La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está enviando artículos de primera necesidad y ayuda de emergencia a los afectados por las fuertes lluvias y los deslizamientos de tierra en el estado brasileño de São Paulo.
Los artículos donados ayudarán a rescatar a las víctimas y albergar a las personas sin hogar, informó la página de Facebook Autossuficiência Brasil (en portugués) de la Iglesia.
Una cantidad récord de lluvia cayó en la zona costera al este de São Paulo, lo que provocó la destrucción de cientos de viviendas y la muerte de al menos 48 personas, pero decenas de personas siguen desaparecidas según un informe de Reuters (en inglés).
En solo un fin de semana, el área fue azotada por más de 600 milímetros de lluvia, el nivel más alto jamás registrado en el país.
La BBC informó (en inglés) que muchas de las casas prefabricadas construidas en laderas empinadas no pudieron resistir la fuerza del agua, la tierra y las rocas que se precipitaron. Se estima que más de 9 millones de personas en Brasil viven en áreas propensas a inundaciones o deslizamientos de tierra.
La Iglesia ha donado agua embotellada, alimentos, colchones, ropa de cama, almohadas, ropa, equipos de protección personal, herramientas y kits de higiene y limpieza.
Además de la ayuda material, los miembros locales de la Iglesia están sirviendo en el programa “Manos que ayudan”, vistiendo las camisas y chalecos amarillos mientras prestan servicio donde se les necesita en sus comunidades.
Las donaciones comenzaron a llegar al municipio de São Sebastião el 24 de febrero, según una publicación de Autossuficiência Brasil (en portugués) y fueron descargadas y organizadas.
Los informes dados en las noticas explicaron que la zona costera había estado particularmente ocupada con familias y turistas que se dirigían a las playas durante el carnaval, lo que probablemente agravó el número de víctimas y puso a prueba a las organizaciones de socorro.
Los deslizamientos de tierra y las inundaciones son un problema recurrente en Brasil. El año pasado, cientos de personas murieron en Petrópolis, al norte de Río de Janeiro, a causa de las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra. La Iglesia y los miembros también respondieron con ayuda para el área.