La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana cubre 2 Nefi 3-5, que incluye los escritos de Nefi donde expresa su deleite en las escrituras y se lamenta por sus debilidades.
A continuación, les ofrecemos algunas citas de líderes de la Iglesia, actuales y del pasado, sobre estos capítulos.
2 Nefi 3
“Al principio de la Restauración, por traducción y revelación salieron a la luz muchos principios claros y preciosos en rápida sucesión por conducto de José Smith, el ‘vidente escogido’ (2 Nefi 3:6). Como cuando los invitados a cenar llegan casi todos a la vez, José, el anfitrión, recibió con agrado y apuntó cada principio. Solo después hubo tiempo y más madura percepción para ver la relación entre ellos y la antigüedad de sus credenciales”.
— Élder Neal A. Maxwell, conferencia general de octubre de 1985, “La vida premortal, una gloriosa verdad”
“En el Libro de Mormón leemos que cuando Lehi estaba en el desierto, le dijo a su hijo José que el Señor le había prometido a José, el que fue vendido a Egipto, que en los últimos días levantaría un profeta de sus lomos que sería semejante a Moisés (ver 2 Nefi 3:6-9). … Dijo que su nombre sería José y que su padre llevaría ese mismo nombre, y agregó: ‘y será semejante a mí … por el poder del Señor, guiará a mi pueblo a la salvación’ (2 Nefi 3:11, 15). …
“El Señor declare: No solamente para divulgar mi palabra … sino para convencerlos de mi palabra que ya se habrá declarado entre ellos (2 Nefi 3:11). ¿Qué quiso decirnos con eso? Que en medio de los miles de Iglesias de los hombres … el Señor le daría a ese nuevo profeta la inspiración para comprender las Escrituras que ya existían. …
“Después añade: ‘Y lo haré grande en mis ojos’ (2 Nefi 3:8). El mundo puede pensar lo que desee del profeta José Smith, pero nosotros tenemos la declaración del Señor de que él sería grande ante Sus ojos”.
— Élder LeGrand Richards, conferencia general de abril de 1981, “El llamamiento de los profetas”
2 Nefi 4
“Me parece que Nefi era un alumno que se dedicaba a las Escrituras. Leemos que Él se deleitaba en ellas, su corazón las meditaba y las escribía para la instrucción y el beneficio de sus hijos (véase 2 Nefi 4:15–16). ...
“Deleitarse en las Escrituras es más que estar hambriento y sediento de conocimiento. Nefi tuvo gran gozo durante su vida. Sin embargo, también afrontó dificultades y tristeza (véase 2 Nefi 4:12–13); ‘no obstante’, dijo, ‘sé en quién he confiado’ (2 Nefi 4:19). Conforme estudiemos las Escrituras, comprenderemos mejor el plan de salvación y exaltación de Dios, y confiaremos en las promesas que Él nos ha hecho en las Escrituras, así como en las promesas y bendiciones de los profetas modernos”.
— Élder Arnulfo Valenzuela, conferencia general de octubre de 2021, “Profundizar nuestra conversión a Jesucristo”
“En el Libro de Mormón, Nefi habla con frecuencia del deleite; se deleita ‘en las cosas del Señor’, ‘en las Escrituras’, y ‘en el gran y eterno plan’ de nuestro Padre Celestial (véase 2 Nefi 4:15–16; 11:2–8). Es sorprendente que Nefi suele recordar sus fuentes de deleite en medio de la aflicción, lo que eleva y centra su espíritu en bendiciones eternas.
“Nosotros, también, debemos deleitarnos en las cosas del Señor, ya que eso ‘elevará’ nuestro corazón y nos dará motivo para ‘regoci[jarnos]’ (2 Nefi 11:8). ...
“’Mi alma se deleita en las cosas del Señor’ (2 Nefi 4:16), Su ley, Su vida y Su amor. Deleitarse en Él es reconocer Su mano en nuestra vida. Nuestro deber en el Evangelio es hacer lo bueno, amar y deleitarnos en lo bueno. Cuando nos deleitamos en servirle, nuestro Padre Celestial se deleita en bendecirnos”.
— Hermana Susan W. Tanner, en aquel entonces recientemente relevada como presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2008, “Mi alma se deleita en las cosas del Señor”
“[2 Nefi 4:15] nos enseña la manera de leer el Libro de Mormón y se mencionan tres ideas importantes.
“Primero: ‘Mi alma se deleita’. ... El corazón se me llena de gozo al recibir aliento, dirección, consuelo, fortaleza y respuesta a mis necesidades. Cada vez que las leo, la vida parece ser más brillante y el sendero se despeja delante de mí. ...
“Segundo: ‘Mi corazón las medita’. ... el espíritu de lo que he leído para traerme paz y consuelo. El conocimiento que he logrado me brinda guía y dirección; siento la confianza que nace de la obediencia. ...
“[Tercero], mi corazón ‘las [escribe] para la instrucción y el beneficio de mis hijos’.
“Yo, naturalmente, no escribo Escrituras como lo hizo Nefi, pero cuando leo las Escrituras y vivo los principios que de ellas aprendo, esas Escrituras se escriben en mi vida, gobiernan mis acciones y allí se quedan escritas para que mis hijos las vean y las sigan. Puedo edificar un patrimonio y una tradición de un vivir recto, basados en los principios que aprendo de las Escrituras”.
— Hermana Cheryl C. Lant, en aquel entonces presidenta general de la Primaria, conferencia general de octubre de 2005, “Mi alma se deleita en las Escrituras”
“No existe una zona neutral entre el bien y el mal. Si están en los dominios del diablo, aléjense de ahí a toda carrera. No olvido nunca la humilde oración de Nefi, a pesar de lo fuerte que era: ‘Oh Señor, ¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado?”’ (2 Nefi 4:31).”
— Élder W. Eugene Hansen, conferencia general de abril de 1996, “Pastores espirituales”
“Como seres humanos, y a pesar de nuestra resolución y nuestros esfuerzos, seguiremos sin alcanzar la perfección. Sin embargo, al igual que Nefi, conscientes de nuestras debilidades, tentaciones y pasados errores, podemos decir: ‘no obstante, sé en quien he confiado’ (2 Nefi 4:19). De esa forma, sentimos el impulso natural de reanudar nuestros esfuerzos”.
— Élder Ronald E. Poelman, conferencia general de octubre de 1993, “El perdón divino”
“¿Qué pensamos de las Escrituras? ¿Sentimos hacia ellas el mismo amor que expresó Nefi cuando dijo:
“’Porque mi alma se deleita en las Escrituras, y mi corazón las medita’ … ‘He aquí, mi alma se deleita en las cosas del Señor, y mi corazón medita continuamente en las cosas que he visto y oído’” (2 Nefi 4:15–16)?
“Debemos demostrar gran respeto y reverencia por esas sagradas revelaciones. Debemos sentir gratitud por quienes han escrito y preservado esas revelaciones para nuestro beneficio”.
— Élder L. Lionel Kendrick, conferencia general de abril de 1993, “Escudriñad las escrituras”
“El modelo de rectitud personal, que incluye la oración, el estudio de las Escrituras y el servicio, es la respuesta para evitar los peligros de los que se habla en el Libro de Mormón. Nefi sabia esto cuando le pidió al Señor: ‘¡Oh Señor, envuélveme con el manto de tu justicia!’ (2 Nefi 4:33)’”.
— Hermana Janette C. Hales, en aquel entonces Segunda consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 1991, “Un modelo de rectitud”
“[C]onfiad en el Señor. Tal como dijo Nefi:
“‘¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza en el brazo de la carne; porque sé que maldito es aquel que confía en el brazo de la carne. Sí, maldito es aquel que pone su confianza en el hombre, o hace de la carne su brazo.
“‘Sí, sé que Dios dará liberalmente a quien pida’ (2 Nefi 4:34–35).
“Tornarse al Señor y confiar en Él significa aprender de Sus revelaciones. La seguridad espiritual proviene de la revelación que expone la verdadera naturaleza de la Deidad. La clase de Dios en que creemos generalmente determina la clase de gente que somos y lo que seremos”.
— Élder Charles Didier, conferencia general de abril de 1987, “Seguridad espiritual”
“Quizás la expresión más personal y alentadora de todas, al menos para mí, proviene de Nefi, el siervo sincero de Dios, quien, dando su testimonio de gratitud y deleite en el Señor, es lo suficientemente honesto como ‘Sin embargo, a pesar de la gran bondad del Señor al mostrarme sus grandes y maravillosas obras, mi corazón exclama: ¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades.
“‘Me veo circundado a causa de las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian.
“‘Y cuando deseo regocijarme, mi corazón gime a causa de mis pecados; …’ (2 Nefi 4:17–19).
“Y entonces clamó al Señor por ayuda:
“‘¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado?
“‘¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza en el brazo de la carne’ (2 Nefi 4:31, 34).
“Y Nefi consagró su vida al Señor”.
— Élder Marion D. Hanks, conferencia de abril de 1972, “El gozo a través de Cristo” (en inglés)
2 Nefi 5
“Después [de que Nefi y su familia] llegaron a la tierra prometida siguieron surgiendo grandes conflictos entre las personas que centraban su vida en Cristo y los incrédulos que seguían los ejemplos de Lamán y Lemuel. Al final, el riesgo de violencia entre ambos grupos era tan grande que Nefi y los que seguían la enseñanza del Señor se separaron y huyeron al desierto para estar a salvo. En ese entonces, unos treinta años después de que Lehi y su familia salieran de Jerusalén, Nefi hace una declaración bien documentada y algo sorprendente, en especial después de registrar en las Escrituras las muchas tribulaciones y aflicciones que habían padecido por tan largo tiempo. Estas son sus palabras: ‘Y aconteció que vivimos de una manera feliz’ (2 Nefi 5:27). A pesar de sus dificultades, pudieron vivir de una manera feliz porque estaban centrados en Jesucristo y en Su evangelio.
— Elder Richard J. Maynes, conferencia general de octubre de 2015, “El gozo de vivir una vida centrada en Cristo”
“Un matrimonio en el templo por el tiempo de esta vida y toda la eternidad merece que ustedes hagan su mayor esfuerzo y que le den la máxima prioridad. Fue sólo después de que Nefi había terminado el templo en el desierto que dijo: ‘Y… vivimos de una manera feliz’ (2 Nefi 5:27). La ‘manera feliz’ se halla en el templo; es guardar los convenios. No dejen que ninguna influencia entre en su vida ni en su hogar que causaría que comprometan sus convenios o su compromiso con su … familia”.
— Hermana Elaine S. Dalton, en aquel entonces presidenta general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de octubre de 2011, “Amar a su madre”
“Cuanto más sepamos de Jesús, más le amaremos. Cuanto más sepamos de Jesús, más confiaremos en él. Cuanto más sepamos de Jesús, más desearemos ser como él y estar con él, convirtiéndonos en la clase de hombres y mujeres que él desea que seamos (véase 3 Nefi 27:27), mientras vivimos ahora ‘de una manera feliz’ (2 Nefi 5:27).
— Élder Neal A. Maxwell, conferencia general de abril de 2001, “‘Con esperanza … arar’”
“El aumento en la tecnología, en las invenciones científicas y en los milagros de la medicina han sido maravillosos e increíbles, pero es necesario que los utilicemos apropiadamente para que nos brinden gozo y, para ello, es necesario el liderazgo espiritual y la moral. La civilización ha estado a nuestro alrededor por mucho tiempo. Aun cuando las computadoras son una gran comodidad y una extraordinaria ayuda para alivianar el trabajo, debemos recordar que los nefitas vivían ‘de una manera feliz’ (2 Nefi 5:27) a pesar de no tener computadoras”.
— Presidente James E. Faust, conferencia general de abril de 1999, “Esta es nuestra época”
“Cuando los del pueblo de Lehi llegaron a las Américas provenientes del Viejo Mundo, al establecer sus hogares y trabajar para su sustento, sintieron que dependían enteramente del Señor. Nefi registra lo siguiente:
“‘Y nos afanamos por cumplir con los juicios, y los estatutos y mandamientos del Señor en todas las cosas’ …
“‘Y el Señor fue con nosotros, y prosperamos en gran manera; porque plantamos semillas, y cosechamos abundantemente en cambio. Y empezamos a criar rebaños, manadas y animales de toda clase.
“‘Y aconteció que comenzamos a prosperar en extremo, y a multiplicarnos en el país’” (2 Nefi 5:10-11, 13).
“Esta clase de prosperidad material siempre ha sido una cosa muy frágil; ha llegado a ser una de las pruebas más grandes por las que puede pasar una persona. …
“Quizás las tragedias más grandes de todos los tiempos sean las que han ocurrido cuando las personas han recibido las bendiciones prometidas del Señor y luego han olvidado el origen que ha tenido su buena vida”.
— “Elder Dean L. Larsen, conferencia general de octubre de 1992, “El Señor prosperará a los justos”