Tom Holmoe tiene una nieta de 6 años que faltó a la escuela para asistir al evento en el que se anunció su jubilación como director atlético de BYU en febrero.
Al día siguiente, en la escuela, su madre escuchó una conversación entre la nieta y otra niña que le preguntó dónde había estado el día anterior. La nieta respondió: “Oh, estuve en la graduación de mi abuelo”.
Holmoe dijo que le pareció “tierno” y “cierto”.
“Creo que la graduación es como un comienzo”, dijo en el video de Church News titulado “Graduación”. “Como personas, constantemente estamos pasando por comienzos — nuevos inicios en nuestra vida. Hay muchos ciclos por los que pasamos, y luego vienen nuevas aventuras. Y puedo ver y sentir verdaderamente por medio del Espíritu que este era el momento correcto”.
Una de las partes favoritas de Holmoe en su rol como director atlético es ver el desarrollo de los estudiantes atletas desde que son de primer año hasta que alcanzan el éxito al final de su carrera universitaria. Está agradecido de que el Señor lo guiara a BYU, “un lugar como ningún otro”.
En última instancia, ha aprendido a amar al Salvador.
“Lo que he aprendido, y ahora es conocimiento puro para mí, es que Jesucristo, mi Salvador, mi Redentor, es mi única esperanza”, dijo.
