2 Nefi 21
“Nos referimos a la Iglesia como nuestro refugio, nuestra defensa. Hay seguridad y protección en la Iglesia, y se centra en el Evangelio de Jesucristo. Los Santos de los Últimos Días aprenden a mirar dentro de sí mismos para ver el poder redentor del Salvador de toda la humanidad. Los principios del Evangelio que se enseñan en la Iglesia y que se aprenden de las Escrituras se convierten en una guía para cada uno de nosotros de manera individual, y para nuestras familias.
Sabemos que los hogares que establezcamos, y los de nuestros descendientes, serán el refugio del que se habla en las revelaciones: la ‘luz’, la ‘norma’, el ‘estandarte’ a las naciones y el ‘refugio’ contra las tempestades (véase D. y C. 115:5–6; Isaías 11:12; 2 Nefi 21:12)”.
— Presidente Boyd K. Packer, conferencia general de octubre de 2006, “Una defensa y un refugio”
“Por muy maravillosos que puedan ser nuestros logros modernos, se avecina una era de iluminación aún mayor. El futuro regreso del Salvador a la tierra marcará el comienzo del gran día milenario en el que ‘la tierra estará llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar’ (2 Nefi 21:9). … Cuando los terneros que han pasado sus primeros años de vida en el establo son llevados al pasto por primera vez, corren emocionados por su nueva libertad. Así será con nosotros. Cristo y Su evangelio nos dan más iluminación sobre el propósito y el significado de la vida que cualquier otro individuo o fuente. Y cuando Él aparezca en la Segunda Venida, recibiremos aún más”.
— W. Jeffrey Marsh, exprofesor asociado de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo del Ensign de abril de 2000, “Recordad cuán misericordioso ha sido el Señor” (en inglés)
“‘Y un niño los pastoreará' (2 Nefi 21:6). ¿Se imaginan el gozo que debe sentir nuestro Padre Celestial cuando acudimos a Él con la tierna fe de un niño pequeño y aceptamos el amor que tiene por cada uno de nosotros? Él quiere que nos alleguemos a Él y ha prometido que estará allí para darnos la bienvenida”.
— Élder J. Thomas Fyans, conferencia general de octubre de 1985, “‘Allegaos a mí'” (en inglés)
“[Los pioneros] llegaron al oeste con la fe en que Dios había ‘extend[ido] su mano, por asegunda vez’ (2 Nefi 21:11) para restaurar la casa de Israel. Sabían que eran parte de este gran movimiento. Se convirtieron a la verdad de que la Iglesia de Jesucristo había sido restaurada nuevamente en la tierra por medio de un profeta de los últimos días, José Smith, y que después de su martirio, las llaves del sacerdocio habían continuado a través del sucesor ordenado de José, Brigham Young. Se creían dirigidos por Dios y guiados por los profetas. Su convicción inspiró sus sacrificios”.
— Presidente Ezra Taft Benson, conferencia general de octubre de 1976, “Nuestra herencia invaluable” (en inglés)
2 Nefi 22
“Ustedes son las mujeres cuyas obras diarias rebosan del conocimiento grato, al que Isaías hizo elocuente referencia:
“’…Dios es mi salvación… el Señor Jehová es mi fortaleza y mi canción; y también ha llegado a ser salvación para mí…
“’Por tanto, con gozo [sacaré] agua de las fuentes de la salvación’ (2 Nefi 22:2:3).
“La causa de Cristo, o sea, la de redimir a toda alma, necesita la fuerza, el tiempo y los talentos de ustedes en el hogar y en la comunidad. Sus fieles obras y palabras contribuyen en forma importante a la edificación de éste, el reino de Dios sobre la tierra”.
— Hermana Virginia U. Jensen, entonces primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, conferencia general de octubre de 2000, “Ondas expansivas”

2 Nefi 23
“La palabra ‘sátiro’ o ‘sátiros’ aparece dos veces en la versión King James, ambas en el libro de Isaías. [En primera instancia], Isaías, hablando del destino de Babilonia, dice que ‘las fieras del desierto se echarán allí, y sus casas estarán llenas de animales aullantes; y allí morarán búhos y allí danzarán los sátiros’ (Isaías 13:21; 2 Nefi 23:21). …
“En el inglés contemporáneo, la palabra ‘sátiro’ suele referirse a una criatura mítica. En la mitología griega, un ‘sátiro’ era una criatura de las colinas y los bosques, mitad hombre y mitad animal, que seguía a Dioniso y Pan. En el arte romano, el ‘sátiro’ aparecía regularmente con patas y cuernos de cabra. La asociación del animal con los rasgos de la cabra puede haber influido en los traductores de la versión King James para seleccionar la palabra en los dos pasajes de Isaías. La palabra hebrea traducida [como] ‘sátiro’ puede... significar ‘velludo’ (esta palabra se usa en Génesis 27:11 para describir a Esaú), ‘macho cabrío’, ‘velludo’, ‘ser velludo’ y ‘demonio’ con ‘forma de macho cabrío’.
“La tarea del traductor es seleccionar la palabra o frase que mejor represente en otro idioma el significado en el idioma original. Es probable que los traductores de la versión King James seleccionaran la palabra ‘sátiro’ porque esperaban que los lectores de habla inglesa de su época reconocieran las asociaciones de la palabra con cabras o criaturas parecidas a cabras”.
— Stephen Ricks, profesor de lenguas asiáticas y del Oriente Próximo de la Universidad Brigham Young, en el artículo de Ensign de febrero de 1996, “¿Cómo explicamos la mención de los ‘sátiros’, comúnmente considerados criaturas míticas, en 2 Nefi 23:21 e Isaías 13:21 y 34:14?” (en inglés)
2 Nefi 24
“Ustedes también han escuchado que Satanás quería destruir el albedrío del hombre, pero esa no es la única razón por la que fue rechazado. Se lo expulsó del cielo por rebelarse contra el Padre y el Hijo.
“¿Por qué ustedes y yo peleamos contra el diablo? Luchamos motivados por la lealtad. Amábamos y apoyábamos a nuestro Padre Celestial; deseábamos llegar a ser como Él. Lucifer tenía otro objetivo; quería reemplazar al Padre (véanse Isaías 14:12–14; 2 Nefi 24:12–14). Imaginen la forma en que la traición de Satanás hirió a nuestros Padres Celestiales. En las Escrituras leemos que ‘los cielos lloraron por él’ (D. y C. 76:26)”.
— El élder Larry R. Lawrence en el artículo de la Liahona de abril de 2017, “La guerra continúa”
“En el concilio preterrenal, fue el orgullo lo que hizo caer a Lucifer, un ‘hijo de la mañana’ (2 Nefi 24:12–15). …
“En el concilio preterrenal, Lucifer presentó su propuesta en competencia con el plan del Padre, por el que Jesús abogaba (véase Moisés 4:1–3). Lucifer quería recibir honra por encima de todos los demás (Véase 2 Nefi 24:13). En resumen, su orgulloso deseo era destronar a Dios”.
— Presidente Ezra Taft Benson, conferencia general de abril de 1989, “Cuidaos del orgullo” (en inglés)
“Tal vez no sean los peatones que van por el camino estrecho y angosto los que son cerrados de mente, sino aquellos que se centran en Cristo. Una sorpresa espectacular aguarda a aquellos que se centran en Cristo, porque estos individuos mirarán a Cristo y preguntarán, en las palabras de las Escrituras concerniente otro: ‘¿Es este el hombre que hizo temblar la tierra, que sacudió los reinos?’ (2 Nefi 24:16)”
— Élder Neal A. Maxwell en el artículo de New Era de agosto de 1971, “En el camino estrecho y angosto” (en inglés)

2 Nefi 25
“Cuando sus hijos les hagan preguntas, de manera deliberada consideren enseñar lo que enseñó el Salvador. Por ejemplo, si un hijo les pregunta: ‘Papi, ¿por qué oramos?’. Podrían responder: ‘Es una buena pregunta. ¿Recuerdas cuando Jesús oraba? Hablemos de por qué oraba y de cómo lo hacía’.
“’… hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo […], para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados’ (2 Nefi 25:26).
“Ese mismo pasaje también dice que ‘predicamos de Cristo’. En nuestros servicios de adoración, concentrémonos en el Salvador Jesucristo y en la dádiva de Su sacrificio expiatorio. Eso no significa que no podamos contar experiencias de nuestra propia vida o compartir citas de otras personas. Si bien el tema podría ser la familia, el servicio, el templo o una misión reciente, en nuestra adoración todo debe apuntar al Señor Jesucristo”.
— Élder Neil L. Andersen, conferencia general de octubre de 2020, “Hablamos de Cristo”
“No sé si hay algo en este mundo que pudiese aportar más felicidad y gozo que saber que nuestros hijos conocen al Salvador; saber que ellos saben ‘a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados’. Por eso es que, como miembros de la Iglesia, ‘predicamos de Cristo’ y testificamos de Cristo (2 Nefi 25:26).
“Por este motivo oramos con nuestros hijos cada día.
“Por este motivo leemos las Escrituras con nuestros hijos cada día.
“Por eso les enseñamos a servir a los demás, para que puedan obtener las bendiciones de encontrarse a sí mismos al perderse en el servicio de los demás.
“Al dedicarnos a esos sencillos modelos de discipulado, facultamos a nuestros hijos con el amor del Salvador y con la guía y la protección divinas a medida que afrontan los vientos feroces del adversario”.
— Élder K. Brett Nattress, conferencia general de octubre de 2016, “No hay mayor gozo que saber que ellos lo conocen”
“Mis queridos hermanos y hermanas, el temor del Señor disipa los temores terrenales; incluso atenúa la preocupación inquietante de que nunca podemos ser lo suficientemente buenos espiritualmente y que nunca estaremos a la altura de los requisitos y las expectativas del Señor. En verdad, no podemos ser lo suficientemente buenos ni estar a esa altura, si confiamos únicamente en nuestra propia capacidad y rendimiento. Nuestras obras y deseos por sí solos no nos salvan ni pueden hacerlo. ‘Después de hacer cuanto podamos’ (2 Nefi 25:23), somos sanados sólo mediante la misericordia y gracia disponibles por medio del infinito y eterno sacrificio expiatorio del Salvador (véase Alma 34:10, 14). Ciertamente, ‘creemos que por la Expiación de Cristo, todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio’ (Artículos de Fe 1:3)”.
— Élder David A. Bednar, conferencia general de abril de 2015, “Por tanto, calmaron sus temores”
“El arrepentirse significa esforzarse para cambiar. Sería una burla al sufrimiento del Salvador por nosotros en el Jardín de Getsemaní y en la cruz esperar que Él nos transformase en seres angelicales sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Más bien, buscamos Su gracia para complementar y premiar nuestro máximo y diligente esfuerzo (véase 2 Nefi 25:23). Tal vez deberíamos rogar por el tiempo y la oportunidad de trabajar, luchar y superar, del mismo modo que oramos por misericordia. Con seguridad el Señor se complace con aquel que desea presentarse ante el juicio dignamente, quien con resolución trabaja día a día para reemplazar la debilidad con la fortaleza. El verdadero arrepentimiento, el verdadero cambio quizás requiera repetidos esfuerzos, pero hay algo refinador y santo en ello. El perdón y la sanación divinos fluyen naturalmente a esa alma, pues ‘la virtud ama a la virtud; la luz se allega a la luz; [y] la misericordia tiene compasión de la misericordia y reclama lo suyo’ (D. y C. 88:40)”.
— Élder D. Todd Christofferson, conferencia general de octubre de 2011, “El divino don del arrepentimiento”

“Los poderes del Libro de Mormón que convencen y convierten provienen tanto de un enfoque central en el Señor Jesucristo así como de la inspirada sencillez y claridad de sus enseñanzas. Nefi declaró: ‘Mi alma se deleita en la claridad para con mi pueblo, a fin de que aprenda’ (2 Nefi 25:4). En este caso, el término ‘claridad’ denota instrucción que es evidente y fácil de entender”.
— Élder David A. Bednar, conferencia general de abril de 2010, “Velando… con toda perseverancia”
“Nefi nos enseñó claramente lo que debemos hacer. Él dijo: ‘…pues sabemos que es por la gracia por la que nos salvamos, después de hacer cuanto podamos’ (2 Nefi 25: 23).
“Creo que lo primero que debemos tener en cuenta, para ‘hacer cuanto podamos’, es arrepentirnos de nuestros pecados. …
“Otro concepto muy importante para tener en cuenta en ‘hacer cuanto podamos’ es buscar y desarrollar las oportunidades que la vida nos ofrece constantemente dentro del Evangelio, y reconocer al Señor como el Dador de todo lo bueno que poseemos y somos.
“Otro asunto que debe ser nuestra responsabilidad permanente es ‘hacer cuanto podamos’ para dar a conocer este Evangelio de felicidad a todo el género humano. …
El último concepto importante que deseo resaltar es que debemos ‘hacer cuanto podamos’ hasta el fin de nuestros días en la vida terrenal”.
— Élder Claudio D. Zivic, conferencia general de octubre de 2007, “Después de hacer cuanto podamos”
“Las Escrituras y nuestros profetas nos dicen claramente lo que debemos enseñar a nuestros hijos. Nefi lo resume en este versículo: “Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo… para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados’ (2 Nefi 25:26).
“Sabiendo que debemos enseñar acerca de Cristo y de Su Evangelio, ¿cómo lo hacemos? Empecemos por seguir el consejo de nuestros profetas y darnos el tiempo en nuestro hogar para realizar la oración familiar, el estudio de las Escrituras y la noche de hogar. ¿Hemos oído ese consejo tantas veces que nos parece demasiado sencillo?, o ¿estamos tan ocupados que el añadir una cosa más parece algo muy difícil? Les testifico que incluso cuando nuestra adoración familiar parezca ineficaz, la simple obediencia invita a las bendiciones del Señor”.
— Hermana Margaret S. Lifferth, entonces primera consejera de la presidencia general de la Primaria, conferencia general de octubre de 2006, “Mirad a vuestros pequeñitos”