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La razón por la que el nuevo presidente general de los Hombres Jóvenes cree que el gozo de la vida es ilimitado

Elder Steven L. Lund and Sister Kalleen Lund Crédito: Richard M. Romney, Intellectual Reserve, Inc.
El hermano Steven J. Lund Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

Por lo general, los santos de los últimos días ven por primera vez —ya sea en persona o en cámara— a un presidente general de los Hombres Jóvenes recientemente llamado cuando se lo sostiene en la conferencia general y se abre camino hacia el frente del Centro de Conferencias para sentarse con los demás oficiales generales de la Iglesia.

Este año, por supuesto, fue diferente.

Cuando el hermano Steven J. Lund fue anunciado durante la conferencia general de abril de 2020 como el hombre elegido para ayudar a guiar a cientos de miles de jóvenes en edad de poseer el Sacerdocio Aarónico en todo el mundo, permaneció sentado en la sala de estar de su hogar en el valle de Salt Lake.

Aun así —a pesar de las restricciones por la pandemia que impidieron al presidente Lund y miles de otras personas de reunirse en el Centro de Conferencias— el experimentado líder de la juventud se sintió inmediatamente conectado y sostenido por las legiones de hombres jóvenes a los que ahora sirve.

“Fue un poco diferente ser sostenido de forma virtual”, le dijo a Church News. “Pero fue una maravillosa y tierna misericordia estar rodeado por mi familia cuando se me sostuvo.

“Y todos los que estaban en la sala levantaron la mano para sostenerme”, dijo, riendo. “Así que eso fue bueno”.

El presidente Lund y su esposa, la hermana Kalleen Lund, sintieron el peso histórico de la inusual conferencia general de abril de formas que van más allá de cualquier llamamiento específico.

Si bien era difícil no poder reunirse junto a otros miles de personas, de la reciente conferencia surgieron “muchas cosas maravillosas”, dijo él.  “El consejo fue profundo, y el anuncio de nuevos templos en áreas de todo el mundo nos recuerda que esta es una época maravillosa”.

Para la hermana Lund, estar con sus hermanos santos de los últimos días —aun de forma virtual— “nos dio la paz que tanto ansiábamos”.

El presidente Lund, veterano militar, hombre de negocios internacional y experimentado líder de la juventud, dice que trabajar con el creciente cuerpo mundial de poseedores del Sacerdocio Aarónico es un privilegio sagrado para él y sus consejeros en la presidencia general de los Hombres Jóvenes, el hermano Ahmad Corbitt y el hermano Bradley R. Wilcox. 

“Me hace sentir humilde que se me confíe semejante responsabilidad”, dijo él. “Nos intimida un poco la tarea, pero tenemos gran fe en quienes nos han llamado y, felizmente, hemos tenido nuestra propia confirmación de que esta es la obra del Padre Celestial”.

El año 2020, con sus muchos desafíos y oportunidades, marca una “época maravillosa” para la juventud de la Iglesia, dijo él. “Se les está pidiendo hacer cosas que nunca se les había pedido —y están respondiendo con mucho entusiasmo y poder. Es emocionante verlo”.

El presidente Lund añadió que está agradecido por los esfuerzos “y el excelente trabajo” de su predecesor, el hermano Stephen W. Owen, y los otros líderes generales de la juventud que, con espíritu de oración, desarrollaron el nuevo programa Niños y Jóvenes a fin de ayudar a los jóvenes de la Iglesia en todo el mundo a seguir el ejemplo del Salvador.

El hermano Steven J. Lund
El hermano Steven J. Lund | Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

“Ahora es nuestra responsabilidad llevarlo a cabo de forma apropiada”, dijo él. “Estamos entusiasmados por salir y hacer buen uso del fundamento que se ha establecido”.

Como su esposa y compañera misional, la hermana Lund dijo que ha visto a su esposo ser preparado, durante décadas de servicio en la Iglesia, para el llamamiento que ahora cumple.

“Él es la persona en la que más confío en este mundo y sé que el Padre Celestial confía en él”, dijo ella. “Steve ha tenido experiencias singulares al trabajar con jóvenes toda su vida. Él tiene un don único de buscar a quienes están oprimidos. … Su amor y mensaje resonarán en aquellos que realmente están pasando por dificultades.

“Es una persona muy auténtica”.

Debido a su propio entusiasmo y aspecto juvenil, el líder de 66 años todavía lleva la apariencia de un niño de California amante del sol que disfrutó del amor y apoyo de una dedicada familia santo de los últimos días y de mentores invaluables que lo guiaron por el sendero del evangelio.

“Tuve la bendición de crecer en un barrio con líderes maravillosos que se tomaban en serio el evangelio. No recuerdo un momento de mi vida en el que no tuviera un sentimiento profundo de que había un Dios en el cielo que me amaba, sabía mi nombre y escuchaba mis oraciones”.

Él sigue agradecido por la bendición patriarcal que recibió a los 15 años, en un momento clave de decisiones personales fundamentales que cambian la vida. Esa bendición, dijo él, con la voz quebrada, le aseguró “que yo no era solo un niño cualquiera que crecía en un camino de tierra en la zona rural de California.

“Era un niño normal, pero, como miembro de la Iglesia, era parte de algo eterno y más grande que yo, y sabía que el Señor tenía una obra para mí”. 

Luego de graduarse de la preparatoria y estudiar un año en la universidad, aceptó un llamado a servir en la Misión Países Bajos Ámsterdam. Trabajar en los Países Bajos y en Bélgica le requirió aprender un idioma desafiante y experimentar los desafíos diarios de la obra misional. “Mi misión me llevó al ‘muro’ — y sacó de mí lo mejor que podía ofrecer”.

El servicio misional de tiempo completo también enriqueció su aprecio por la oración y el poder de conectarse con Dios a lo largo del día. Esas lecciones se profundizaron cuando, más tarde, presidió la Misión Georgia Atlanta (2003-2006) con la hermana Lund a su lado.

Luego de completar su primera misión, el presidente Lund se enlistó en la Armada de los EE. UU. y fue asignado a Frankfurt, Alemania, donde conoció a una joven estadounidense expatriada y miembro de la Iglesia llamada Kalleen Kirk. Se hicieron amigos y luego se reencontraron cuando ambos estudiaban en BYU.

“Fue allí, en la universidad, donde nuestra amistad se profundizó hasta llegar a ser algo más”, dijo él. Se casaron en el Templo de Salt Lake a finales del verano de 1980. Los Lund son padres de cuatro hijos.

Después de obtener un título en derecho en BYU, él trabajó como abogado antes de llegar a ser presidente y director ejecutivo de Nu Skin Enterprises. Actualmente, es presidente ejecutivo de la mesa de directores de la compañía y, hace poco, cumplió cinco años como regente del Sistema de Educación Superior de Utah.

Si fuera posible reunirse en una entrevista personal con cada diácono, maestro y presbítero del mundo, el presidente Lund sabe exactamente lo que les diría:

“Hallar gozo en el reino de Dios no es complicado —el Padre Celestial te ama. Solo necesitas amarlo tú también. Y si lo hacemos, vamos a estar seguros y felices. … Nuestra vida tendrá significado”.

La doctrina de Cristo, añadió, es hermosa y simple: arrepentirse y seguir creciendo.

“Y si hacemos esas cosas, el gozo de la vida no tendrá límites”.

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