El élder Ryan K. Olsen y su esposa, la hermana Julie Olsen, se mudaron al vecindario de Sugar House en Salt Lake City cuando aún eran recién casados terminando sus estudios universitarios.
La joven pareja no tenía intención de quedarse mucho tiempo.
Ryan había conseguido un trabajo en Provo, Utah, a unos 45 minutos de distancia. La opción lógica y conveniente era dejar Sugar House, mudarse más cerca del trabajo y criar a su familia en una casa un poco más amplia.
Pero un llamamiento de la Iglesia cambió sus planes inmediatos — y los colocó en una trayectoria personal, profesional y eclesiástica que cambió sus vidas.
Después de que un sabio presidente de estaca descubrió que ambos Olsen habían servido en misiones en Sudamérica, los llamó a ser misioneros de estaca en el histórico Barrio Lucero de habla hispana.
“Tratamos de poner al Señor primero”, dijo el élder Olsen a Church News poco después de haber sido llamado el mes pasado como Setenta Autoridad General. “Así que decidimos quedarnos en Sugar House, y fue una de las mejores decisiones que hemos tomado. Cambió nuestras vidas en todos los aspectos”.
El élder Olsen tenía solo 25 años cuando fue llamado a ser obispo en su barrio en Sugar House. Dos años después, presidía la Estaca Salt Lake Sugar House.
La elección de los Olsen de confiar en el Señor, servir en sus congregaciones locales, vivir frugalmente y, sí, perfeccionar sus habilidades en español adquiridas en la misión, eventualmente les permitiría — temporal y espiritualmente — asumir aún más oportunidades de servicio cuando, en 2016, fueron llamados a dirigir la Misión Uruguay Montevideo Oeste (en inglés).
Con sus cuatro hijos, los Olsen regresaron a un área del mundo que ya conocían y amaban. Una vez más, su decisión de servir y confiar en el Señor no era conveniente — pero fue la decisión correcta.
Ahora, una vez más, se les pide a los Olsen que cambien sus planes para servir mejor al Señor.
Al igual que los Santos de los Últimos Días en todo el mundo, “simplemente estamos haciendo lo que se nos pide”, dijo la hermana Olsen. “En retrospectiva, siempre podemos ver cuánto hemos sido bendecidos”.
“El plan de Dios”, agregó el élder Olsen, “siempre es mucho mejor que nuestro plan. Puede que hayamos tomado otras decisiones en el camino, pero Él tenía un plan mejor”.
‘Recuerda quién eres’
Los Olsen se apresuran a señalar que han sido bendecidos desde el primer día de sus respectivas vidas.
Julie Darrington Olsen creció en el norte de California y fue criada por sus padres, Bruce y Wendy Darrington — “quienes fueron el epítome del servicio y la dedicación al Evangelio. Fueron tremendos ejemplos”.
Eso no significaba que las cosas fueran siempre fáciles, agregó. “Pero siempre anhelé algo más a causa del Evangelio”.
Mientras tanto, el élder Olsen se crio en Sandy, Utah, en un hogar similar de Santos de los Últimos Días. “Nuestros antepasados eran gente muy trabajadora”, dijo él, “se lleva en la sangre en ambas familias”.
Kirk y Cathy Olsen, los padres del joven Ryan, nunca lo dejaron salir de casa sin este recordatorio: “Recuerda quién eres”.
“Me volvían loco cuando era joven”, dijo entre risas. “Pero esas palabras me ayudaron a recordar mi identidad divina. Me ayudó a recordar que tengo un Padre Celestial que me ama y que el Salvador es mi mejor amigo.
“Todo lo que podemos esperar hacer o lograr es solo a través de Él”.
Dada su afortunada crianza, ambos sintieron el compromiso de servir al Señor y a Sus hijos. Después de la escuela secundaria, cada uno sirvió en una misión de tiempo completo. La hermana Olsen respondió un llamado a servir en la Misión Uruguay Montevideo. El élder Olsen salió de casa hacia la Misión Argentina Resistencia.
Dedicarse a tiempo completo a compartir el Evangelio en Latinoamérica los cambió a ambos para siempre. Cada uno de ellos sirvió bajo presidentes de misión sabios y espiritualmente sensibles que les enseñarían lecciones que les están sirviendo hasta el día de hoy.
El servicio misional “creó en ambos un gran amor por la gente del mundo”, dijo el élder Olsen. “Hemos aprendido que hay personas increíbles en todas partes. Nuestras misiones nos han ayudado a enmarcar la forma en que vemos el mundo”.
La hermana Olsen agregó: “Las cosas que aprendí en mi misión me han hecho una mejor mamá, una mejor esposa y una mejor líder de las Mujeres Jóvenes”.
Más tarde, los dos ex misioneros se conocieron en una cita a ciegas organizada por amigos en común. Se casaron en el Templo de Salt Lake, comenzaron una familia y sirvieron en su barrio y estaca en Sugar House, mientras que el élder Olsen establecía su carrera profesional en la industria de seguros.
Un regreso a la obra misional en Sudamérica
Cuando los Olsen fueron llamados a servir como compañeros de misión y dirigir la Misión Uruguay Montevideo Oeste, se sintieron humildes y llenos de gozo.
“Servir con los misioneros en Uruguay fue el mayor privilegio de nuestras vidas”, dijo la hermana Olsen. “Las Escrituras hablan del ‘noble y grande’ — y lo vimos en los misioneros cuando servimos con ellos, los amamos, les enseñamos y crecimos con ellos”.
El élder Olsen agregó que fue fortalecido “por la obediencia y la bondad” de los cientos de misioneros con los que sirvieron en Uruguay.
Dejar la casa durante tres años con niños creciendo no siempre fue fácil. Pero de nuevo, la retrospectiva está revelando a los Olsen las bendiciones que siguen a los sacrificios por la obra del Señor.
Un nuevo llamado a servir
Ahora, una vez más, los Olsen están depositando su confianza en el Señor al dar sus primeros pasos junto con el nuevo llamamiento del élder Olsen como Setenta.
“Realmente no sabemos qué esperar — pero de nuevo nos sentimos honrados de servir”, dijo el élder Olsen. “Como ha enseñado el presidente [Russell M.] Nelson, nunca ha habido un tiempo en el mundo en el que las verdades del Evangelio sean más necesarias para combatir los desafíos del día.
“Es desalentador, pero también increíblemente emocionante”.
La hermana Olsen se siente animada por el optimismo compartido por el presidente Nelson y sus compañeros líderes de la Iglesia.
“Hay esperanza y optimismo puro”, dijo ella. “El Salvador es la respuesta a todo — y ahora el tener al Salvador en el centro de nuestras vidas y compartirlo con los demás, es algo muy significativo”.
En su nuevo llamamiento como Setenta Autoridad General, el élder Olsen se siente honrado de poder compartir con una amplia audiencia esos principios clave del Evangelio que pueden elevar vidas y fomentar la esperanza. La reciente conferencia general de abril, dijo él, incluyó enseñanzas inspiradas sobre el principio del arrepentimiento. Eran recordatorios del amor del Salvador y de Su expiación.
“Históricamente, el principio del arrepentimiento a veces ha tenido una connotación dura o negativa — pero me encanta la idea de que el arrepentimiento significa cambio”, dijo el élder Olsen. “Con el cambio viene la esperanza. Me encanta la idea de que todos podemos cambiar. Todos podemos ser un poco mejores y hacerlo un poco mejor”.
El arrepentimiento y el cambio, agregó él, son posibles a través de Cristo.
“Así que estoy seguro de que enmarcaremos gran parte de nuestro servicio [invitando a otros] a enfocarse en el Salvador; poniéndolo a Él primero y dejando que Él prevalezca. Podemos mantenerlo a Él en el centro de nuestras vidas.
“Todo vuelve a Él”.
Confíen en el Señor, repitió él. Y, sí, “Recuerda quién eres”.
“No sean demasiado duros con ustedes mismos”, aconsejó el élder Olsen. “No se castiguen. Hacia adelante con gran optimismo. Son mucho mejor de lo que creen que son. Todos necesitamos escuchar que lo estamos haciendo bien”.
Encuentren seguridad y “gran consuelo” al seguir al Profeta, agregó.
El entusiasmo de trabajar hombro con hombro con los misioneros de tiempo completo no ha dejado a los Olsen desde su relevo como líderes de misión en Uruguay. Se sienten honrados de saber que sus nuevas asignaciones de servicio les ofrecerán nuevamente oportunidades para trabajar con los jóvenes.
“Estoy muy inspirada por la nueva generación”, dijo la hermana Olsen. “Es un privilegio servir con ellos y estar cerca de ellos. Siento que son de ellos de quienes aprendemos.
“Y ahora me encanta la idea de poder ayudarlos a aprender a reconocer el espíritu en sus vidas y ayudarlos a avanzar más a lo largo de la senda del convenio de una manera que hará una gran diferencia”.
Hay gozo, dijo ella, en vivir el Evangelio.
“El mundo a veces trata de alejarnos del Señor y ofrecer felicidad de diferentes maneras. Pero el verdadero gozo proviene de vivir el evangelio de Jesús”.
Más importante aún, el élder y la hermana Olsen quieren que sus compañeros Santos de los Últimos Días y otras personas sepan que aman al Salvador.
“Poder dar un testimonio especial de Él y testificar de Él es una tremenda responsabilidad”, dijo el élder Olsen. “Pero es algo que nos sentimos muy, muy bendecidos y agradecidos de poder hacer”.
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Información biográfica
Familia: Nació el 11 de octubre de 1974 en Salt Lake City, hijo de Kirk y Cathy Olsen. Él y Julie Darrington se casaron el 20 de noviembre de 1998 en el Templo de Salt Lake. Tienen cuatro hijos.
Educación: Licenciatura en comunicación-relaciones públicas de la Universidad de Utah.
Empleo: Ha trabajado en una variedad de campos de negocio. Presidente de área de Arthur J. Gallagher & Co., una empresa mundial de seguros, hasta su llamamiento como presidente de misión. Más tarde, vicepresidente principal de área de Arthur J. Gallagher & Co.
Servicio en la Iglesia: Antes de servir como Setenta Autoridad General, sirvió como Setenta de Área, presidente de la Misión Uruguay Montevideo Oeste (2016-2019), presidente de estaca, miembro del sumo consejo, presidente de misión de estaca, obispo, consejero de obispado, consejero de presidencia de Hombres Jóvenes de barrio y misionero de tiempo completo en la Misión Argentina Resistencia.