Después de una vida de servicio a su familia, la Iglesia y su comunidad, la hermana Blanca Espinoza González de Ayala, viuda del élder Eduardo Ayala, autoridad general emérita, falleció el miércoles, 11 de octubre en Valparaíso, Chile. Tenía 84 años.
El élder Ayala, quien falleció en 2020, fue la primera autoridad general de Chile y sirvió en el segundo Cuórum de los Setenta de 1990 a 1995.
Blanca Ester Espinoza nació y creció en Rinconada de Laja, Chile. Conoció a Eduardo Ayala en Coronel, un pequeño pueblo del sur de Chile en el funeral de un pariente del élder Ayala. “Fue muy divertido, porque al principio no nos llevábamos nada bien; chocábamos”, recordó el élder Ayala en un artículo de Church News (en inglés).
“Lo que no me gustó de él fue que siempre estaba contando chistes”, relató la hermana Ayala con un brillo en sus ojos. “Mi temperamento no es así”.
Después de tres años de noviazgo, la hermana Ayala le propuso matrimonio. Eduardo lo consideró “unos 10 minutos”, antes de aceptar, recordó la hermana Ayala.
Ellos se casaron tres días después en el Registro Civil el 7 de febrero de 1959.
“Fue una aventura, pero una aventura maravillosa”, dijo la hermana Ayala.
Los Ayala pronto agregaron tres hijos a su familia y un día escucharon un toque en la puerta de unos misioneros Santos de los Últimos Días. Aunque la hermana Ayala pronto estuvo lista para ser bautizada, el élder Ayala no estaba tan entusiasmado.
Sin embargo, ella esperó pacientemente y cuando aceptó una fecha para bautizarse seis meses después, su esposo estaba preparado. La pareja y su hijo mayor, Patricio, fueron bautizados el 21 de junio de 1969. Sus hijos menores, Viviana y Ricardo, fueron bautizados más tarde, cuando cumplieron 8 años.
A los ocho meses de su bautismo, el élder Ayala fue llamado como presidente de rama en Santiago. Los dos sirvieron con diligencia y fidelidad en una variedad de llamamientos.
En 1974, el élder Ayala comenzó a trabajar como director de Seminarios e Institutos para el Sistema Educativo de la Iglesia, y la hermana Ayala sirvió como maestra de Seminario, además de trabajar con adolescentes que luchaban contra la adicción a las drogas.
En un artículo de Church News (en inglés), la hermana Ayala compartió su amor por los jóvenes. “Cuando trabajé con adolescentes con adicción a las drogas, eran adictos porque no tenían la atención que todos los humanos necesitan. Para que los jóvenes cambien de vida y vivan como el Padre quiere que vivan, hay que hacer que se sientan amados”.
Además del tiempo que el élder Ayala fue autoridad general, el élder Ayala y la hermana Ayala sirvieron como líderes de la Misión Uruguay Montevideo de 1985 a 1988, y la hermana Ayala sirvió directora de obreras mientras su esposo sirvió como presidente del Templo de Santiago Chile de 1995 a 1998.
En un artículo de Ensign (en inglés), el élder Ayala se refirió a su esposa como “mi arquitecta. Soy lo que ven gracias a la ayuda de mi esposa”. Él le dio crédito no sólo por ayudarlo a encontrar el evangelio, sino también por ayudarlo a moldear su propio carácter de manera que le permitiera servir al Señor.
La hermana Ayala, que era de la misma altura de esposo, 1.70 metros, bromeó diciendo: “¡Lo único que no pude hacer es hacerlo crecer más!”.
Después de ser llamado como autoridad general, el élder Ayala expresó su deseo y el de su esposa de servir. “No tengo miedo de aceptar este llamamiento, con el Señor como guía y mi esposa ayudándome”, dijo.
Los servicios funerarios están pendientes.