Cuando el presidente y director ejecutivo de UNICEF USA (en inglés) visitó el Centro Humanitario y la Manzana de Bienestar en Salt Lake City por primera vez, quedó asombrado.
“Estoy literalmente impresionado por todo lo que hemos visto”, dijo Michael Nyenhuis. “Estoy impresionado por la escala y la amplitud de todo esto”.
Nyenhuis y otros de UNICEF USA fueron recibidos por los líderes de la Iglesia y el Departamento de Servicios de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia el 12 de enero, informó ChurchofJesusChrist.org (en inglés).
Sharon Eubank (en inglés), directora de Servicios Humanitarios de la Iglesia, dirigió los recorridos por los sitios humanitarios y le dijo al grupo que esperaba que vieran tres cosas.
“Espero que vean la evidencia de personas que intentan poner su fe en Jesucristo en algún tipo de acción práctica. Espero que vean una reverencia por la dignidad del alma humana, de todas las personas, cualquiera que sea la religión, la tradición o la ideología política a la que pertenezcan. Y espero que vean que el espíritu de servir voluntariamente sin recibir una remuneración ajena a uno mismo es bueno para el tejido social, y es bueno para el alma humana”, dijo la hermana Eubank.
Nyenhuis dijo que veía a la Iglesia viviendo la misión que Jesucristo encomendó para ser Sus manos y sus pies.
“Ustedes no son solo bienhechores. En realidad, son llamados a esto, y creo que el llamamiento que tienen las personas basadas en la fe a esta obra los hace más comprometidos”, dijo.








10 años de colaboración de la Iglesia con UNICEF
Desde 2013, UNICEF y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han trabajado juntos en todo el mundo para alinear estrechamente los objetivos de nutrición e inmunización infantil, incluyendo la eliminación del tétanos materno y neonatal, llegando a 10 millones de mujeres con una vacuna para mantenerlas a salvo.
Las dos organizaciones también trabajan juntas para ayudar a los refugiados en situaciones de emergencia y han llegado a 115 000 niños refugiados en varios países a través del programa Learning for Life [Aprendiendo para la vida].
Durante la pandemia, la Iglesia también se unió a un esfuerzo global para distribuir millones de vacunas contra el COVID-19 (en inglés).
El obispo presidente Gérald Caussé expresó su gratitud por la larga colaboración con UNICEF.
“Su labor para cuidar a los niños vulnerables y sus familias en todo el mundo se alinea estrechamente con el enfoque global de la Iglesia en la nutrición de la primera infancia. Nos esforzamos por seguir la admonición de Cristo de amar y servir a nuestro prójimo”, dijo el obispo Caussé.
Durante su visita a Salt Lake City, Nyenhuis y sus colegas se reunieron con el Obispado Presidente en la Manzana del Templo.
“Creo que hay varias áreas en las que podemos trabajar de manera realmente efectiva con la Iglesia, y una de ellas es el área de las vacunas. Es una alta prioridad para la Iglesia y la estrategia de la Iglesia, y es fundamental para UNICEF”, explicó Nyenhuis. “Y luego está el área de nutrición. Estamos viendo una crisis nutricional masiva para los niños de todo el mundo hoy”.
Seguir colaborando para cuidar a los más necesitados

La delegación asistió a una cena en la Manzana del Templo la noche del 12 de enero con el élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el obispo Caussé, la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, y el élder Blaine R. Maxfield, Setenta de Área y director ejecutivo de los Servicios de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia.
La presidenta Johnson dijo que trabajar con UNICEF en iniciativas como el programa “No Time to Waste” [Sin tiempo que perder] brindará una mejor nutrición y salud para los niños.
“Este esfuerzo mundial está especialmente alineado con la misión de la Sociedad de Socorro de la Iglesia de aliviar el sufrimiento, incluyendo a los niños que padecen desnutrición”, dijo. “Expresamos nuestro amor a los niños de todo el mundo y estamos comprometidos con el trabajo para ayudar a poner fin a las formas de desnutrición que amenazan la vida y brindar vidas más saludables y felices a los niños pequeños”.
El élder Maxfield dijo que una prioridad clave para la Iglesia es brindar alivio a los crecientes niveles de hambre y desnutrición en todo el mundo. “Nuestras contribuciones y colaboración con UNICEF USA ayudan a los niños y madres más vulnerables en todo el mundo”.
Después de concluir el recorrido por la Manzana de Bienestar y el Centro Humanitario, Nyenhuis compartió sus pensamientos mientras estaba sentado frente a la estatua del Christus en el Centro de Conferencias.
“Hoy he visto a la Iglesia viviendo realmente la misión que Jesús le encomendó de ser sus manos y sus pies en sus propias comunidades y luego en todo el mundo”, dijo Nyenhuis.
