La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana cubre 2 Nefi 31-33, que continúa las enseñanzas de Nefi acerca de Jesucristo.
A continuación se presentan algunas citas de líderes pasados y presentes de la Iglesia sobre estos capítulos.
2 Nefi 31
“Experiencias como conferencias FSY, campamentos, reuniones sacramentales y misiones pueden ayudarnos a pulir nuestro testimonio y llevarnos por curvas de crecimiento y descubrimiento espiritual a lugares de relativa paz. Pero ¿qué debemos hacer para permanecer ahí y ‘seguir adelante con firmeza en Cristo’ (2 Nefi 31:20) en lugar de retroceder? Debemos continuar haciendo lo que nos trajo hasta aquí en primer lugar, como orar a menudo, sumergirnos en las Escrituras y servir con sinceridad”.
— Presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund, conferencia general de octubre de 2022, “Un discipulado que perdura”
“Después de que el Salvador recibió la ordenanza del bautismo ‘para cumplir con toda justicia’ (véase 2 Nefi 31:5–6), Satanás lo tentó. De igual modo, nuestras tentaciones no terminan luego del bautismo o el sellamiento, pero recibir las sagradas ordenanzas y honrar los convenios relacionados con ellas nos llena de una luz maravillosa y nos da fortaleza para resistir y superar las tentaciones”.
— Élder Taniela B. Wakolo, Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2018, “Las ordenanzas de salvación nos darán una luz maravillosa”
“Gracias a la expiación de Jesucristo, podemos vivir con la promesa de que, sean cuales sean nuestros afanes, siempre podemos tener esperanza en Él, quien ‘es poderoso para salvar’ (2 Nefi 31:19). Gracias a Su Expiación, podemos tener gozo, paz, felicidad y vida eterna”.
— Élder K. Brett Nattress, Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2016, “No hay mayor gozo que saber que ellos lo conocen”
“Nefi declaró: ‘Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna’ (2 Nefi 31:20).
“La perseverancia disciplinada que se describe en este versículo es el resultado del entendimiento y la visión espirituales, la perseverancia, la paciencia y la gracia de Dios. Ejercer la fe en el sagrado nombre de Jesucristo, sometiéndonos con mansedumbre a Su voluntad y a Su tiempo en la vida, y reconocer con humildad Su mano en todo, producen las cosas apacibles del reino de Dios que traen gozo y la vida eterna”.
— Élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2015, “Por tanto, calmaron sus temores”
“En tantas relaciones y circunstancias de la vida, debemos vivir con diferencias. En los casos de vital importancia, no debemos negar ni abandonar nuestra opinión respecto a esas diferencias, pero como seguidores de Cristo debemos vivir en paz con los demás que no compartan nuestros valores ni acepten las enseñanzas basadas en ellos. El Plan de Salvación del Padre, el que conocemos por medio de la revelación profética, nos coloca en una situación terrenal en la que debemos guardar Sus mandamientos. Eso incluye amar a nuestro prójimo de diversas culturas y creencias, así como Él nos ha amado. Tal como enseñó un profeta del Libro de Mormón, debemos seguir adelante, teniendo ‘amor por Dios y por todos los hombres’ (2 Nefi 31:20)”.
— El entonces élder Dallin H. Oaks, ahora miembro de la Primera Presidencia, conferencia general de octubre de 2014, “Amar a los demás y vivir con las diferencias”

“En 2 Nefi 31, el profeta Nefi nos enseña que después de recibir la misma ordenanza salvadora del bautismo que Jesucristo recibió y el don del Espíritu Santo, debemos “…[seguir] adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y [perseverar] hasta el fin, [entonces] he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna’.
“Por lo tanto, a fin de recibir la mayor de todas las bendiciones de nuestro Padre Celestial, que es la vida eterna, debemos completar la debida obra de las ordenanzas y luego seguir guardando los convenios asociados a ellas. En otras palabras, debemos perseverar”.
— Élder Richard J. Maynes (en inglés), entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2013, “Fortaleza para perseverar”
“Para que nuestra entrega al Señor sea total, debe incluir nada menor que un convenio de obediencia a Él. A menudo hablamos de este convenio como el convenio bautismal, puesto que se ratifica al ser bautizados en el agua (véase Mosíah 18:10). El mismo bautismo del Salvador, que dio el ejemplo, confirmó Su convenio de obediencia hacia el Padre: ‘Mas no obstante que era santo, él muestra a los hijos de los hombres que, según la carne, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos’ (2 Nefi 31:7). Sin este convenio, el arrepentimiento queda incompleto y no se obtiene la remisión de los pecados”.
— Élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2011, “El divino don del arrepentimiento”
“Cuando Nefi profetizó de Jesucristo al término de sus anales, escribió: ‘Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres’ (2 Nefi 31:20).
“Ese ‘fulgor perfecto de esperanza’ del que habla Nefi, es la esperanza en la Expiación, la salvación eterna que el sacrificio de nuestro Salvador hizo posible. Esa esperanza ha llevado a hombres y mujeres, a través de las edades, a hacer cosas extraordinarias. Los apóstoles de antaño recorrieron la tierra y testificaron de Él, y, al final, dieron su vida en Su servicio”.
— Élder Steven E. Snow, entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2011, “La esperanza”
“Nefi describe la ordenanza del bautismo por agua y por fuego como una puerta (véase 2 Nefi 31:17). ¿Por qué es el bautismo una puerta? Porque es una ordenanza que simboliza entrar en un convenio sagrado y vinculante entre Dios y el hombre. Los hombres prometen renunciar al mundo, amar y servir a su prójimo, visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, proclamar la paz, predicar el Evangelio, servir al Señor y guardar Sus mandamientos. ... El bautismo y el recibir el Espíritu Santo son las formas señaladas para entrar por el ‘estrecho y angosto’ camino hacia la vida eterna”.
— Élder L. Tom Perry (en inglés), entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2008, “El evangelio de Jesucristo”
“En términos profundos pero entendibles, el Libro de Mormón enseña el propósito de la vida, de dónde vinimos y qué ocurre al morir. Aprendemos sobre la fe en Jesucristo y Su sacrificio expiatorio, sobre el arrepentimiento, la importancia del bautismo por inmersión, y del don y el poder del Espíritu Santo. Al estudiar las doctrinas del Libro de Mormón y deleitarnos en ellas, obtenemos ‘un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres’, con el deseo de ‘[perseverar] hasta el fin’ para que ‘[tengamos] la vida eterna’ (2 Nefi 31:20)”.
— Élder Craig C. Christensen (en inglés), Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2008, “Un libro con una promesa”

2 Nefi 32
“Escudriñar diariamente las Escrituras también fortalecerá nuestra fe y carácter. Tal como necesitamos alimento para nutrir nuestros cuerpos físicos, nuestro espíritu y nuestra alma se nutrirán y se fortalecerán al deleitarnos en las palabras de Cristo según se encuentran en los escritos de los profetas. Nefi enseñó: ‘Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer’ (2 Nefi 32:3)”.
— Obispo Dean M. Davies (en inglés), entonces miembro del Obispado Presidente, conferencia general de abril de 2013, “Un fundamento seguro”
“Existe el riesgo de que alguien piense que no es lo suficientemente digno para orar. Esa idea proviene del espíritu maligno, que es el que nos enseña a no orar (véase 2 Nefi 32:8). ¡Es igual de trágico que pensemos que somos demasiado pecadores para orar, como lo es para la persona sumamente enferma creer que está demasiado enferma para acudir al médico!”.
— Élder J. Devn Cornish (en inglés), entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2011, “El privilegio de la oración”
“A medida que vivan una vida virtuosa, tendrán la confianza, el poder y la fuerza necesarios para escalar. También serán bendecidos con la compañía constante del Espíritu Santo. Sigan las impresiones que reciban. Actúen sobre ellas. Al igual que los montículos de piedras de un sendero menos transitado, el Espíritu Santo les mostrará todo lo que deben hacer (véase 2 Nefi 32:5). Él enseñará y testificará de Cristo”.
— Hermana Elaine S. Dalton, entonces presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2009, “Venid y subamos al monte del Señor” (en inglés)
“El don del Espíritu Santo, que nos da nuestro Padre Celestial y que es administrado por alguien que tenga la autoridad, incluye la misericordiosa promesa: ‘…si entráis por la senda y recibís el Espíritu Santo, él os mostrará todas las cosas que debéis hacer’ (2 Nefi 32:5). Por medio de la compañía constante del Espíritu Santo, todo miembro de la Iglesia puede recibir directamente ‘las palabras de Cristo’ (2 Nefi 32:3), en cualquier momento y en cualquier lugar. Esa guía divina personal nos ayuda a permanecer valientes en el testimonio de Jesucristo y perseverar hasta el final de nuestros días. ¡Qué maravilla!”.
— Élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2007, “¿No tenemos razón para regocijarnos?”

2 Nefi 33
“Nefi enseñó que la función del Espíritu Santo es llevar la verdad ‘al corazón de los hijos de los hombres’ (2 Nefi 33:1). Nuestra función como padres es hacer todo lo posible para establecer un ambiente en donde nuestros hijos sientan la influencia del Espíritu y luego ayudarlos a reconocer lo que sienten”.
— Hermana Cheryl A. Esplin, entonces segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, conferencia general de abril de 2012, “Enseñar a nuestros hijos a comprender”
“No es de sorprenderse entonces que el Libro de Mormón proclame con audacia: ‘Y si creéis en Cristo, creeréis en estas palabras, porque son las palabras de Cristo’ (2 Nefi 33:10). Junto con la Biblia, el Libro de Mormón es un testigo indispensable de las doctrinas de Cristo y de Su divinidad. Junto con la Biblia, ‘…[enseña] a todos los hombres que deben hacer lo bueno’ (2 Nefi 33:10); y junto con Biblia, nos lleva a ‘un Señor, una fe, un bautismo’ (Efesios 4:5). Esa es la razón por la cual el Libro de Mormón es tan esencial en nuestra vida”.
— Élder Tad R. Callister, entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2011, “El Libro de Mormón: un libro proveniente de Dios”
“Me deleito en nuestro Salvador Jesucristo. Al igual que Nefi, ‘me glorío en mi Jesús’ (2 Nefi 33:6), en Su misión ministradora y salvadora sobre la tierra. Él brinda luz y esperanza y nos ha dado el Espíritu Santo como guía y consuelo adicional a lo largo del sendero por el que debemos ir. Sólo mediante Él podemos volver a nuestro Padre”.
— Hermana Susan W. Tanner, entonces relevada como presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2008, “Mi alma se deleita en las cosas del Señor”
“Nefi, hijo de Lehi, dijo: ‘Mas yo, Nefi, he escrito lo que he escrito; y lo estimo de gran valor, especialmente para mi pueblo. Porque continuamente ruego por ellos de día, y mis ojos bañan mi almohada de noche a causa de ellos’ (2 Nefi 33:3). Este ruego, hecho de todo corazón, está siendo contestado en nuestros días. Nefi rogaba que las palabras que [había] escrito en debilidad [fueran] hechas fuertes’ para nosotros; ‘pues los persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna’” (2 Nefi 33:4)
— Élder Walter F. González (en ingle´s), entonces Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2001, “El escribir los principios del Evangelio en nuestros corazones”
“Cuando damos testimonio de las buenas nuevas del Evangelio, nuestro testimonio oral invita al Espíritu Santo a dar Su testimonio de la veracidad del mensaje. No son nuestras palabras las que llevan el poder, sino el Espíritu de Dios que acompaña nuestras palabras y las confirma en el corazón de los que escuchan. En el Libro de Mormón, Nefi explicó: ‘… porque cuando un hombre habla por el poder del Santo Espíritu, el poder del Espíritu Santo lo lleva al corazón de los hijos de los hombres’ (2 Nefi 33:1)”.
— Hermana Susan L. Warner, entonces segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, conferencia general de octubre de 1998, “Para que demos testimonio de Él”
“La realidad de [la Primera Visión] da un nuevo significado a las declaraciones de Nefi acerca de la claridad. … ‘Me glorío en la claridad; me glorío en la verdad; me glorío en mi Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno’ (2 Nefi 33:6). … A través de este gran profeta Nefi, junto con otros líderes y maestros sabios, llegamos a darnos cuenta de que aprendemos más fácilmente si los principios se enseñan y explican con claridad”.
— Élder Marvin J. Ashton, entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 1977, “El poder de la claridad”
