SAN JUAN, Puerto Rico — Esta isla caribeña, a veces azotada por tormentas y asediada, está llena de santos amistosos, fieles y fortalecidos que escucharon a su amado profeta hacerles una promesa un año después de que el mortal huracán María devastara el territorio en septiembre de 2017.
“A medida que crecen individualmente para convertirse en la persona que Dios quiere que sean, pueden saber por sí mismos que se avecinan días mejores para el pueblo de Puerto Rico”, dijo el presidente Russell M. Nelson durante su visita a San Juan en septiembre de 2018 (en inglés). Un mes después, anunció el templo (en inglés) para Puerto Rico en la conferencia general de octubre de 2018.
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicó el nuevo templo el domingo, 15 de enero, trayendo una nueva luz a La Isla del Encanto.
“El templo bendecirá esta isla”, dijo. “Ha tenido muchos desafíos en los últimos años, desastres naturales y otro tipo de dificultades que han sido graves y han causado mucha destrucción. Esto hará la diferencia”.
El élder Jorge M. Alvarado, Setenta Autoridad General y primer consejero de la presidencia del Área Caribe, y su esposa, la hermana Cari Lu Alvarado, son “boricuas” — nacidos y criados en Puerto Rico.
“Esto traerá lo que necesitamos”, dijo el élder Alvarado. “Puerto Rico necesita gozo y felicidad. Hay tanta belleza a nuestro alrededor, pero ahora con el templo, la gente puede tener la esperanza de un Puerto Rico mejor”.
Ginny Cartagena, de la Estaca Caguas, Puerto Rico, sintió esa esperanza el domingo por la mañana mientras estaba de pie bajo el brillante sol caribeño en los terrenos del templo.
“Es un día tan especial. Hemos estado esperando esto durante tanto tiempo. Significa esperanza para todos nosotros, para nuestros hijos y nuestros futuros nietos”, dijo.
El templo es como el hogar
El élder Christofferson estuvo acompañado por su esposa, la hermana Kathy Christofferson, mientras recorrían el templo el sábado, 14 de enero, el día anterior a la dedicación.
El Templo de San Juan, Puerto Rico presenta una aguja abovedada que se eleva sobre la entrada del templo, muy al estilo colonial español que se encuentra no solo en el histórico Viejo San Juan y su famoso Castillo San Felipe del Morro, sino también en muchas casas en “el campo”.
Los patrones de los vitrales se inspiraron en los motivos de trébol de cuatro hojas que también se encuentran en la arquitectura colonial española. Se repiten patrones similares en las telas de la sala de ordenanzas y los patrones en el piso de baldosas, utilizando los colores azul, dorado, ópalo blanco y verde. Algunas de las obras de arte se asemejan a las vistas de los árboles en las montañas que conducen a la playa. Y muchas pinturas en todo el templo representan al Salvador Jesucristo.
La hermana Christofferson dijo que la decoración local le muestra cómo el Señor ama a Su pueblo.
“Cada templo es muy específico en su decoración para resonar con las personas que viven en ese lugar”, dijo. “Cada vez que entren en un templo, sentirán que el Señor está diciendo, ‘Esta es la casa del Señor, esta es mi casa, pero quiero que vengan a casa’. Eso es lo que Él está tratando de decirnos”.
Este templo de 650 m² se encuentra en un poco menos de 1.2 hectáreas de terreno. El élder Christofferson dijo que se siente como un hogar y que es la casa del Señor “donde estamos invitados a estar con Él”.
Cada templo — sin importar la decoración, la arquitectura o el tamaño — tiene todas las cosas necesarias para conectar la tierra con el cielo, agregó. “El poder, las ordenanzas y los convenios son todos iguales en cada templo. Son idénticos”.
Este es el primer templo nuevo que ha dedicado el élder Christofferson. Rededicó el Templo de Asunción, Paraguay el 3 de noviembre de 2019. Entonces, como ahora, habló un español fluido, que aprendió en una misión cuando era joven en Argentina y ha practicado durante muchos años de su carrera y asignaciones de la Iglesia en Latinoamérica.
El élder Christofferson ha estado en Puerto Rico muchas veces en el pasado, incluso cuando formó la Estaca Caguas, Puerto Rico en 2006 (en inglés) y un ministerio de una semana en noviembre de 2018 (en inglés). “Siento que tengo una historia aquí”, dijo. “Es especial para mí por esa razón. Pero estar aquí para este momento culminante cuando se dedica un templo, ¿quién podría pedir más?”
Ceremonia simbólica de la piedra angular
Justo después del comienzo de la primera sesión dedicatoria, el coro cantó “Oh Dios de Israel” mientras el élder Christofferson salía para la ceremonia simbólica de la piedra angular.
Lo acompañaron la hermana Christofferson, el élder Kevin R. Duncan, Setenta Autoridad General y director ejecutivo del Departamento de Templos, y su esposa, la hermana Nancy Duncan; el élder Benjamín De Hoyos, Setenta Autoridad General, y su esposa, la hermana Evelia De Hoyos; el élder y la hermana Alvarado; y el obispo W. Christopher Waddell, primer consejero del Obispado Presidente, y su esposa, la hermana Carol Waddell.
Hablando al grupo de invitados en español, el élder Christofferson testificó que Jesucristo es la principal piedra angular del evangelio, “en quien confiamos”. Y testificó que Jesucristo vive.
Se invitó a los integrantes del grupo de liderazgo en el estrado a unirse al élder Christofferson para colocar mortero alrededor de la piedra angular del templo. Luego se invitó a seis niños a participar también.
El momento puso un poco nerviosa a Daniela Rosa, de 12 años, con la mirada de todos puesta en ella. Pero con el apoyo del élder Christofferson, se sintió más tranquila. Y ella no podía dejar de sonreír.
“Cuando vi a los élderes salir todos de blanco, me emocioné y casi lloré — pero fue de felicidad”, dijo.
Cuando Daniela venga al templo la próxima vez, vendrá con un grupo de jóvenes de la Estaca San Juan, Puerto Rico — y será la primera vez que podrá realizar bautismos por los muertos y ayudar a otra persona a tener la oportunidad de aceptar el evangelio.
Compromiso fiel
Cuando los Alvarado se casaron hace 30 años, la hermana Alvarado dijo que oraron juntos en su apartamento del sótano con la promesa de que servirían al Señor. En ese entonces, el templo más cercano estaba en Washington, D.C., y los Alvarado se comprometieron a ir al templo una vez al año.
“Creo que, si somos fieles, trabajamos y servimos al Señor, Él nos bendecirá para tener esa oportunidad”, dijo la hermana Alvarado, “y al final del día, tenemos uno aquí ahora, es un milagro y una bendición. Pensar que queríamos ir al templo una vez al año y ahora podemos hacerlo una vez a la semana o más”.
El élder Christofferson dijo que el compromiso fiel multiplicado en muchas otras parejas y familias allanó el camino para este templo y para muchos otros en el futuro.
La dedicación hizo que el élder Alvarado reflexionara sobre las generaciones que pasaron antes de que se construyera el templo y lo felices que deben sentirse al ver este día. “Necesitamos llevarlo a la próxima generación. El Señor esperará que demos el ejemplo de ser un pueblo que asiste al templo”.
El élder Christofferson estuvo de acuerdo. “Creo que ahora que Él ha cumplido la promesa de construirlo, espera que lo usemos”.
El Señor tiene el deseo de apresurar Su obra, agregó el élder Christofferson, y explicó que este es un momento hermoso en la historia de la Iglesia en el que se están construyendo templos más cerca de las personas.
El élder Alvarado dijo que las personas del otro lado del velo impactarán a sus familiares y los ayudarán a recibir las ordenanzas de salvación.
“Mi impresión es que los cielos se abrirán y muchos recibirán la plenitud de las bendiciones que esperan”, dijo. “Más que nunca en Puerto Rico, habrá muchos que serán llevados a Jesucristo porque el templo está aquí”.
La necesidad de un templo
Trabajar como presidentes del comité del templo local significó mucho trabajo para Héctor y Amarilis Álvarez — y muchas bendiciones, ya que se mantuvieron humildes y siguieron las instrucciones. Mientras sacrificaban su tiempo y sus talentos para preparar el templo y sus terrenos, sabían que el Señor se encargaría del resto.
“Durante la casa abierta, todos sintieron el Espíritu”, dijo Héctor Álvarez. Vio milagros entre las personas que asistieron — por ejemplo, la experiencia ablandó el corazón de un hombre y cambió su vida cuando se comprometió a regresar a la Iglesia.
El presidente de la Misión Puerto Rico San Juan, Joey Lee Skinner, dijo que el templo ya ha llevado a una conversión más fuerte para algunos de los miembros — y una nueva conversión entre sus amigos. Un hombre pasó por la casa abierta y quería poder sellarse con su esposa por la eternidad. Comenzó a reunirse con los misioneros al día siguiente y desde entonces se ha bautizado.
“El templo también afectará la obra, ya que los misioneros y los miembros podrán acompañar a los nuevos conversos a realizar bautismos por los muertos”, dijo el presidente Skinner. “Eso será una gran bendición”.
El presidente Skinner sirvió en una misión de tiempo completo en la isla cuando era joven. Dijo que le conmovía pensar en los pioneros que se quedaron en Puerto Rico y edificaron la Iglesia. Verlos en el templo fue emotivo para él y para ellos.
“Como dijo un miembro, ‘El Señor nos ha dado un templo no porque lo merezcamos, sino porque lo necesitamos’. Están muy emocionados”, dijo el presidente Skinner.
Abigail y Amanda Toro, ambas de 16 años, de la Estaca Toa Baja, Puerto Rico, describieron un sentimiento de “emoción y nerviosismo al mismo tiempo” por la oportunidad de estar en la dedicación del templo.
Abigail Toro soñó en 2018 cuando tenía 12 años que se construiría un templo en San Juan. Luego, estuvo en el Centro de Conferencias de Salt Lake City durante la última sesión de la conferencia general de octubre de 2018, donde se anunció el nuevo templo. Desde ese momento, esperaba con ansias la palada inicial, la casa abierta y la dedicación con un sentimiento de gratitud y expectativa.
El élder Walter F. González, Setenta Autoridad General y entonces presidente del Área Caribe, dio la palada inicial del templo el 4 de mayo de 2019. El edificio sagrado es el primer templo de la Iglesia en el territorio y el tercero en el Caribe. También hay templos dedicados y en funcionamiento en Santo Domingo, República Dominicana, y Puerto Príncipe, Haití.
Mientras han estado en el distrito del templo de Santo Domingo hasta ahora, las hermanas Toro han podido volar a los Estados Unidos y asistir a los templos allí en varias ciudades — y tienen una lista de los templos que han podido ver.
Pero tener un templo en Puerto Rico significa que “ahora podemos estar más cerca de Dios”, dijo Amanda Toro. “No tenemos que comprar un boleto e ir allí”. Y significa que pueden compartir la experiencia con otros jóvenes de la Iglesia e invitar a sus amigos que no son miembros para aprender más sobre el templo.
Las islas del mar
Al ser Puerto Rico un territorio de los EE. UU., algunos Santos de los Últimos Días de la isla se mudan a los Estados Unidos. Pero su amor por Puerto Rico es profundo y muchos regresaron para ver el templo, dijo el presidente Skinner.
“El templo es pequeño, pero al igual que estas pequeñas islas aquí, el impacto es enorme”, dijo.
Cuando se le preguntó qué esperaba que otros alrededor del mundo supieran sobre Puerto Rico, Héctor Álvarez dijo: “La gente aquí es como una familia. Nos gusta compartir con los demás y somos muy cercanos. Es una isla pequeña, pero esta isla es un país hermoso y nos encanta ser felices”.
Amarilis Alvarez dijo que se ha dado cuenta de que la gente que viene de muchos lugares diferentes quiere venir a ver el templo — incluso de los grandes cruceros que se detienen en el puerto de San Juan. Los autos llegan al frente y la gente toma fotos.
El distrito del templo también incluye St. Thomas y St. Croix en las Islas Vírgenes de EE. UU. Las ramas de la Iglesia en esas islas también serán bendecidas por este nuevo templo en Puerto Rico, dijo el presidente del Distrito de las Antillas Menores, Alexander J. Dunn.
Describió la fidelidad de los miembros del Caribe y la gratitud que tienen porque el Señor se ha acordado de “los que viven en las islas del mar” (2 Nefi 29:7).
“Viajar al templo aún representa un gran costo y sacrificio para estos miembros, pero también veo lo especial que es asistir al templo para cada uno de ellos. Aman el templo”, dijo el presidente Dunn.
La obra está creciendo en estas islas, dijo, con muchas personas que se unen a la Iglesia y se esfuerzan por guardar los mandamientos.
El presidente Edgardo Cartagena, segundo consejero en la presidencia de la Estaca Caguas, Puerto Rico, piensa que, gracias al nuevo templo, algunas de las personas que salieron de Puerto Rico hacia los Estados Unidos regresarán a vivir a la isla y la fortalecerán. A medida que asisten al templo y guardan sus convenios, bendecirá su vida y bendecirá el territorio.
Su estaca solía realizar eventos para recaudar fondos como lavados de autos para recaudar dinero para llevar a los jóvenes al templo. “Ahora podemos llamar y programar algo y estamos allí”, dijo.
El presidente Cartagena se refirió a las palabras del profeta de hace cuatro años, que se avecinaban días mejores para la gente de aquí.
“También tengo fe en eso, en que se avecinan días mejores para Puerto Rico. Hemos sido bendecidos”, dijo.
Templo de San Juan, Puerto Rico
Dirección: 123 Calle Ronda Urb. Villa Santa Andalucía, San Juan, Puerto Rico
Anunciado: 7 de octubre de 2018 por el presidente Russell M. Nelson
Palada inicial: 4 de mayo de 2019, por el élder Walter F. González, Setenta Autoridad General
Casa abierta: del 1 al 17 de diciembre de 2022, excepto los domingos
Dedicación: 15 de enero de 2023, por el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles
Nota: es el templo dedicado número 176 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Sitio: 1.2 hectáreas
Área total: 649 m²
Salas de ordenanzas: dos salas de instrucción que pueden funcionar también como salas de sellamiento y un bautisterio
Características arquitectónicas: El exterior es de hormigón, con una combinación de mampostería que crea un estilo arquitectónico colonial español que prevalece en la historia del territorio. Los patrones de los vitrales interiores se inspiraron en motivos de trébol de cuatro hojas, con patrones similares en telas usando los colores azul, dorado, ópalo blanco y verde. Los vitrales exteriores reflejan la belleza natural del paisaje que adorna la isla.
