La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha respondido con donaciones, asistencia, ayuda y distintos tipos de auxilio, mientras cientos de incendios arden en diferentes partes de Chile.
“Hay tristeza en nuestros corazones al pensar en aquellos cuyas vidas han sido afectadas por los incendios que, desde el mes de diciembre cuando impactaron a Viña del Mar, vienen ocurriendo en distintos lugares de Chile”, escribió la presidencia del Área Sudamérica Sur en una declaración publicada originalmente en español por la Sala de Prensa de la Iglesia en Chile.
El presidente del área, élder Craig C. Christensen y sus consejeros, el élder Joaquín E. Costa y el élder Alan R. Walker, todos ellos Setentas Autoridades Generales, escribieron: “Expresamos nuestro amor, empatía y oraciones por los damnificados y estamos movilizados como iglesia para brindar asistencia a medida que identificamos oportunidades”.
La Iglesia ya ha prestado ayuda a varios departamentos de bomberos locales y está poniendo a disposición de las comunidades, herramientas para la limpieza de los escombros; además está analizando cómo colaborar para el restablecimiento de las conexiones de agua que han sido dañadas. La declaración dice que la Iglesia espera seguir coordinando junto con los gobiernos y otras instituciones la prestación de asistencia.
Un informe de la agencia de noticias teleSUR (en inglés) del 14 de febrero publicó la siguiente lista de los daños ocasionados por los incendios:
- 60 incendios activos.
- 149 incendios controlados.
- 432,541 hectáreas (1,680 millas cuadradas) consumidas por el fuego.
- 24 muertos.
- 2,911 heridos.
- 6,855 personas afectadas.
- 1,513 casas destruidas.
El 10 de febrero, la agencia de noticias ABC informó (en inglés) que más de 6.000 bomberos se encontraban desplegados y el gobierno chileno había decretado en alerta máxima para Biobío, Araucanía y Ñuble, tres regiones de la zona centro-sur del país.
Las agencias ABC y Reuters informaron que Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, España y los Estados Unidos prestaron apoyo.
Otro informe de la Sala de Prensa en Chile, relató cómo los miembros de la Iglesia acudieron rápidamente a prestar servicio después del incendio en Viña del Mar el día anterior de la Navidad (Nochebuena). Jóvenes y adultos, hombres y mujeres, llegaron listos para servir, con guantes, equipos de seguridad, caretillas y palas.
Dos centros de reuniones —uno en el centro de Viña del Mar y el otro en Forestal— sirvieron como centros de acopio de donaciones para las personas afectadas por los incendios. Las donaciones incluyeron artículos para el aseo personal, agua embotellada, leche en caja, barras de cereal y pañales. Los miembros de la iglesia también llevaron donaciones a otro centro de acopio en La Cisterna.
Alan A. Campos, el presidente de la Estaca de Viña del Mar Chile, dijo que normalmente, en la Navidad, nos enfocamos en la cena, los regalos y en pasar tiempo con la familia.
“Pero para muchos, ese no fue el enfoque esta Navidad, porque se olvidaron de sí mismos y fueron en busca del necesitado”, dijo. “Llegaron a la Nochebuena sucios de remover los escombros, por consolar a los que necesitan consuelo, por llorar con los que lloran, por abrazar y sostener a nuestro prójimo”.
A medida que los incendios han avanzado y continuado desde diciembre, los integrantes de la presidencia del área dijeron en una declaración que aprecian sinceramente la respuesta de los líderes locales de la Iglesia, los miembros y los misioneros en apoyo a los esfuerzos de los departamentos de bomberos, los gobiernos y los vecinos.
“Invitamos a las personas, familias y congregaciones a orar por protección para los abnegados bomberos y los hogares en riesgo; fortaleza, para los afectados; y para que las condiciones climáticas faciliten el control de los incendios que aún existen”, decía la declaración.