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‘El Cristo Viviente’: 25 años de testimonio apostólico

Las palabras de la Primera Presidencia y de los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles, que se compartieron con el mundo el 1° de enero de 2000, constituyen un testimonio del Salvador para el mundo

El 1° de enero de 2000, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días publicó “El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles” en la mañana de una de las fechas más esperadas de la historia.

La Primera Presidencia en ese momento estaba compuesta por el difunto presidente Gordon B. Hinckley y sus consejeros, el presidente Thomas S. Monson y el presidente James E. Faust. Los tres anunciaron conjuntamente la proclamación de 700 palabras (en su versión en inglés) que se publicó inmediatamente en Church News y en las revistas de la Iglesia poco después.

El presidente de la Iglesia Gordon B. Hinckley, centro, con sus consejeros, el presidente Thomas S. Monson, izquierda, y el presidente James E. Faust, en el vestíbulo del Edificio Conmemorativo José Smith en Salt Lake City el 11 de marzo de 2005. | Credit: Tom Smart, Deseret News

En su carta en la que anunciaron la publicación de la proclamación, escribieron: “Agregamos nuestro testimonio al de nuestros predecesores. Los alentamos a utilizar este testimonio escrito para ayudar a edificar la fe de los hijos de nuestro Padre Celestial”.

Veinticinco años después, cuatro de los firmantes originales del documento sirven en la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles: el presidente Russell M. Nelson, el presidente Dallin H. Oaks, el presidente Henry B. Eyring y el presidente Jeffrey R. Holland. Las firmas del presidente Nelson y del presidente Oaks aparecen directamente frente a las del presidente Eyring y el presidente Holland. Los dos últimos eran los miembros más nuevos de los Doce en ese momento. Los otros 11 cuyas firmas están en ese documento han fallecido en el cuarto de siglo desde que se publicó su testimonio colectivo del Salvador.

El presidente Nelson compartió una publicación en las redes sociales el día de Año Nuevo sobre su experiencia con “El Cristo Viviente”. En esa publicación, mencionó a quienes lo han leído y cómo su propio testimonio ha crecido al estudiarlo.

“Durante el último cuarto de siglo, este testimonio ha sido leído, estudiado e incluso memorizado por innumerables discípulos de Jesucristo. Mi estudio de este testimonio aumenta mi deseo, cada día, de ser más semejante a Él”, escribió.

En el año 2000, cuando era miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, el entonces élder Nelson habló con Church News (en inglés) acerca de “El Cristo Viviente” y la serie de videos que lo acompaña, publicada más tarde ese mismo año y titulada “Testigos especiales de Cristo”. Dijo que ambos eran “lo más sagrado que podemos aportar, principalmente nuestro testimonio de que el Cristo Viviente es el Hijo literal de Dios”.

Al igual que los apóstoles que nos han precedido en esta dispensación y en la del Salvador, el presidente Nelson expresó su deseo de que “El Cristo Viviente” resistiera la prueba del tiempo como un testimonio que bendeciría a otras personas durante muchos años en el futuro.

“Queríamos dejar algo que llegara al corazón de las personas y perdurara, incluso más allá de la vida de los que testificaran”, dijo.

El documento, al que el presidente Nelson llamó un “testimonio”, incluye nueve citas de las Escrituras. Dos de ellas provienen del libro de estudio “Ven, sígueme” de este año, Doctrina y Convenios.

La primera de esas dos menciones es la descripción que el profeta José Smith hace del Salvador en Doctrina y Convenios 110:3–4.

“Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía: Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro abogado ante el Padre”.

La segunda incluye el testimonio compartido de José Smith y Sydney Rigdon de Doctrina y Convenios 76:22–24.

“Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, este es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive! Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre; que por él, por medio de él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas para Dios”.

La presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, también publicó (en inglés) el 1° de enero de 2025, en conmemoración del 25.° aniversario de la publicación de este testimonio apostólico.

“La Luz de Cristo no está limitada por una temporada”, dijo, haciendo referencia a la reciente temporada navideña. “Su amor es constante. Su guía es segura. Y Su invitación sigue siendo la misma — ‘Sígueme’”.

Crédito: Intellectual Reserve, Inc.
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