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Cómo el presidente y la hermana Eyring encontraron la paz en los convenios del templo durante el colapso de la represa Teton

‘Todo estará bien gracias a los convenios del templo’, enseña el presidente Eyring durante la conferencia general de abril de 2024

Una mañana de junio de 1976, el presidente Henry B. Eyring, entonces presidente del Ricks College en Rexburg, Idaho, condujo con su esposa, la hermana Kathy Eyring, hasta el Templo de Idaho Falls, Idaho (en inglés), para asistir al sellamiento de una amiga cercana. Dejaron a sus cuatro hijos pequeños al cuidado de una niñera.

Mientras se preparaban para regresar a casa después del sellamiento, se enteraron de que la recién construida represa Teton en el este de Idaho se había derrumbado, lo que obligó a más de 300 millones de m³ de agua fluir a los 775 km² de valles aledaños.

“Estábamos a menos de 50 km de casa y, además en aquellos días no existían los teléfonos celulares ni mensajes de texto, por lo que no teníamos manera de comunicarnos de inmediato con nuestros hijos, ni tampoco podíamos manejar desde Idaho Falls hasta Rexburg, pues todas las carreteras se habían cerrado”, recordó el presidente Eyring.

El presidente Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, detalló esta experiencia durante la sesión del sábado por la mañana de la conferencia general de abril de 2024 y explicó cómo él y la hermana Eyring encontraron la paz a través de sus convenios del templo durante este trágico evento.

Se arrodillaron juntos en la habitación de un motel de Idaho Falls, donde pasaron la noche y oraron por la seguridad de sus hijos y de los innumerables afectados. El presidente Eyring pudo calmarse y quedarse dormido; la hermana Eyring caminaba de un lado a otro preocupada por sus hijos.

“Poco después mi dulce y eterna compañera me despertó y me dijo: ‘Hal, ¿cómo puedes dormir en un momento así?’

“Entonces con claridad acudieron a mi corazón y a mi mente estas palabras las cuales le dije a mi esposa: ‘Kathy, pase lo que pase, todo estará bien gracias al templo. Hemos hecho convenios con Dios y hemos sido sellados como familia eterna”.

“En aquel momento”, continuó el presidente Eyring, “fue como si el Espíritu del Señor nos confirmara en el corazón y la mente lo que ambos ya sabíamos que era verdad: las ordenanzas de sellamiento, que únicamente se encuentran en la casa del Señor y son administradas por la debida autoridad del sacerdocio nos habían unido como esposo y esposa, y nuestros hijos habían sido sellados a nosotros. Ciertamente no había por qué temer, y más tarde nos sentimos agradecidos al enterarnos de que nuestros hijos estaban sanos y salvos”.

President Henry B. Eyring, second counselor in the First Presidency, speaks during the Saturday morning session of the 194th Annual General Conference of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on April 6, 2024.
El presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, habla durante la sesión del sábado por la mañana de la Conferencia General Anual N° 194 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 6 de abril de 2024. | Cody Bell, The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

Seguridad en los convenios del templo

El presidente Eyring citó las palabras del presidente Russell M. Nelson, quien dijo: “¡el lugar más seguro desde el punto de vista espiritual es vivir dentro de los límites de sus convenios del templo!. … Todo lo que creemos y cada promesa que Dios ha hecho a Sus hijos del convenio confluyen en el templo”.

El presidente Nelson también enseñó: “Cuando hacemos un convenio con Dios, abandonamos el terreno neutral para siempre. Dios no abandonará Su relación con aquellos que han forjado tal vínculo con Él. De hecho, todos los que han hecho convenio con Dios tienen acceso a un tipo especial de amor y misericordia”.

Al asistir al templo, podemos recordar nuestra naturaleza eterna, nuestra relación con el Padre

y Su Hijo y nuestro deseo de regresar a nuestro hogar celestial. La aceleración de la

construcción de templos bajo el liderazgo del presidente Russell M. Nelson permitirá que todos

los hijos de Dios tengan la oportunidad de recibir las ordenanzas de salvación y exaltación y de

hacer convenios y guardarlos.

Un modelo de devoción para toda la vida

El presidente Eyring dijo que calificar para hacer convenios sagrados es un modelo para toda la vida que “requerirá todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza”.

“Participar en las ordenanzas del templo con frecuencia puede establecer un modelo de devoción al Señor”, explicó. “Cuando guardan sus convenios del templo y los recuerdan, invitan a la compañía del Espíritu Santo para que los fortalezca y purifique.

“Luego pueden experimentar un sentimiento de luz y esperanza que testifica que las promesas son verdaderas. Llegarán a saber que cada convenio con Dios es una oportunidad para acercarse más a Él, y esto les generará en el corazón el deseo de guardar los convenios del templo”.

A través de los convenios de sellamiento, las personas pueden recibir la certeza de las conexiones familiares amorosas que continuarán después de la muerte y que durarán por la eternidad, dijo. Honrar estos convenios proporcionará protección contra el egoísmo y el orgullo.

“Ciertamente, todos nosotros tendremos pruebas, desafíos y pesar. … Pese a ello, conforme asistimos al templo y recordamos nuestros convenios, podemos prepararnos para recibir guía personal de parte del Señor”.

‘Todo estará bien’

El presidente Eyring concluyó compartiendo el consejo que el entonces élder Spencer W. Kimball dio al presidente y a la hermana Eyring mientras realizaba su sellamiento en el templo: “Hal y Kathy, vivan de manera tal que cuando llegue el llamado, puedan dejar todo con facilidad”.

Casi diez años después, recibió un llamado inesperado del Comisionado de Educación de la Iglesia para que se fuera de California para servir en una asignación y en un lugar del que no sabían nada.

“No obstante, nuestra familia estuvo lista para partir porque un profeta, en un templo santo, un lugar de revelación, vio un acontecimiento futuro para el cual estábamos preparados”, dijo el presidente Eyring.

“Mis queridos hermanos y hermanas, doy testimonio de que no hay nada más importante que honrar los convenios que han hecho o que puedan hacer en el templo”, testificó. “No importa dónde se encuentren en la senda de los convenios, los insto a cumplir los requisitos y hacerse merecedores de asistir al templo. Vayan al templo con tanta frecuencia como lo permitan sus circunstancias. Hagan convenios sagrados con Dios y cúmplanlos.

“Puedo confirmarles la misma verdad que compartí con Kathy durante aquella noche hace casi cinco décadas en una habitación de motel de Idaho Falls: ‘Pase lo que pase, todo estará bien gracias a los convenios del templo’”.

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