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El presidente Oaks enseña por qué los templos y los convenios son importantes

Su propósito es bendecir a los hijos del convenio de Dios con la adoración en el templo, responsabilidades sagradas, poderes y bendiciones únicas

Cuando nació el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, en 1932, La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días tenía 700 000 miembros y siete templos.

Al 1° de abril, 92 años después, la membresía de la Iglesia asciende a más de 17 millones de miembros en 170 países y hay 189 templos dedicados y otros 146 en planificación o construcción.

La construcción de templos en todo el mundo, donde los Santos de los Últimos Días pueden recibir ordenanzas y hacer convenios sagrados, es algo que distingue a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de otras Iglesias.

El presidente Oaks habló sobre el propósito de los templos y la historia y la función de los convenios en la adoración de los Santos de los Últimos Días durante la sesión del domingo por la mañana de la conferencia general de abril de 2024.

“La Iglesia de Jesucristo está construyendo templos en todo el mundo. Su propósito es bendecir a los hijos del convenio de Dios con la adoración en el templo y con las responsabilidades y poderes sagrados y las bendiciones únicas de estar unidos a Cristo que reciben por convenio”, dijo.

“La Iglesia de Jesucristo es conocida como una iglesia que hace hincapié en los convenios con Dios. Los convenios son inherentes a cada una de las ordenanzas de salvación y exaltación que administra esta Iglesia restaurada”.

Convenios y responsabilidades

Un convenio es un compromiso de cumplir ciertas responsabilidades, como lo demuestran en la sociedad los jueces, los militares, el personal médico y los bomberos, quienes se comprometen — a menudo formalizado mediante juramento o convenio — a realizar las tareas asignadas.

“Los compromisos personales son esenciales para la regulación de nuestras vidas individuales y para el funcionamiento de la sociedad”, dijo el presidente Oaks.

President Dallin H. Oaks, first counselor in the First Presidency, speaks during the Sunday morning session of the 194th Annual General Conference of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on April 7, 2024.
El presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, habla durante la sesión del domingo por la mañana de la Conferencia General Anual N° 194 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 7 de abril de 2024. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

Historia de los convenios

Una historia fundamental de las promesas del convenio de Dios se encuentra en el Antiguo Testamento, que con frecuencia se refiere al convenio de Dios con Abraham y su descendencia.

El Libro de Mormón, que fue escrito durante el periodo del Antiguo Testamento, detalla el papel de los convenios en la historia y la adoración israelita. Los Libros de Nefi hacen referencia al Convenio Abrahámico y a Israel como “el pueblo del convenio del Señor”, y la práctica de hacer convenio con Dios se encuentra en todo el Libro de Mormón, dijo el presidente Oaks.

“El libro es la fuente principal de la restauración para la plenitud del evangelio, incluyendo el plan de Dios para Sus hijos, y el Libro de Mormón está lleno de referencias a los convenios”, dijo.

“Los convenios fueron fundamentales en la restauración del evangelio. Esto es evidente en los primeros pasos que el Señor dirigió al profeta que diera para organizar Su Iglesia”, dijo el presidente Oaks, quien hizo referencia al bautismo y a la participación semanal de la Santa Cena. “La ordenanza del bautismo y sus convenios asociados son los requisitos esenciales para entrar al reino celestial”.

El presidente Oaks continuó: “Hoy en día tenemos una mejor comprensión de la función de los convenios en la Iglesia restaurada y en la adoración de sus miembros. … El presidente Russell M. Nelson se refiere con frecuencia a la ‘senda de los convenios’, que ‘nos lleva de regreso a [Dios]… y tiene que ver con nuestra relación con Dios. También nos enseña a ver el final desde el principio y a ‘pensar de manera celestial’”.

President Dallin H. Oaks, first counselor in the First Presidency, left, speaks with President Henry B. Eyring, second counselor in the First Presidency, during the Sunday morning session of the 194th Annual General Conference of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on April 7, 2024.
El presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, a la izquierda, habla con el presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, durante la sesión del domingo por la mañana de la Conferencia General Anual N° 194 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 7 de abril de 2024. | The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

Convenios del templo

José Smith pasó gran parte de sus últimos años dirigiendo la construcción del templo en Nauvoo, Illinois. A través del profeta, el Señor reveló enseñanzas sagradas, doctrinas y convenios sagrados — una ceremonia llamada investidura — que se administrarían en los templos.

Las ceremonias de investidura en el Templo de Nauvoo se llevaron a cabo justo antes de que los primeros pioneros fueran expulsados y comenzaran su viaje histórico hacia las Montañas Rocosas en el oeste.

“Tenemos muchos testimonios de esos pioneros, de que el poder que recibieron al estar ligados a Cristo, por motivo de su investidura en el Templo de Nauvoo, les dio la fortaleza para llevar a cabo su épico viaje y establecerse en el oeste”, dijo el presidente Oaks. “Las ordenanzas y los convenios relacionados con el templo son los requisitos esenciales para la exaltación en el Reino Celestial, que es la vida eterna, el mayor de todos los dones de Dios. Este es el enfoque de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.

Cada miembro que recibe la investidura del templo es responsable de usar el gárment del templo, una prenda interior especial que se usa debajo de la ropa para recordar los convenios sagrados hechos y las bendiciones prometidas en la casa del Señor.

“Para lograr esos santos propósitos, se nos instruye que llevemos puestos los gárments del templo continuamente, siendo las únicas excepciones las que obviamente son necesarias. Debido a que con los convenios no hay días libres, quitarse los gárments se puede entender como una renuncia de responsabilidades y de las bendiciones con las que se relacionan”, dijo. “Por el contrario, las personas que llevan puestos sus gárments fielmente y guardan sus convenios del templo afirman su función como discípulos del Señor Jesucristo”.

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