COBÁN, Guatemala — El 5 de junio de 1979, el presidente Boyd K. Packer, en aquel entonces miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, estaba en La Grandeza, San Marcos, Guatemala, para la histórica dedicación de un nuevo centro de reuniones.
Antes de ofrecer la oración dedicatoria, el Apóstol les dijo a los que estaban reunidos que se estaba construyendo un templo en México y que la Iglesia tenía planes para construir más casas del Señor. Entonces profetizó sobre los futuros templos en Guatemala.
“Habrá un templo en Ciudad de Guatemala, un templo en Quetzaltenango y en Cobán,” dijo el élder Packer, según una historia escrita por John Forres O’Donnal (en inglés), el primer Santo de los Últimos Días registrado en Guatemala.
Cinco años después, el 14 de diciembre de 1984, el presidente Gordon B. Hinckley dedicaba el Templo de Ciudad de Guatemala (en inglés).
El élder Dieter F. Uchtdorf, en ese tiempo el segundo consejero de la Primera Presidencia, dedicó el Templo de Quetzaltenango, Guatemala (en inglés) el 10 de diciembre de 2011, más de 32 años después de la profecía.
El domingo, 9 de junio — 45 años después — el élder Dale G. Renlund del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicará el Templo de Cobán, Guatemala (en inglés) en dos sesiones programadas para las 10:00 de la mañana y la 1:30 de la tarde, hora local. Las sesiones se transmitirán a todas las unidades comprendidas en el distrito del templo.
Un cuarto templo — el Templo de Miraflores Ciudad de Guatemala — se encuentra en construcción desde que se celebró la ceremonia de palada inicial en diciembre de 2022. Ya se ha anunciado públicamente la ubicación de un templo en Huehuetenango, y otro, en Retalhuleu se encuentra en la etapa de planificación (todos los enlaces en inglés).
Mientras hablaba durante ceremonia de la palada inicial del templo de Cobán celebrada el 14 de noviembre de 2020, Julio Ovalle, un “pionero” de la Iglesia en el área, lloró al reflexionar sobre el cumplimiento de la profecía del presidente Packer.
“Hermanos y hermanas, en los 45 años de haberme bautizado en la Iglesia, he visto esas promesas y milagros hacerse realidad en muchas ocasiones y maneras. He sentido el abrazo de Dios y Su Consuelo en los momentos de pruebas y satisfacciones”, dijo en español. “Gracias Dios por darme el privilegio y el gozo de ver el cumplimiento de esas palabras”.

‘Única en todos los sentidos’
El élder Taylor G. Godoy, un Setenta Autoridad General que es el presidente del Área América Central de la Iglesia, dijo que el nuevo templo en Cobán refleja el amor del Señor por todos Sus hijos e hijas.
“Además de acercar a los miembros de esa zona las bendiciones derivadas de hacer convenios en la Casa del Señor, el templo de Cobán se yergue como otro testimonio de que tenemos un profeta viviente quien bendice a los lugares más remotos y en diferentes idiomas con ordenanzas salvadoras”.

La nueva casa del Señor es “única en todos los sentidos”, dijo el élder Godoy.
“Primero, por ser el único lugar donde se reciben las ordenanzas salvadoras a través de los convenios allí se hacen”, expresó. “Única por su aspecto y su arquitectura los cuales irradian el Espíritu incluso a las zonas circundantes, lo cual la convierte, en cierto sentido, en una misionera. Y, por supuesto, única por bendecir a la gente [que habla] una lengua diferente. Quizás en [nuestra] imaginación era difícil pensar cómo las ordenanzas podrían llegar a lugares lejanos en otros idiomas, pero una vez más, eso es testimonio de que tenemos un profeta viviente”.
Símbolo de ‘fortaleza y testimonio’
Durante la casa abierta, que se llevó a cabo del 25 de abril al 11 de mayo, el élder Godoy y sus consejeros, el élder Patricio M. Giuffra y el élder Ryan K. Olsen, junto con el élder Juan Pablo Villar del Departamento de Templos se ocuparon de realizar visitas guiadas para los medios de comunicación, líderes gubernamentales y otros invitados especiales.
El élder Olsen, segundo consejero de la presidencia de área dijo que era un honor mostrar y explicarle a los demás por qué el templo es tan importante.
“Quienes participaron [de esas visitas] se fueron del lugar con una mayor comprensión de por qué construimos templos y de la importancia de los convenios y ordenanzas hechos en la Casa del Señor”, dijo. “Aunque quedaron impresionados por la belleza del edificio y sus jardines, les impresionó aún más la sensación de paz que encontraron en su interior. Esta experiencia me recordó que el Señor tiene presentes a todos Sus hijos e hijas y desea que se acerquen a Él por medio de las ordenanzas y los convenios que se efectúan en los templos”.
Durante la casa abierta, el élder Olsen y su esposa, la hermana Julie Olsen, conocieron a Santos de los Últimos Días de lugares tan lejanos como la ciudad de Belice, a unos 480 kilómetros (300 millas), un viaje de más de 10 horas en automóvil. Muchos preguntaron sobre la posibilidad de obtener una recomendación para el templo después de la dedicación. El élder Olsen expresó su gratitud por saber que la casa del Señor será más accesible para ellos.

“El Señor ama a la gente del norte de Guatemala y Belice, y ha hecho que les sea más fácil seguirle”, dijo. “El templo de Cobán ... es un símbolo de la fortaleza y el testimonio de un pueblo que es humilde y firme en su fe en el Salvador Jesucristo. Este templo es único porque bendecirá a los indígenas de la región que hablan qʼeqchi’ y español”,
Entre los que recorrieron el templo con el élder y la hermana Olsen se encontraba Leonel Arturo Chacón Barrios, el exalcalde de Cobán quien, según dijo el élder Olsen, ofreció un apoyo fundamental para el templo.
“Tanto él como su esposa se sintieron conmovidos por la belleza y la paz del templo y reconocieron que sería una gran bendición para el pueblo de Cobán”, dijo el élder Olsen. “Él dijo, ‘Ahora entiendo por qué la construcción de templos es tan importante para los miembros’. Su esposa dijo lo útil que sería ‘si todos nos tomáramos unos minutos cada día, en un lugar sagrado como el templo, para pensar sobre nuestra relación con Jesucristo’”.
La Iglesia en Guatemala
O’Donnal, fue el primer Santo de los Últimos Días registrado en Guatemala; llegó al país en 1942 por orden del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, O’Donnal le escribió al presidente de la Iglesia, George Albert Smith, para solicitarle que enviaran misioneros a Guatemala.
Los misioneros llegaron en septiembre de 1947; la esposa de O’Donnal, Carmen Gálvez O’Donnal, fue la primera guatemalteca en ser bautizada. Más tarde, John y Carmen fueron llamados como líderes de misión en Ciudad de Guatemala y después de la Misión Guatemala Quetzaltenango. Ellos instituyeron un programa para capacitar a misioneros en cuatro idiomas mayas para que pudiesen compartir el evangelio con los indígenas guatemaltecos.
El presidente Spencer W. Kimball, en aquel tiempo miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles dedicó América Central para la prédica del evangelio el 16 de noviembre de 1962.
Al llegar 1962, había más de 10.000 miembros de la Iglesia guatemaltecos en las ciudades y las zonas montañosas. La primera estaca se creó en Ciudad de Guatemala, la capital del país, en 1967. En esa época, muchos de estos miembros hicieron grandes sacrificios para viajar casi 3.000 kilómetros (más de 1.800 millas) a través de México para llegar al Templo de Mesa, Arizona (en inglés) en los Estados Unidos para recibir las ordenanzas del templo.
Los primeros misioneros Santos de los Últimos Días llegaron al Valle Polochi, una zona indígena y rural en el norte de Guatemala, en 1977.
Los Santos de los Últimos Días de la región de Cobán, incluso Alta Verapaz, Baja Verapaz, Petén y Belice, han asistido al templo de Ciudad de Guatemala desde su dedicación en 1984. El tener un templo en Cobán les ahorrará entre cuatro y seis horas de viaje, que puede ser muy difícil dependiendo del tránsito y del clima.
La Misión Guatemala Cobán se creó en 2013.
La estaca N° 50 se organizó en Chulac, Guatemala, el 5 de mayo de 2019.
Menos de seis meses después, el 5 de octubre de 2019, el presidente Russell M. Nelson anunció un templo para Cobán, Guatemala.
El élder Brian K. Taylor, un Setenta Autoridad General y entonces el presidente del Área América Central, presidió la ceremonia de palada inicial del Templo de Cobán, Guatemala el 14 de noviembre de 2020.
Hoy, residen en Guatemala más de 290.000 Santos de los Últimos Días distribuidos en unas 440 congregaciones.
‘Inmenso gozo’
El nuevo templo servirá a las estacas de Cobán, Chulac, San Benito y Senahú, así como también a los distritos de Sacsuha y Salama, Guatemala; y a la Ciudad de Belice y Cayo, Belice.
La obra misional en Senahú comenzó en 1977 con la llegada de los jóvenes élderes John Bringhurst de los Estados Unidos y Raúl Zelaya de El Salvador, según ChurchofJesusChrist.org.

Ese mismo año, Bringhurst, con la ayuda de otro misionero, Óscar Delgado y un joven converso e intérprete llamado Miguel Chub, comenzó la obra en Chulac. Las primeras personas y familias de Chulac — 37 personas — fueron bautizadas en diciembre de 1977, de acuerdo con un artículo de la revista Liahona de noviembre de 1980.
En un “día claro y hermoso” en Chulac, Bringhurst escribió más tarde, se construyó una pequeña presa en un arroyo para crear un remanso donde poder realizar los bautismos, que se llevaron a cabo en español y en q’eqchi’. Bringhurst escribió que los nuevos miembros “todos habían sufrido persecución por aceptar el evangelio, y juntos formaron un núcleo fuerte y valiente de nuevos miembros”.

Los primeros bautismos en Senahú se llevaron a cabo en un río de la finca vecina llamada Trece Aguas, que durante muchos años fue un “maravilloso monumento natural”, escribió Benjamín Poóu, un exconsejero de la presidencia de la Misión Guatemala Cobán.
El primer Santo de los Últimos Días convertido en Senahú, Alberto Coy Yaxcal, recuerda cómo se sintió después de su bautismo el 6 de mayo de 1978: “Qué gozo más inmenso llenó nuestros corazones, que junto a las otras cuatro familias comenzamos inmediatamente a compartir el evangelio restaurado. Iniciamos con nuestros familiares, lo cual llevó a varios de ellos a unirse a nuestra fe”.
Con los años la Iglesia comenzó a crecer, pero no fue sin oposición. Yaxcal dijo que él y su familia sufrieron humillaciones y él perdió su trabajo.
“Nos quemaron nuestra casa para que saliéramos de ahí”, dijo. “La razón era porque nos comprometimos con el Señor a hacer avanzar su obra y predicar el evangelio. Para mí ha sido una gran experiencia, pero mayormente una gran bendición ser uno de los primeros miembros de la iglesia en este lugar”.
Guillermo Bol, otro de los primeros conversos, al principio rechazó a los misioneros, pero cambió de opinión cuando su esposa se mostró interesada en escuchar lo que tenían que decir. Sintieron un “espíritu especial” y se unieron a la fe.
“La primera experiencia después de mi bautismo fue que muchas personas comenzaron a burlarse de mí”, relató. “Aun así acompañaba a los misioneros para compartir el evangelio restaurado, encontramos personas que nos rechazaron, nos tiraron piedras, nos echaron agua caliente, y muchos otros. Pero estas vivencias solo iban fortaleciendo mi testimonio de esta verdad. Ahora puedo testificar con más firmeza que nunca que es una obra viviente y verdadera”

El Libro de Mormón en q’eqchi’
Q’eqchi’ (también se escribe K’ekchi’) es una lengua maya hablada por cientos de miles de personas en las remotas tierras altas de Guatemala.
Durante su misión en Guatemala en la década de 1970s, Bringhurst aprendió español y q’eqchi’. Después de su misión y después de casarse con su esposa, Betty, la pareja viajó de regreso a Guatemala, donde Bringhurst comenzó a trabajar con quienes hablaban esa lengua para traducir selecciones del Libro de Mormón al q’eqchi’.
Encontraron un lugar para vivir en el pequeño pueblo de San Pedro Carcha, en las afueras de Cobán y lejos de las comodidades modernas. Al poco tiempo, Betty descubrió que estaba embarazada del primer hijo de la pareja.
“De modo que, allí estaban, en sus primeras semanas de matrimonio, en San Pedro Carcha, día tras día, hora tras hora, semana tras semana, traduciendo el Libro de Mormón”, dijo el élder David Frischknecht, quien compartió el relato en un devocional de Ensign College de 2005 (en inglés). Frischknecht también sirvió como joven misionero y presidente de la misión en Guatemala. El élder Frischknecht actualmente sirve como Setenta de Área en el 12.o Cuórum de los Setenta con responsabilidades en el Área Utah.

La traducción completa del Libro de Mormón al q’eqchi’ se publicó en 1983. Los Bringhurst rechazaron cualquier compensación monetaria por su tiempo y esfuerzo.
“Ellos hicieron el trabajo con un solo fin: la gloria de Dios”, dijo Frischknecht en su devocional. “Los sacrificios de los Bringhurst ayudaron a poner los cimientos de la Iglesia entre el pueblo q’eqchi’”.
Como nota histórica relacionada, en febrero de este año, la Iglesia transmitió un devocional en la lengua q’eqchi’ por primera vez el cual contó con la participación del élder Ulisses Soares del Cuórum de los Doce Apóstoles y su esposa, la hermana Rosana Soares, en febrero de este año.