En un nuevo esfuerzo para ayudar a los niños pequeños a recibir una nutrición adecuada e intervención temprana — y en un intento por poner fin al ciclo de la desnutrición infantil — La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha anunciado una donación de 5 millones de dólares a la nueva campaña mundial contra la desnutrición “No Time To Waste” (en inglés).
La campaña está especialmente diseñada para ayudar a los niños que sufren emaciación (en inglés), que se define como bajo peso para la estatura — la forma más inmediata, visible y potencialmente mortal de la desnutrición. Los niños con emaciación tienen el sistema inmunitario debilitado, lo que les hace correr un alto riesgo de sufrir retrasos en el desarrollo, enfermedades y la muerte.
La donación de la Iglesia incluirá materiales para ayudar con la prevención, detección y tratamiento de la emaciación y otras formas de desnutrición, según un comunicado de ChurchofJesusChrist.org.
Sharon Eubank, directora de Servicios Humanitarios de la Iglesia, hizo el anuncio en comentarios grabados que se compartieron en la ciudad de Nueva York en un evento paralelo de la Asamblea General de las Naciones Unidas el miércoles, 21 de septiembre, con otros líderes del sector privado y sin fines de lucro.
“La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se complace en ampliar nuestra colaboración a largo plazo con UNICEF y en prometer 5 millones de dólares en apoyo de la campaña contra la desnutrición No Time To Waste”, dijo la hermana Eubank.
“Esta financiación proviene en pequeños incrementos de familias trabajadoras y de viudas que tienen ingresos limitados y de niños pequeños”, agregó. “Fue dado por los Santos de los Últimos Días para que las madres tengan embarazos y partos más saludables y puedan ofrecer alimentos terapéuticos y micronutrientes a sus hijos que podrían estar en riesgo”.
La desnutrición y la emaciación pueden ser causadas por una nutrición materna deficiente, bajo peso al nacer, malas prácticas de alimentación, pobreza e infecciones. Esta nueva campaña ayudará a los niños desnutridos de 5 años o menos en hasta 24 países de África, Asia, el Caribe, Medio Oriente y Filipinas.
El obispo L. Todd Budge, segundo consejero del obispado presidente de la Iglesia, dijo: “Nos complace apoyar los esfuerzos de UNICEF para ayudar a los niños que padecen desnutrición, ya que este programa se alinea estrechamente con el enfoque global de la Iglesia en la nutrición de la primera infancia”.
UNICEF cree que hasta 41 millones de niños que sufren de desnutrición podrían verse afectados en el primer año del programa. Michael J. Nyenhuis, presidente y director ejecutivo de UNICEF USA, habló sobre la donación de la Iglesia.
“Este apoyo representa una nueva etapa significativa de nuestra asociación, que se basa en nueve años de impacto para los niños e inversiones en programas que salvan vidas. Ahora es el momento de actuar contra la emaciación infantil, y juntos no nos detendremos hasta que todos los niños estén sanos”, dijo Nyenhuis.
La campaña trabajará con ministerios de salud, organizaciones locales y sistemas de salud comunitarios para implementar el programa y brindar educación, capacitación y recursos directos a la familia.
El comunicado de prensa decía que la contribución de la Iglesia podría beneficiar:
- Miles de niños, con alimentos terapéuticos listos para usarse, suplementos vitamínicos, fortificación con micronutrientes, exámenes de detección temprana y tratamientos relacionados.
- Miles de mujeres, con asesoramiento nutricional, seguimiento del aumento de peso, suplementos de micronutrientes múltiples y tratamientos relacionados.
- Docenas de trabajadores de la salud, con capacitación para tratar la emaciación sin complicaciones y al mismo tiempo reducir significativamente la carga financiera de los padres.