La expresidenta general de las Mujeres Jóvenes, Ardeth Greene Kapp, falleció el sábado, 30 de marzo. Había cumplido 93 años apenas unos días antes.
La hermana Kapp fue la novena presidenta general de las Mujeres Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de 1984 a 1992 y se convirtió en mentora de cientos de miles de jóvenes Santos de los Últimos Días. Su presidencia se destacó por la introducción de los valores de las Mujeres Jóvenes y el fuerte crecimiento del programa Progreso Personal que concluyó en 2019.
Los servicios funerarios están pendientes.
Primeros años
La hermana Kapp nació el 19 de marzo de 1931 es hija de June Leavitt y Ted Greene. Creció en el pequeño pueblo de Glenwood en Alberta, Canadá. De niña trabajó en la tienda de abarrotes de su familia en el campo, y también fue llamada a enseñar en la Primaria a temprana edad.
“Crecí en una familia que le daba mucha importancia a la obediencia”, dijo a la revista Ensign (los anteriores en inglés) en 1984. “Me siento cómoda siguiendo el consejo de los líderes de la Iglesia”.
Aunque el pueblo de la hermana Kapp solo contaba con unas 250 personas, fue allí donde conoció a su futuro esposo. Heber Blaine Kapp fue misionero en la Misión de Canadá Occidental de 1947 a 1949 y sirvió en el barrio donde el padre de Ardeth era obispo. Describió al joven de 16 años en su diario como “lindo y divertido, pero algo joven”.
Posteriormente, la hermana Kapp asistió a la escuela preparatoria Brigham Young (que dejó de funcionar en 1968) en Provo, Utah. El ahora presidente Dallin H. Oaks era un compañero de clase y escribió en su anuario de la escuela preparatoria que tiene “un alma maravillosa que es su posesión más preciada”, informó LDS Living (en inglés).
Acerca de dejar su pequeño pueblo para asistir a la escuela preparatoria en Utah, la hermana Kapp dijo: “Nunca había sobresalido en la escuela, pero […] tuve la fuerte impresión de que debía obtener una educación, aunque muchas personas me dijeron que era algo absurdo […]. A veces, las personas tienen muchos consejos para uno. Pero al final tienes que seguir tu propia inspiración, aunque quizás no tenga sentido para los demás hasta más tarde; a veces tienes que atreverte a pasar por eso solo […]. Fue algo así como subir una escalera. Tenía que soltar una mano antes de poder dar el siguiente paso […]. [Eso] fue una bendición escondida”.
Durante su estancia en la escuela preparatoria Brigham Young, se volvió a conectar con Heber Kapp, el misionero retornado que había servido en su ciudad natal. Se casaron el 28 de junio de 1950 en el Templo de Cardston, Alberta.
La pareja no pudo tener hijos, lo que, según la hermana Kapp, era su “mayor desafío”. Sin embargo, en una entrevista de LDS Living de 2022 (los anteriores en inglés), compartió una bendición que recibió del presidente Gordon B. Hinckley, en la que se le prometió que criaría a sus hijos durante el Milenio.
“Y recuerdo haber pensado: ‘Oh, si hubiera sabido eso 30 años antes, habría sido mucho más fácil’”, dijo la hermana Kapp. “Pero necesitaba que me pusieran a prueba. Y continúa”.
A pesar de reprobar dos grados en la escuela pública, la hermana Kapp se convirtió en maestra y obtuvo una licenciatura de la Universidad de Utah y una maestría en desarrollo curricular de la Universidad Brigham Young.
Fue maestra (ambos en inglés) en el Distrito Escolar del Condado de Davis, escribió programas de televisión para Utah Network of Instructional Television, enseñó en la Facultad de Educación de BYU, donde coordinó el programa de Desarrollo de Liderazgo Estudiantil y formó parte de muchas juntas y comités, como el Comité de Planificación Curricular de la Iglesia, el Sistema Educativo de la Iglesia y Desert Book Company.
También es autora de varios libros, entre ellos “Better Than You Think You Are” (Mejor de lo que crees), “Doing What We Came to Do” (Haciendo lo que vinimos a hacer) y “The Joy of Believing” (El gozo de creer).
Programa de las Mujeres Jóvenes
El servicio de la hermana Kapp en las Mujeres Jóvenes comenzó en 1972, cuando fue llamada como segunda consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes bajo la presidencia de Ruth H. Funk. Ocupó ese cargo hasta 1978. En 1984, ella misma fue llamada como presidenta general de las Mujeres Jóvenes en la misma sesión de la conferencia general cuando el presidente Russell M. Nelson y el presidente Dallin H. Oaks fueron sostenidos como miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Invitada a hablar en esa conferencia general sin previo aviso, la hermana Kapp compartió un mensaje de confianza en los líderes de la Iglesia y esperanza para los padres de los jóvenes.
“Ha sido un privilegio para mí conocer el poder y la fortaleza de los apóstoles que se sientan en los consejos de la Iglesia, guiando esta gran obra en estos últimos días. Y somos parte de esa gran obra. Trabajaremos para que cada joven de la Iglesia esté en las filas valientes de la lealtad, el compromiso y la dedicación. Madres, manténganse firmes; y padres, tengan valor para ser fuertes. Líderes, apoyen a esos grandes padres. Y juntos en unidad prepararemos una generación que estará preparada para la encomienda del Señor, para que Él tenga una casa de miembros dignos cuando Él regrese”.
En 1985, la hermana Kapp, junto con sus consejeras y miembros de la junta general, presentaron el lema y los valores de las Mujeres Jóvenes a la Iglesia bajo la dirección de la Primera Presidencia, informó Church News (en inglés).
Al reflexionar sobre el viaje de un año de descubrimiento en el desarrollo de los valores, la hermana Kapp recordó la “confusión en el mundo acerca de los roles de las mujeres”. Así que ella y sus consejeras de entonces, las fallecidas hermanas Patricia Holland y Maurine Turley (en inglés), junto con otras, comenzaron con lo que consideraban tres cuestiones críticas en la vida de las mujeres jóvenes: “un sentido de su propia identidad”, “un sentido de dirección” y una respuesta a la pregunta: “¿Cuál es mi propósito?”
Luego examinaron los “pilares” indispensables para los miembros de la Iglesia: el bautismo y las ordenanzas y convenios del templo.
De esos temas y pilares críticos surgió el lema de las Mujeres Jóvenes: “Somos hijas de un Padre Celestial. ... Seremos ‘testigos de Dios en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar...’” (Mosíah 18:9).
Se desarrollaron valores, en lugar de metas, dijo la hermana Kapp. “Las metas pueden cambiar, pero los valores nunca cambian. Los valores son la estrella polar, son anclas. Si tienen sus valores establecidos, entonces tienen una base para tomar decisiones”.
Por eso las metas del Progreso Personal, ya establecidas en 1985, encajan en el marco de los valores de las Mujeres Jóvenes. Los colores de los valores de las Mujeres Jóvenes eran simplemente recordatorios fáciles para las mujeres jóvenes, dijo la hermana Kapp.
También dijo que el logo de las Mujeres Jóvenes que acompañaba al lema tenía que ser “universal. Tenía que ser atemporal”. Por eso su presidencia eligió el contorno del rostro de una mujer joven sobre la llama de una antorcha, que representaba la luz. La hermana Kapp lo llamó “algo tan simple que no necesitaba traducción para nadie”.
Después de recibir la aprobación del sacerdocio para la máxima, el lema y los valores de las Mujeres Jóvenes, la hermana Kapp se arrodilló con sus consejeras y otras personas y “expresó gratitud por la guía que va mucho más allá de nuestra capacidad natural”.
La primera transmisión satelital de las Mujeres Jóvenes se llevó a cabo el 10 de noviembre de 1985, durante la cual se presentaron el nuevo lema y los valores de las Mujeres Jóvenes.
En 1986, la primera celebración mundial de las Mujeres Jóvenes — “la nueva generación” — se conmemoró invitando a las mujeres jóvenes a escribir sus testimonios, atarlos en globos llenos de helio y soltarlos al cielo.
El programa Progreso Personal se publicó posteriormente en 1989 (se suspendió en 2019 y fue reemplazado por una nueva iniciativa mundial para niños y jóvenes[en inglés]).
Años más tarde, durante un almuerzo en 2010 (en inglés) en honor a ella y a la fallecida hermana Elaine A. Cannon, la hermana Kapp recordó haber trabajado con sus consejeras y la junta directiva para crear el lema de las Mujeres Jóvenes e identificar los valores de las Mujeres Jóvenes.
La presidencia, dijo la hermana Kapp, trabajó tan duro como pudo y luego llevó sus recomendaciones a sus líderes del sacerdocio. Antes de la reunión, la hermana Kapp dijo que se arrodillaron en oración y pidieron al Señor que abriera los oídos de los apóstoles a sus recomendaciones, si eran correctas y si era el momento adecuado para que fueran reveladas.
Al final de la reunión, el difunto élder David B. Haight, del Cuórum de los Doce Apóstoles, se puso de pie y dijo: “‘Hermanas, hoy no sólo han abierto nuestros ojos, sino también nuestros oídos’”, recordó la hermana Kapp. “‘Sabemos quién está a cargo’”.
Años después
Después de su relevo como presidenta general de las Mujeres Jóvenes, la hermana Kapp acompañó a su esposo a la Misión Vancouver, Columbia Británica, donde había sido llamado como presidente de misión. Dirigieron la misión de 1992 a 1995 y luego sirvieron como presidente y directora de obreras del Templo de Cardston, Alberta — el mismo templo en el que se habían casado más de 50 años antes — de 2000 a 2003.
Heber Kapp falleció en 2017 a la edad de 91 años. De su esposo, la hermana Kapp dijo una vez: “Siento una profunda gratitud por un compañero que se compromete a alentar mi dedicación total”.
La hermana Kapp celebró su cumpleaños número 90 en 2021. Durante una celebración de cumpleaños, la hermana Patricia Holland dijo que la hermana Kapp “enseñó fe, esperanza y caridad”, informó Church News (los anteriores en inglés).
En la misma ocasión, la fallecida hermana Janette Hales Beckham, quien sirvió como consejera de la hermana Kapp antes de ser llamada como la décima presidenta general de las Mujeres Jóvenes, dijo que recordaba muchos casos en los que sucedió algo inesperado. Cada vez, dijo, la hermana Kapp “inclinaba la cabeza en oración y luego la levantaba y nos decía: ‘Esto será para nuestro bien’”.
Irene Ericksen, quien sirvió en la junta general de las Mujeres Jóvenes (ahora conocida como el consejo asesor general de las Mujeres Jóvenes), le dijo a la hermana Kapp que “usted es una de las mujeres más influyentes de la Iglesia. Una de sus mayores cualidades es siempre animar a los demás”.
La hermana Kapp fue homenajeada nuevamente en junio de 2022, cuando un nuevo pabellón en el campamento Heber Valley fue nombrado en honor a su vida y servicio. Ex líderes generales, así como campistas y voluntarias del campamento Heber Valley, asistieron a la ceremonia, celebrada en una tarde fría y ventosa en la entrada del campamento de 3642 hectáreas ubicado en las montañas sobre Heber, Utah.
La hermana Kapp, de pie frente a las coloridas banderas del campamento, llamó a la nueva generación una “fuerza poderosa para la rectitud”.
“Damos gracias por este campamento que ayuda a las mujeres jóvenes — y a las mujeres mayores — a comprender lo siguiente: ‘Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas’ (Proverbios 3:5-6)”, dijo.
El presidente Jeffrey R. Holland, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicó el nuevo pabellón y recordó que se mudó con su joven familia a Bountiful, Utah, casi cinco décadas antes, y que la hermana Kapp los recibió en bicicleta. Más tarde, la hermana Holland serviría como consejera de la hermana Kapp en la presidencia general de las Mujeres Jóvenes.
El élder Holland dijo que el trabajo realizado bajo la presidencia de la hermana Kapp, la hermana Holland y la hermana Maurine Turley fue fundamental para todo lo que siguió para las jóvenes Santos de los Últimos Días. “En ese breve periodo, las mujeres jóvenes de la Iglesia adquirieron una identidad y un destino — y la importancia de eso siempre se atribuirá a la era de Ardeth Kapp”.
Es apropiado, dijo, que el nombre de Ardeth Greene Kapp sea el primero que las mujeres jóvenes vean cuando “vengan a este espacio dedicado y el último que vean cuando se despidan con lágrimas en los ojos. Ella, cuyo nombre ahora estará asociado con este pabellón — con una sonrisa radiante, contagiosa y siempre entusiasta — recordará a generaciones enteras de campistas que deben ser testigos de Dios en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar”.
