La guía de estudio de “Ven, sígueme” de esta semana cubre Moroni 7-9, que incluye las enseñanzas de Mormón sobre la caridad y la verdad de que “los niños pequeños viven en Cristo” (Moroni 8:12).
A continuación, les ofrecemos algunas citas de líderes actuales y del pasado sobre estos capítulos del Libro de Mormón.
Moroni 7
“En los primeros versículos de Moroni 7, Mormón comienza con un testimonio de Jesucristo, de los ángeles y del Espíritu de Cristo, el cual nos permite distinguir el bien del mal y así poder escoger lo correcto.
Mormón pone a Jesucristo en primer lugar, al igual que todos los que logran infundir ánimo a aquellos que, con dificultad, avanzan cuesta arriba en el camino hacia su hogar celestial:
“’Porque, según las palabras de Cristo, ningún hombre puede ser salvo a menos que tenga fe en su nombre; por tanto, si estas cosas han cesado, la fe también ha cesado; y terrible es la condición del hombre, pues se halla como si no se hubiera efectuado redención alguna.
“’Mas he aquí, mis amados hermanos, opino de vosotros cosas mejores, porque juzgo que tenéis fe en Cristo a causa de vuestra mansedumbre; porque si no tenéis fe en él, entonces no sois dignos de ser contados entre el pueblo de su iglesia’ (Moroni 7:38-39).
Mormón vio la mansedumbre como evidencia de la fuerza de la fe de ellos. Vio que se sentían dependientes del Salvador y los animó recalcando esa fe. Siguió dándoles ánimo al ayudarlos a percibir que su fe y mansedumbre edificarían su seguridad y confianza en que saldrían triunfantes de sus dificultades:
“’Y además, amados hermanos míos, quisiera hablaros concerniente a la esperanza. ¿Cómo podéis lograr la fe, a menos que tengáis esperanza?
“’Y, ¿qué es lo que habéis de esperar? He aquí, os digo que debéis tener esperanza, por medio de la expiación de Cristo y el poder de su resurrección, en que seréis levantados a vida eterna, y esto por causa de vuestra fe en él, de acuerdo con la promesa.
“’De manera que si un hombre tiene fe, es necesario que tenga esperanza; porque sin fe no puede haber esperanza.
“‘Y además, he aquí os digo que el hombre no puede tener fe ni esperanza, a menos que sea manso y humilde de corazón.’” (Moroni 7:40-43).”
— Presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, conferencia general octubre de 2022, “Un legado de ánimo”
“Mormón el profeta alertó a su pueblo sobre la importancia de tener la habilidad de distinguir el bien del mal:
“’Por consiguiente, todo lo que es bueno viene de Dios, y lo que es malo viene del diablo; porque el diablo es enemigo de Dios, y lucha contra él continuamente, e invita e induce a pecar y a hacer lo que es malo sin cesar.
“’Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce a hacer lo bueno continuamente’ (Moroni 7:12–13).
“La luz de Cristo, junto con la compañía del Espíritu Santo, debe ayudarnos a determinar si nuestra manera de vivir nos está colocando en el territorio del Señor o no. Si nuestras actitudes son buenas, Dios las inspira, porque todo lo que es bueno viene de Dios. Sin embargo, si nuestras actitudes son malas, es el enemigo el que nos influencia porque él persuade a los hombres a hacer lo malo”.
— Élder Ulisses Soares, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2012, “¡Permanezcamos en el territorio del Señor!”
“La lista de confirmaciones y aclaraciones doctrinales sigue y sigue, pero ninguna es más poderosa ni conmovedora que las disertaciones del Libro de Mormón en cuanto a la expiación de Jesucristo. ¿Les gustaría tener grabada en su alma una confirmación innegable de que el Salvador descendió debajo de nuestros pecados, de que no hay pecado ni dificultad mortal que Su expiación no alcance y de que para cada una de sus dificultades Él tiene un remedio de un poder sanador superior? Entonces, lean el Libro de Mormón. Les enseñará y testificará que la expiación de Cristo es infinita, porque circunscribe, abarca y trasciende toda flaqueza mortal que el hombre conoce. Es por eso que el profeta Mormón declaró: ‘[tendréis] esperanza, por medio de la expiación de Cristo’ (Moroni 7:41)”.
— Élder Tad R. Callister, en aquel entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2011, “El Libro de Mormón: un libro proveniente de Dios”

“Aun con lo importante que es perder todo el deseo de pecar, la vida eterna requiere más. A fin de lograr nuestro destino eterno, desearemos las cualidades que se requieran para convertirnos en un ser eterno y trabajaremos para obtenerlas. Por ejemplo, los seres eternos perdonan a todos los que les han hecho daño; ellos ponen el bienestar de los demás por delante de sí mismos; y aman a todos los hijos de Dios. Si eso parece demasiado difícil, y en verdad no es fácil para ninguno de nosotros, entonces debemos comenzar con un deseo de tener dichas cualidades e implorar a nuestro amado Padre Celestial ayuda en cuanto a nuestros sentimientos. El Libro de Mormón nos enseña que debemos “… [pedir] al Padre con toda la energía de nuestros corazones, que [seamos] llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo” (Moroni 7:48).”
— Presidente Dallin H. Oaks, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2011, “Deseo”
“Hermanos y hermanas, quisiera reiterar que el atributo más importante de nuestro Padre Celestial y de Su Hijo Amado que debemos desear y procurar poseer es el don de la caridad, ‘el amor puro de Cristo’ (Moroni 7:47). De ese don emana nuestra capacidad de amar y de servir a los demás, como lo hizo el Salvador.
“El profeta Mormón nos enseñó la importancia suprema de ese don y nos dijo cómo podemos recibirlo: ‘Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo; para que lleguéis a ser hijos de Dios; para que cuando él aparezca, seamos semejantes a él, porque lo veremos tal como es; para que tengamos esta esperanza; para que seamos purificados así como él es puro’ (Moroni 7:48).
“Grandes cosas se logran por medio de cosas pequeñas y sencillas. Al igual que las partículas de oro que se van acumulando con el tiempo hasta ser un gran tesoro, nuestros actos de bondad y de servicio pequeños y sencillos se acumularán para crear una vida llena de amor hacia nuestro Padre Celestial, de devoción a la obra del Señor Jesucristo, y de un sentido de paz y alegría cada vez que nos acerquemos con amor el uno al otro”.
— El fallecido presidente M. Russell Ballard, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2011, “Encontrar gozo al servir con amor”
“Después de hablar a favor del trabajo, también debo agregar algo positivo del esparcimiento. Así como el trabajo hace dulce el descanso, la recreación sana es el amigo y compañero estabilizante del trabajo. La música, el arte, el baile, el drama, los deportes, todos proporcionan entretenimiento para enriquecer la vida y consagrarla aún más. Al mismo tiempo, casi es innecesario decir que mucho de lo que hoy se llama entretenimiento es ordinario, degradante, violento, aturde los sentidos y es una pérdida de tiempo. Irónicamente, a veces requiere gran esfuerzo encontrar entretenimiento sano. Cuando el pasatiempo pasa de virtud a vicio, es un destructor de la vida consagrada. ‘Tened cuidado, pues… que no juzguéis que lo que es malo sea de Dios.’” (Moroni 7:14).
— Élder D. Todd Christofferson del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2010, “Reflexiones sobre una vida consagrada”
“En el Libro de Mormón se nos da una visión de la relación que hay entre la paciencia y la caridad. Mormón, después de haber señalado que si un hombre ‘no tiene caridad, no es nada; por tanto, es necesario que tenga caridad’, procede a nombrar trece elementos de la caridad, o sea, el amor puro de Cristo. Me parece muy interesante que cuatro de los trece elementos de esa virtud que es necesario tener se relacionen con la paciencia (véase Moroni 7:44–45).
Primero, ‘la caridad es sufrida’; de eso se trata la paciencia. La caridad ‘no se irrita fácilmente’, es otro aspecto de esa cualidad, al igual que la caridad ‘todo lo sufre’ y, finalmente, la caridad “todo lo soporta” es, desde luego, una expresión de la paciencia (Moroni 7:45). De esos elementos determinantes es obvio que si la paciencia no adornara nuestra alma, careceríamos seriamente de una actitud semejante a la de Cristo. …
“¿Es la paciencia importante y digna de que la consideremos y la procuremos? En verdad lo es si evitamos estar en la denigrante clasificación de ‘nada’ que se utiliza para catalogar a los que no tienen caridad; lo es si deseamos ser menos hombres naturales enemigos de Dios; lo es si deseamos ser celestiales y esforzarnos por llegar a ser conforme a la manera de Cristo”.
— Élder Robert C. Oaks, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2006, “El poder de la paciencia”
Moroni 8

“El temor del Señor es amarlo y confiar en Él. A medida que tememos a Dios más plenamente, lo amamos más perfectamente; y ‘el amor perfecto desecha todo temor’ (Moroni 8:16). Les prometo que la brillante luz del temor del Señor ahuyentará las oscuras tinieblas de los temores terrenales (véase D. y C. 50:25) a medida que acudamos al Salvador, edifiquemos sobre Él como nuestro fundamento y sigamos adelante en Su senda de convenios con un compromiso consagrado”.
— Élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2015, “Por tanto, calmaron sus temores”
“‘Herencia de Jehová son [nuestros] hijos’ (Salmos 127:3). Él ama y conoce a cada uno de ellos con un amor perfecto (véase Moroni 8:17). Qué responsabilidad sagrada nos confiere el Padre Celestial como padres de asociarnos con Él para ayudar a sus espíritus escogidos a llegar a ser lo que él sabe que pueden llegar a ser”.
— Hermana Cheryl A. Esplin, en aquel entonces la segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, conferencia general de abril de 2012, “Enseñar a nuestros hijos a comprender”
Moroni 9
“La doctrina que he descrito les parecerá arcaica y anticuada a muchas personas en un mundo que se burla cada vez más de la santidad de la procreación y minimiza el valor de la vida humana. Pero la verdad del Señor no cambia según las modas, la popularidad ni las encuestas de la opinión pública. Les prometo que la obediencia a la ley de castidad aumentará nuestra felicidad en la vida terrenal y hará posible nuestro progreso en la eternidad. La castidad y la virtud son, siempre han sido y siempre serán “más [caras] y [preciosas] que todas las cosas (Moroni 9:9)”.
— Élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2013, “Creemos en ser castos”
“¿Qué significa volver a la virtud? Hacemos un llamado para retornar a la pureza moral y a la castidad. La virtud es pureza. La virtud es castidad. … El núcleo de una vida virtuosa es la pureza sexual y, sin embargo, el mundo ha borrado casi totalmente esta definición. El profeta Mormón enseñó que la castidad y la virtud son ‘más car[as] y precios[as] que todas las cosas’ (Moroni 9:9). Van de la mano. No se puede tener una sin la otra, y ‘creemos en ser … virtuosos’ (Artículos de Fe 1:13)”.
— Hermana Elaine S. Dalton, en aquel entonces la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2009, “Subamos al monte del Señor” (en inglés)
“Al enfrentarnos con los desafíos de la vida terrenal, ruego por cada uno de nosotros, como el profeta Mormón oró por su hijo Moroni, que ‘Cristo [los] anime, y sus padecimientos y muerte… y su misericordia y longanimidad, y la esperanza de su gloria y de la vida eterna, reposen en [su] mente para siempre’ (Moroni 9:25).
“Testifico de Jesucristo, nuestro Salvador, que nos invita a todos venir a Él y a ser perfeccionados en Él. Jesús vendará nuestras heridas y sanará a los que se hallan con pesadas cargas”.
— Presidente Dallin H. Oaks, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2006, “Él sana a los que están cargados”
“Nosotros, los que poseemos el sacerdocio de Dios, no podemos darnos el lujo de andar a la deriva. Tenemos trabajo por hacer (véase Moroni 9:6). ¡Debemos levantarnos del polvo de la autocomplacencia y ser hombres! Es una hermosa aspiración que un joven desee ser un hombre, fuerte y capaz; que pueda construir y crear cosas; que sea una contribución para el mundo. Para los que ya somos mayores, es una maravillosa aspiración convertir en realidad la visión de la verdadera hombría en nuestra vida y ser modelos para aquellos que busquen en nosotros un ejemplo”.
— Élder D. Todd Christofferson, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2006, “Seamos hombres”
