Varias ciudades de Uruguay han sufrido intensas lluvias e inundaciones en noviembre y diciembre.
Videos y reportajes muestran calles llenas de agua corriendo en ciudades como Artigas, Paysandú, Salto y Montevideo.
En algunas zonas de Montevideo cayeron más de 10 cm de lluvia en sólo dos horas. El alcalde dijo a La Nación: “el problema es que llueve en una hora lo que llueve en un mes”.
En Paysandú, en la costa norte del país sudamericano, el río Uruguay se desbordó, provocando que cientos de familias tuvieran que abandonar sus hogares, informó la Sala de Prensa de la Iglesia en Uruguay.
La Iglesia proporcionó rápidamente ayuda humanitaria y los miembros de la Iglesia de la zona — jóvenes adultos, adultos y misioneros — trabajaron para servir a los necesitados.
Recolectaron y prepararon mil kits para los Centros Coordinadores de Emergencias Departamentales (Cecoed) para los desplazados por la inundación. Esto incluyó 400 kits de alimentos con alimentos suficientes para una familia durante un mes, 300 kits de limpieza y 300 kits de higiene personal.
El presidente de la Estaca Paysandú, Uruguay, Diego N. Barate, dijo que como cristianos se sienten muy felices de brindar la ayuda.
“Estamos con ese sentimiento agridulce, tristes por un lado por la situación que están viviendo muchos de nuestros hermanos aquí en la ciudad, pero por otro lado con ese sentimiento de felicidad de poder ayudar”, dijo a El Telégrafo. La televisión local Canal 4 también lo entrevistó sobre la ayuda en casos de desastre.
El presidente Barate dijo que las donaciones serán entregadas por el comité de emergencia local, quien tiene registrado a las familias afectadas.
Él enfatizó que la ayuda humanitaria de la Iglesia tiene el propósito de ayudar a las personas necesitadas sin importar su religión, nacionalidad, política, raza, etc.