A continuación, se encuentra el texto de la oración que ofreció el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia para dedicar el Templo de Urdaneta, Filipinas el domingo 28 de abril de 2024.
Nuestro Padre Celestial: Como hijos Tuyos agradecidos, nos acercamos a Ti en oración en esta sagrada ocasión en la cual, por el poder de Tu santo sacerdocio, dedicaremos, el Templo de Urdaneta, Filipinas (en inglés) a Ti y a Tu amado Hijo.
Te agradecemos por el plan que Tú has establecido para la vida eterna de Tus hijos. Te agradecemos por Tu Hijo Unigénito, el Señor Jesucristo, por Su Resurrección, para nuestra inmortalidad; por Su Expiación, de nuestros pecados [de los cuales nos hemos] arrepentido y porque experimentó todos nuestros dolores y sufrimientos, para que así Él pudiera fortalecernos en nuestras aflicciones.
Te damos gracias por la restauración del evangelio, [que] comenzó con Tu aparición y la de Tu Hijo Unigénito al Profeta José Smith, a quien Tu llamaste para sacar a la luz el Libro de Mormón como otro testigo de Tu Hijo y de Tu plan de felicidad para Tus hijos e hijas.
Estamos agradecidos por Tus bendiciones sobre esta nación filipina y sus ciudadanos, y oramos para que Tú inspires y fortalezcas a sus líderes y a todos los que buscan preservar su independencia y administrar su gobierno con sabiduría y justicia para todos.
Gracias Te damos por la fe y devoción de aquellos que iniciaron Tu obra en esta nación y por la posteridad de ellos y de otros, cuya vida recta y creciente número la han establecido firmemente aquí.
Oramos por los misioneros y por la nueva generación, para que enseñen las verdades de Tu evangelio y las manifiesten al realizar sabias elecciones y actividades.
Te damos gracias por Tu Profeta, el presidente Russell M. Nelson, de quien hemos oído en esta reunión. Por favor, prolonga su vida y continúa revelándole Tu voluntad para el progreso de Tu obra entre Tus hijos del convenio y todos Tus otros hijos e hijas alrededor del mundo.
Te rogamos que bendigas al presidente de este templo y a la directora de las obreras que trabaja a su lado; a los consejeros del presidente y a las asistentes de la directora; y a todos los demás que trabajan bajo su dirección, a medida que ejercen la autoridad de Tu santo sacerdocio en esta casa del Señor.
Te suplicamos que tengas a bien proteger este templo y todas las instalaciones que lo rodean de cualquier tipo de influencia destructiva.
Ahora, Amado Padre Celestial, en virtud de la autoridad del santo Sacerdocio de Melquisedec, Te dedicamos y consagramos este Templo de Urdaneta, Filipinas, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Te dedicamos esta sagrada estructura y sus alrededores para sus sagrados propósitos, incluso los edificios auxiliares, los centros de bienvenida y de distribución, vivienda, terrenos y enjardinado. Te dedicamos todo este templo para realizar sus sagradas funciones, el bautisterio, las salas de ordenanzas y sellamientos, el salón celestial y todos los demás lugares de esta santa casa. Invocamos Tu poder para asegurar que Tu Espíritu y Tu gloria estén siempre presentes en este lugar y en toda Tu sagrada obra que se llevará a cabo aquí.
Y ahora, dedicamos y consagramos esta casa del Señor, la cual te presentamos a Ti y a Tu Amado Hijo, en el nombre de Jesucristo, amén.