La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana abarca 2 Corintios 8-13, que incluye los escritos del apóstol Pablo sobre la gracia, el tercer cielo y el “don inefable” de Dios.
Church News recientemente examinó los archivos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para conocer lo que líderes y eruditos han dicho sobre estos capítulos.
2 Corintios 8
“El Príncipe de paz, el Príncipe de gloria, el Señor Jesucristo descendió a vivir entre Su pueblo y compartir su pobreza y sufrimiento para poder ser un rey más compasivo. Como dijo el apóstol Pablo, ‘por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos’ (2 Corintios 8:9). …
“En otras palabras, una de las razones por las que Cristo vino a la tierra fue para experimentar tentación, dolor, tristeza y sufrimiento para poder ser un Rey más compasivo y perfecto. …
“Aunque Cristo tuvo perfecta compasión en su función preterrenal como Jehová, Su venida a la Tierra y su sufrimiento personal en la carne fueron esenciales para Su sacrificio expiatorio”.
— Élder Bruce D. Porter en el artículo del Ensign de diciembre de 2009, “El Príncipe de gloria” (en inglés)
“En el pequeño reino que supone una familia, cada cónyuge aporta libremente algo que el otro no tiene y sin lo cual ninguno sería completo y no podría regresar a la presencia de Dios. El matrimonio no se compone de un solista que goza de un acompañante, ni de dos solistas. Son las partes interdependientes de un dúo que interpretan juntos, en armonía, en un nivel al que nadie puede ir por su cuenta.
“Cada uno aporta a la carencia del otro. Pablo escribió, ‘Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez,
“sino para que… con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad’ (2 Corintios 8:13–14).
— Élder Bruce C. Hafen y hermana Marie K. Hafen en el artículo de la Liahona de agosto de 2007, “Crucemos el umbral y seamos iguales”
2 Corintios 9
“Declaramos juntamente con el apóstol Pablo: ‘¡Gracias a Dios por su don inefable!’ (2 Corintios 9:15).
“Pero, ¿qué le daremos nosotros a Él?
“El regalo que Él nos pide no puede comprarse con dinero. No lo encontraremos en una tienda en internet. No podemos pedir a otra persona que lo haga en nuestro lugar. No podemos dejarlo debajo del árbol de Navidad.
Lo que el Salvador nos pide es el corazón. …
“Para darle el corazón, primero tenemos que aceptar Su ayuda. Entregar todo el corazón al Salvador significa venir a Él con un corazón quebrantado y un espíritu contrito de arrepentimiento (véase 3 Nefi 12:19). Solo entonces podemos recibir plenamente Su don de la Expiación y hacernos merecedores del don de la vida eterna de Dios. Al arrepentirnos de manera bien dispuesta, mostramos nuestro amor y gratitud por el don de Dios y por el sacrificio del Salvador a nuestro favor”.
— Élder Dieter F. Uchtdorf en el artículo de la Liahona de diciembre de 2021, “Los más grandiosos regalos de Navidad”
“El tercer viaje misional de Pablo terminó en Jerusalén, probablemente alrededor del año 61 d.C. El libro de Hechos habla de su llegada a Jerusalén, pero dice poco acerca de por qué había ido. (Véase Hechos 21:17–19) …
“Sin embargo, en Romanos 15:24-31, Pablo explica con cierto detalle que su propósito al ir a Judea era llevar una donación de bienestar de Macedonia y Acaya ‘para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén’...
“El aspecto del bienestar se desarrolla más en 2 Corintios 9:1-15, en el que Pablo insta a los santos corintios a que prepararan su ofrenda de antemano para poder obtenerla cuando llegara.
“El énfasis en estas cosas nos lleva a otra característica importante. Hechos 11:27-30 hace escasa referencia a Pablo como trabajador de bienestar y menciona una ocasión en la que con Bernabé llevó una donación a los santos en Jerusalén. Esto fue alrededor del año 41 o 44 d.C. y posiblemente fue la primera experiencia de Pablo con el bienestar como programa de la Iglesia. Sin embargo, como se indicó anteriormente, sus epístolas dan evidencia de que en los años siguientes se convirtió en un diligente trabajador de bienestar, recolectando ofrendas en toda Galacia (véase 1 Corintios 16:1), Macedonia (véase Romanos 15:25-26) y Grecia (véase 2 Corintios 9:1-5) para los santos de Judea. …
“Del libro de los Hechos apenas sabríamos de la gran diligencia de Pablo en la actividad de bienestar, pero de sus epístolas aprendemos de sus diversas colecciones de bienestar y de sus fuertes persuasiones a las ramas de la Iglesia con respecto a esta parte de su ministerio”.
— Robert J. Matthews, ex decano de Educación Religiosa de la Universidad Brigham Young, en el artículo de New Era de abril de 1977, “San Pablo escribe sobre la Iglesia” (ambos en inglés)

2 Corintios 10
“En general, las fotografías que se publican en las redes sociales tienden a representar la vida de la mejor manera y, a menudo, hasta de un modo poco realista. Con frecuencia están llenas de imágenes hermosas de decoración del hogar, maravillosos sitios turísticos y preparaciones de comidas elaboradas. El peligro, por supuesto, está en que muchas personas se desalientan porque aparentemente no están a la altura de esta realidad virtual idealizada. …
“Según parece, esto no es una señal exclusiva de nuestra época, sino que, considerando las palabras de Pablo, también sucedía en épocas pasadas: ‘… pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, no son juiciosos’ (2 Corintios 10:12). …
“Como pueden ver, tenemos que ser conscientes de los peligros y riesgos, entre ellos la realidad idealizada y las comparaciones debilitantes”.
— Élder Gary E. Stevenson en el artículo de la Liahona de abril de 2018, “Compartamos nuestro conocimiento de un Salvador”
“El apóstol Pablo advirtió que los hombres ‘midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, no son juiciosos’ (2 Corintios 10:12).
“También debemos prestar poca atención a aquellas personas que hacen las comparaciones por nosotros y nos dicen lo que ellos piensan que valemos. …
“He aquí la clave: es el cliente el que examina el precio, evalúa el producto y decide si vale lo que cuesta. Y, en esta vida, hay únicamente un Comprador de importancia.
“Nuestro Salvador Jesucristo evaluó ‘el producto’: nosotros, tanto colectiva como individualmente. Él sabía de la profunda iniquidad que caracterizaría a la familia humana. Él comprendía el terrible e inestimable precio que Él tendría que pagar, ‘padecimiento que hizo que [Él], Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu’ (D. y C. 19:18).
“Sabiendo todo eso, aún así Él decidió que yo valía la pena.
“No importa cuán inferior me considere en comparación con los demás, no importa la poca valía que los demás vean en mí, Jesús consideró que yo valía el precio que Él tuvo que pagar. …
“Si tienes dudas de lo que vales, acude al Comprador para conseguir la única evaluación del producto que realmente importa”.
— Adam C. Olson en el artículo de la Liahona de septiembre de 2012, “¿Cuánto valgo?”
2 Corintios 12
“El poeta Robert Bly escribió, ‘Donde esté la herida de un hombre, allí estará su genio’. Nuestras heridas informan nuestra experiencia y dan forma a nuestro viaje. Nos enseñan cosas que no podemos aprender en un salón de clases. Nuestros momentos de quebranto nos inspiran a acudir al Salvador en busca de sanación, a humillarnos y a confiar completamente en Él. Nos permiten, poco a poco, llegar a ser más como Él.
“Jesucristo no sería el Salvador si no hubiera soportado Su quebranto. Y no serían las personas gloriosas en la que se están convirtiendo si no tuvieran que soportar la suya. Cuando lo reconozcan, podrán decir con Pablo, ‘Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo’ (2 Corintios 12:9). Finalmente pueden agradecer a Dios por el regalo de su quebranto”.
— Maryssa Dennis en el artículo de la Liahona de agosto de 2018, “La belleza de lo quebrantado”
“Nunca debería haber sólo dos opciones: la perfección o darse por vencidos. Cuando se aprende a tocar el piano, ¿son las únicas opciones tocar en un teatro famoso o dejar de tocar? No. Crecer y mejorar toma tiempo; aprender toma tiempo. Cuando entendemos la gracia, entendemos que Dios es longánimo, que el cambiar es un proceso y que el arrepentimiento es un modelo a seguir en nuestra vida. Cuando entendemos la gracia, entendemos que las bendiciones de la expiación de Cristo son constantes y que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad (véase 2 Corintios 12:9). Cuando entendemos la gracia, podemos, como dice en Doctrina y Convenios, “[continuar] con paciencia hasta [perfeccionarnos]” (D. y C. 67:13).
La gracia no es un motor de refuerzo que funciona cuando nuestra fuente de energía se agota, sino que es nuestra fuente de energía constante. No es la luz al final del túnel, sino la luz que nos mueve a través de ese túnel. La gracia no se obtiene en algún lugar en el futuro; se recibe aquí y ahora”.
— Hermano Bradley R. Wilcox en el artículo de la Liahona de septiembre de 2013, “Su gracia es suficiente”
“En su segunda carta a los corintios, el apóstol Pablo contó de la visión de un hombre que ‘fue arrebatado hasta el tercer cielo’ (2 Corintios 12:2). Al hablar de la resurrección de los muertos, describió ‘cuerpos’ con glorias distintas, como las correspondientes glorias del sol, la luna y las estrellas. A los primeros dos les llamó ‘cuerpos celestiales, y cuerpos terrestres’ (véase 1 Corintios 15:40–42). Para nosotros, la vida eterna en la gloria celestial, la más alta gloria, no es una unión mística con un incomprensible dios espíritu. Más bien, la vida eterna es vivir en familia con un Padre Celestial amoroso y con nuestros progenitores y nuestra posteridad”.
— El entonces élder Dallin H. Oaks en el artículo de la Liahona de enero de 2011, “Elementos fundamentales de nuestra fe”
“Dondequiera que vivan en la tierra, y cualquiera que sea la situación en la que vivan, les testifico que el evangelio de Jesucristo tiene el poder divino de elevarles a grandes alturas desde lo que a veces parece ser una carga o debilidad insoportables. El Señor está al tanto de sus circunstancias y sus tribulaciones. Él le dijo a Pablo y a cada uno de nosotros: ‘Te basta mi gracia’. Y al igual que Pablo, podemos responder: ‘…mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo’ (2 Corintios 12:9).
Como miembros de la Iglesia de Jesucristo, podemos reclamar las bendiciones prometidas en los convenios y las ordenanzas que recibimos cuando aceptamos el evangelio de Jesucristo”.
— Élder Dieter F. Uchtdorf, conferencia general de octubre de 2007, “¿No tenemos razón para regocijarnos?”

2 Corintios 13
“Las Escrituras nos enseñan: ‘… Por boca de dos o de tres testigos se establecerá toda palabra’ (2 Corintios 13:1). El mismo principio se puede aplicar a nuestra labor de buscar información verídica y precisa. Aunque podemos encontrar fácilmente respuestas a preguntas importantes con tan solo una sencilla búsqueda en línea, verificar la exactitud de esa información requiere tiempo y esfuerzo. Además, también existe el peligro de confiar en un solo punto de vista, sobre todo en una época en la que los prejuicios en los medios de comunicación parecen ser más comunes y cuando cada vez hay más personas que pretenden promover sus intereses. Podemos estar mejor informados si buscamos en múltiples fuentes de diferentes medios, como libros, artículos periodísticos, estudios académicos y otros expertos de confianza”.
— Kristoffer Boyle, profesor asociado de comunicación de la Universidad Brigham Young, en el artículo de la Liahona de octubre de 2022, “Cómo encontrar la verdad en la era de la información errónea”
“Jesús presentó el reto, ‘¿Qué pensáis del Cristo?’ (Mateo 22:42). El apóstol Pablo desafió a los corintios, ‘Examinaos a vosotros mismos, para ver si estáis en la fe’ (2 Corintios 13:5). Todos deberíamos responder a estos desafíos por nosotros mismos. ¿Dónde depositamos nuestra lealtad suprema? ¿Somos como los cristianos de la memorable descripción del élder Neal A. Maxwell que se mudaron a Sión pero aún intentan mantener una segunda vivienda en Babilonia?.
No hay término medio. Somos seguidores de Jesucristo; somos ciudadanos de Su Iglesia y de Su evangelio y no deberíamos usar un visado para visitar Babilonia o actuar como uno de sus ciudadanos. Debemos honrar Su nombre, guardar Sus mandamientos y ‘no [buscar] las cosas de este mundo, mas [buscar] primeramente edificar el reino de Dios, y establecer su justicia’ (Mateo 6:33, nota a pie de página de la Traducción de José Smith, Mateo 6:38)”.
— El entonces élder Dallin H. Oaks, conferencia general de octubre de 2011, “Las enseñanzas de Jesús”
“Pablo declara que ‘Por boca de dos o tres testigos se establecerá toda palabra’ (2 Corintios13:1).
“La Biblia había perdurado por siglos; es un libro valioso y maravilloso. Y ahora había un segundo testigo que declaraba la divinidad de Cristo. El Libro de Mormón es el único libro que se haya publicado, a mi entender, que lleva la promesa de que quien lo lea con espíritu de oración y pregunte a Dios en oración en cuanto a él, le será revelado, por el poder del Espíritu Santo, el conocimiento de que es verdadero (véase Moroni 10:4)”.
— Presidente Gordon B. Hinckley, conferencia general de octubre de 2007, “La piedra cortada del monte”