La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana cubre Filipenses y Colosenses, e incluye los escritos del apóstol Pablo sobre “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Church News recientemente examinó los archivos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para conocer lo que líderes y eruditos han dicho sobre estos capítulos.
El encarcelamiento de Pablo
“‘… pues he aprendido a contentarme con lo que tengo’ (Filipenses 4:11). Tales son las palabras de Pablo en una carta al pueblo de Filipos. …
“En especial, es de sorprender que Pablo, justamente, fuera capaz de contentarse en el estado en el que se encontraba. Escribió aquellas palabras mientras estaba cautivo en la cárcel, y no se trataba de las cárceles que conocemos hoy en día. Actualmente, las cárceles son, por lo general, una celda de ladrillos de concreto, con baño, comida y ropa limpia, y ofrecen la oportunidad de trabajar e interactuar con otras personas, al menos hasta cierto punto. Pero Pablo se hallaba en una cárcel que los historiadores describen que estaba a ‘3.6 metros de profundidad en la tierra’ y que era ‘repugnante e inmunda a causa de la suciedad, la oscuridad y el hedor’. Aquella habitación, de unos 2 metros de altura, unos 9 metros de largo y unos 7 metros de ancho, era donde “los prisioneros que habían sido condenados a morir por estrangulamiento o inanición eran arrojados (‘Prisiones romanas,’ UNRV).
“Allí es donde estaba Pablo.
“Y sin embargo, de alguna manera, en ese terrible lugar, escribió lo que muchos cristianos llaman el libro más feliz de la Biblia. Expresó gratitud (véase Filipenses 1:3), esperanza (véase Filipenses 1:20) y confianza en el Señor (véase Filipenses 2:19). Hizo referencia al gozo y al regocijo más de 15 veces solamente en esa carta.
A diferencia de Pablo, la mayoría de nosotros no pasamos nuestros días encerrados entre las paredes de una prisión. Pero muchos de nosotros podemos estar encerrados en un estado mental parecido a una cárcel; atrapados en alguna prueba que parezca encerrarnos. Nuestras prisiones podrían ser la pérdida de empleo, la muerte de algún ser querido, la soledad, el miedo, los vaivenes económicos, las adicciones, el dolor o la ansiedad. Cuando nos sentimos encerrados en nuestras prisiones personales, ¿llenamos nuestro corazón y nuestras palabras de gratitud, esperanza, fe, confianza y gozo, al igual que Pablo? ¿Podemos mirar en retrospectiva nuestros momentos en las prisiones y referirnos a ellos como los capítulos más felices de nuestra vida? ¿Cómo es posible hacerlo?
“Aquello se hace posible al creer lo que Pablo creía cuando dijo: ‘Todo lo puedo en Cristo que me fortalece’ (Filipenses 4:13). Es por medio de Cristo que podemos estar rebosantes de gozo —incluso en nuestros lugares más oscuros— ‘con lo que ten[emos]’ (Filipenses 4:11)”.
— Hannah Pirzadeh en el artículo de la Liahona de febrero de 2021, “Todos podemos encontrar gozo dentro de nuestras prisiones personales”
Filipenses 2
“Me gustaría que todos los jóvenes de la Iglesia sepan que son hijos de luz. Como tales, ellos tienen la responsabilidad de ser ‘luminares en el mundo’ (Filipenses 2:15); tienen el deber de compartir las verdades del Evangelio. Son llamados a ser como un faro del templo, y reflejar la luz del Evangelio en un mundo cada vez más oscuro; tienen la responsabilidad de mantener su llama encendida y ardiendo con intensidad”.
— Presidente Thomas S. Monson en el artículo de la Liahona de agosto de 2015, “Sean una luz”
“Existe la verdad absoluta en un mundo que cada vez más desdeña y repudia los absolutos. En un día futuro, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que ‘Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre’ (Filipenses 2:10–11). Jesucristo es definitivamente el Hijo Unigénito del Padre Eterno. Como miembros de Su Iglesia, damos testimonio de que vive y que Su Iglesia ha sido restaurada en su plenitud en los últimos días”.
— Élder David A. Bednar, conferencia general de octubre de 2014, “Vengan y vean”
“Convertirse en personas íntegras y honestas no ocurre rápidamente ni de repente, ni es simplemente una cuestión de mayor disciplina personal. Es un cambio de carácter, un cambio de corazón. Y este cambio gradual de corazón es uno que el Señor logra dentro de nosotros, a través del poder de Su Espíritu, línea por línea. Por ejemplo, en Filipenses 2:12, Pablo anima a los santos a ‘labrad vuestra salvación con temor y temblor’. Pero, ¿cómo debemos hacerlo? Noten la respuesta que sigue en el versículo 13: ‘porque Dios es el que en vosotros produce tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad’. Es decir, nos entregamos al Señor y elegimos ser transformados. Él está obrando en nosotros y dentro de nosotros.
— Élder David A. Bednar en el artículo de la revista New Era de octubre de 2005, “El mensaje: Sean honestos” (en inglés)
Filipenses3
“El apóstol Pablo, después de examinar la vida privilegiada y compensadora de sus años de juventud —su primogenitura, su educación y su reputación en la comunidad judía—, dice a los filipenses que todo aquello era ‘basura’ comparado con su conversión al cristianismo. Luego agrega, y lo parafraseo: ‘He dejado de glorificar los ‘buenos tiempos pasados’ y ahora contemplo con ansias el futuro ‘por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús’” (véase Filipenses 3:7–12). Y después, estos versículos:
“‘…pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
“‘prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús’ (Filipenses 3:13–14).
No hay ahí una esposa de Lot; no se mira atrás hacia Sodoma y Gomorra. Pablo sabe que allá en el futuro, adelante y dondequiera que el cielo nos lleve, es donde ganaremos el “premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús’”
— El élder Jeffrey R. Holland en el artículo de la Liahona de enero de 2010, “Lo mejor aún está por venir”, reimpreso en la revista Liahona de enero de 2020
“El apóstol Pablo nos dio un consejo constructivo a todos los que hemos pecado pero que nos estamos esforzando por arrepentirnos. Dijo que deberíamos estar ‘olvidando ciertamente lo que queda atrás, y [extendiéndonos] a lo que está delante’ (Filipenses 3:13). En otras palabras, debemos dejar atrás el pasado y avanzar, confiando en el poder redentor de Dios. Tal esfuerzo de nuestra parte es una demostración de fe”.
— El élder Tad R. Callister en el artículo de Liahona de agosto de 2012, “¿Cómo sé que he sido perdonado?”
Filipenses 4
“El coro de uno de mis himnos favoritos dice: ‘Alzad la voz y alabad, cantad al Rey, loor cantad’ (‘A Cristo Rey Jesús’ Himnos, N.°30). El texto del himno está tomado de los escritos de Pablo a los Filipenses: ‘Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!’ (Filipenses 4:4). El diccionario define regocijarse como ‘sentir gozo o gran deleite’.
“La fuente del tipo de gozo que nos hace regocijarnos es la comprensión del plan de salvación.
“El gozo llega cuando tenemos el Espíritu en nuestra vida (véase Alma 22:15). Cuando tenemos el Espíritu, nos regocijamos en lo que el Salvador ha hecho por nosotros”.
— El élder Quentin L. Cook en el artículo de la revista New Era de enero de 2016, “El gozo está a su alcance” (en inglés)
“Al referirse a algunos de sus propios desafíos de la vida terrenal, el apóstol Pablo escribió: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Así vemos que, gracias a Su expiación, el Salvador tiene el poder de socorrer —de ayudar— en cada dolor y aflicción de la vida terrenal. A veces, Su poder sana una dolencia, pero las Escrituras y nuestras experiencias nos enseñan que a veces Él nos socorre o nos ayuda dándonos la fuerza o la paciencia para soportar nuestras dolencias”.
— El entonces élder Dallin H. Oaks, conferencia general de octubre de 2015, “Fortalecidos por la expiación de Jesucristo”
“En la jornada de la vida, que a veces es peligrosa, ruego que también sigamos este consejo del apóstol Pablo, el cual servirá para mantenernos seguros y bien encaminados: ‘…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si hay algo digno alabanza, en esto pensad’ (Filipenses 4:8).
“Exhorto a los miembros de la Iglesia, dondequiera que estén, que muestren bondad y respeto hacia todas las personas, en todas partes. Vivimos en un mundo de gran diversidad; nosotros podemos y debemos demostrar respeto hacia las personas cuyas creencias son diferentes de las nuestras”.
— Presidente Thomas S. Monson, conferencia general de abril de 2008, “El mirar hacia atrás y seguir adelante”
Colosenses 1
“Pablo instó a sus conversos a ‘que andéis como es digno del Señor…, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios’ (Colosenses 1:10). Mientras ayudaba a otros a progresar hacia esta meta, Pablo encontró tanto éxito como desafíos. Incluso un gran maestro como Pablo no pudo llegar a todas las personas a las que enseñaba, pero nunca se dio por vencido. … Pablo proporcionó un modelo de esto con sus palabras y acciones”.
— Frank F. Judd Jr. y John Hilton III, profesores de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo de la Liahona de septiembre de 2015, “El apóstol Pablo como gran maestro” (en inglés)
“Al leer las revistas y los manuales de la Iglesia, al asistir a las clases de la Iglesia y al sentarnos en las reuniones sacramentales, hagámoslo con la voluntad de sentirnos fortalecidos. Si lo hacemos, seremos edificados y animados, llegaremos a reconocer cuánto somos amados y obtendremos una visión más amplia de las bendiciones que tenemos y de las oportunidades divinas que nos esperan a medida que ‘permanecéis fundamentados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio’ (Colosenses 1:23)”.
— Élder David S. Baxter en el artículo de la Liahona de agosto de 2007, “Superar los sentimientos de insuficiencia” (en inglés)
Colosenses 2
“En la epístola de Pablo a los Colosenses encontramos la evidencia más temprana del gnosticismo en la Iglesia cristiana primitiva. El gnosticismo era una filosofía falsa que tenía como objetivo la creencia de que el espíritu era perfecto y santo, pero que la materia, y todo lo que se creaba a partir de ella, era completamente malo. Esta idea sostenía que Dios era un ser de espíritu puro y no podía tener nada que ver con el hombre, una criatura de materia (y por tanto malvada); por eso, en lugar de adorar a Dios, los gnósticos reverenciaban una extensa jerarquía de deidades inferiores. Es probable que en su carta a los santos de Colosas, Pablo atacara precisamente tal herejía denunciando lo que llamó ‘culto a los ángeles’ (Colosenses 2:18).
“Uno de los problemas que enfrentaron los cristianos gnósticos fue que los cristianos creían que Jesucristo había sido Dios y hombre. Debido a que Jesús tenía un cuerpo de materia, su posición en las jerarquías celestiales era problemática para los gnósticos. Pablo respondió con fuerza a esta ambivalencia con respecto al papel de Jesús cuando enfatizó en Colosenses 1:16-17 y Colosenses 2:9-10 Su preeminencia sobre todo. Noten el poder de sus palabras al definir la posición de Jesús:
“‘Porque por él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él’ (Colosenses 1:16).
“Pablo proclamó que el Salvador era ‘cabeza de todo principado y potestad’ (Colosenses 2:10). Advirtió a los colosenses ‘mirad que ninguno os engañe por medio de filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo’ (Colosenses 2:8). El gnosticismo y las herejías relacionadas eran un problema grave para la Iglesia. Tales creencias eran tan antitéticas a las doctrinas de Jesús y los apóstoles que los intentos de fusionarlas y reconciliarlas contribuyeron a la corrupción de la fe original. Fuentes extrabíblicas nos dicen que el gnosticismo jugó un papel importante en los primeros siglos de la historia cristiana. Mientras que la religión de los apóstoles no continuó, su contraparte gnostizada sí lo hizo”.
— Kent P. Jackson, ex profesor de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo de la revista Ensign de diciembre de 1984, “Primeras señales de la apostasía” (en inglés)
Colosenses 3
“Tal como el apóstol Pablo aconsejó a los primeros santos: ‘La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gratitud en vuestros corazones al Señor’ (Colosenses 3:16).
“La música puede invitar al Espíritu instantáneamente a una lección o reunión. El escoger alguna canción para cantarla durante la clase de la Escuela Dominical o durante el análisis de Ven, sígueme merece la misma consideración minuciosa y con espíritu de oración que el escoger los pasajes de las Escrituras que leeremos o la parte de la lección que compartiremos. La música que se escoge con espíritu de oración puede tocar el corazón, dejando impresiones espirituales que podrían perdurar toda la vida”.
— Jan Pinborough en el artículo de la Liahona de marzo de 2021, “Mantener la música como parte central de la adoración”
“Existe tanta descortesía en el mundo de hoy. Debido a la condición anónima del internet, es más fácil que nunca poner en línea expresiones dañinas e irritantes. Ya que somos discípulos de nuestro bondadoso Cristo, llenos de esperanza, ¿no deberíamos nosotros tener una norma más elevada y caritativa? Las Escrituras nos enseñan: ‘Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno’ (Colosenses 4:6).
“Me gusta la idea de que nuestras palabras sean claras como un cielo despejado y llenas de gracia. ¿Pueden imaginar lo que serían nuestras familias, nuestros barrios, nuestras naciones e incluso el mundo si adoptáramos ese sencillo principio?”
— El entonces presidente Dieter F. Uchtdorf en el artículo de la Liahona de febrero de 2013, “Unas palabras para el misionero indeciso”