestro Mediador con el Padre”.
— La difunta hermana Ardeth G. Kapp, entonces presidenta general de las Mujeres Jóvenes recientemente relevada, conferencia general de abril de 1992, “Una potente fuerza en pro de la rectitud”
Doctrina y Convenios 7

“Dios, en Su misericordia, no solamente considera nuestros deseos y nuestras acciones, sino también el grado de las dificultades que las circunstancias nos imponen. No es de extrañar que no habremos de lamentarnos en el juicio final, especialmente porque aún la gloria de lo telestial ‘sobrepuja a toda comprensión’ (Doctrina y Convenios 76:89). Dios se deleita en bendecirnos, en especial cuando nos regocijamos ‘en lo que [hemos] deseado’ (Doctrina y Convenios 7:8)”.
— El difunto élder Neal A. Maxwell, en ese entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 1996, “Según nuestros deseos”
Doctrina y Convenios 8
“José Smith y Oliver Cowdery adquirieron una valiosa experiencia con el espíritu de revelación al traducir el Libro de Mormón. Esos hermanos descubrieron que podían recibir el conocimiento que fuera necesario para llevar a cabo su obra si pedían con fe, con un corazón sincero, creyendo que recibirían. Con el tiempo, fueron comprendiendo cada vez más que el espíritu de revelación normalmente funciona como pensamientos y sentimientos que acuden a nuestra mente y corazón por el poder del Espíritu Santo. (Véase Doctrina y Convenios 8:1–2; 100:5–8.) Como el Señor les mandó: ‘Ahora, he aquí, éste es el espíritu de revelación; he aquí, es el espíritu mediante el cual Moisés condujo a los hijos de Israel a través del Mar Rojo sobre tierra seca. Por tanto, éste es tu don; empéñate en él’ (Doctrina y Convenios 8:3–4).
“Hago hincapié en la frase ‘empéñate en él’ en relación con el espíritu de revelación. … A causa de que el Espíritu nos susurra tierna y delicadamente, es fácil comprender por qué debemos rechazar los medios de comunicación inapropiados, la pornografía y las substancias y conductas perjudiciales y adictivas. Esas herramientas del adversario pueden dañar y, con el tiempo, destruir nuestra capacidad para reconocer los sutiles mensajes de Dios por medio del poder de Su Espíritu, y responder a ellos. Cada uno de nosotros debe considerar seriamente y meditar con espíritu de oración cómo rechazar las tentaciones del diablo, y en rectitud ‘empeñarnos’ en el espíritu de revelación en nuestra vida y en la de nuestra familia”.
— Élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2011, “El espíritu de revelación”
“Si tenemos un deseo sincero y nos esforzamos por estar a la altura de las expectativas de nuestro Padre Celestial, Él se asegurará de que recibamos toda la ayuda que necesitemos, ya sea de consuelo, de fortaleza o de disciplina. Si estamos abiertos a ella, la debida corrección vendrá de muchas maneras y de muchas fuentes. Puede venir en el curso de nuestras oraciones cuando Dios hable a nuestra mente y a nuestro corazón mediante el Espíritu Santo (véase Doctrina y Convenios 8:2). Puede venir en forma de oraciones que se respondan con un no o de forma diferente de la que esperábamos. La amonestación puede llegar a medida que estudiemos las Escrituras y se nos recuerden las deficiencias, la desobediencia o la negligencia en pequeños asuntos”.
— Élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2011, “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo”
Doctrina y Convenios 9

“¿Cómo buscamos con nuestra mente? Con nuestro intelecto podemos reflexionar, podemos analizar nuestras circunstancias, podemos clasificar y seleccionar información, sopesar nuestras opciones; podemos almacenar ideas, podemos sacar conclusiones de nuestras experiencias, encontrar respuestas a nuestros problemas; podemos atesorar pensamientos y recibir revelación. ¿No es eso lo que el Señor quiso decir cuando dijo: ‘Debes estudiarlo en tu mente’ y luego preguntarme si estas cosas no son verdaderas (Doctrina y Convenios 9:8)?”.
— Hermana Elaine L. Jack, en ese entonces presidenta general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de octubre de 1994, “Buscad, y hallaréis” (en inglés)
“La relación correcta entre el estudio y la fe en la recepción del conocimiento sagrado se ilustra en el intento de Oliver Cowdery de traducir registros antiguos. Fracasó porque ‘no pensaste sino en pedirme’, sino que solo le preguntó a Dios (Doctrina y Convenios 9:7). El Señor le dijo que debería haberlo ‘estudiarlo en [su] mente’ y luego preguntar si estaba bien (Doctrina y Convenios 9:8). Sólo entonces el Señor revelaría si la traducción era correcta o no. Y sólo al recibir esa revelación se podría escribir el texto, porque ‘no puedes escribir lo que es sagrado a no ser que lo recibas de mí’ (Doctrina y Convenios 9:9). En la adquisición de conocimiento sagrado, la erudición y la razón no son alternativas a la revelación. Son un medio para un fin, y el fin es la revelación de Dios”.
— Presidente Dallin H. Oaks, en ese entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 1989, “Voces alternativas” (en inglés)