El élder D. Martin Goury creció en un pueblo cercano a Gagnoa, Costa de Marfil, fue educado según las creencias cristianas y soñaba con ser un clérigo algún día. Le gustaba la idea de servir a los demás como un hombre de fe.
En de 1992, se encontraba en Londres, Inglaterra, tratando de aprender inglés y mejorar su educación, cuando conoció a unos misioneros Santos de los Últimos Días. Intentó rechazarlos amablemente diciéndoles que no hablaba su idioma, pero uno de ellos resultó ser el único misionero en Londres cuya lengua materna era el francés. Incapaz de encontrar otra excusa, el élder Goury terminó marchándose con un ejemplar del Libro de Mormón en francés bajo el brazo.
Comenzó a leerlo y al cabo de un mes recibió un testimonio de su veracidad, pero había perdido el contacto con los misioneros. “Si esta es la Iglesia del Señor”, pensó, “Él proveerá la manera para que se reúnan conmigo”.
Varias semanas más tarde, un nuevo par de misioneros fue hasta su apartamento. El élder Goury les dijo que había estado leyendo el Libro de Mormón y sabía que era verdadero. Después de tomarse un tiempo para aprender sobre la fe, se bautizó cuando tenía 29 años, en abril de 1993. “Recuerdo que estaba muy feliz”, afirmó.
Su gozo fue aún mayor cuando los misioneros le enseñaron sobre el sacerdocio.
“[Me] explicaron el significado del sacerdocio y cómo [podía] usarlo para servir a otras personas. Para mí, fue un sueño hecho realidad”, dijo. “Estaba encantado de convertirme en miembro de la Iglesia”.
Más de 30 años después, el élder Goury fue uno de los 11 nuevos Setentas Autoridades Generales de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sostenidos durante la conferencia general, el 6 de abril de 2024.
El encuentro con Ruth
Dalébé Martin Goury nació en Gagnoa el 30 de enero de 1964, hijo de Maurice Yoro Goury y Gaby Odette Goury. Creció en un pueblo llamado Lehipa y en las ciudades de Oume y Gagnoa.
En 1992, Martin dejó Costa de Marfil y se trasladó a Inglaterra donde realizó sus estudios, encontró la Iglesia y conoció a su esposa.

Los abuelos paternos de Ruth Kennington se unieron a la Iglesia en Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial y su madre se bautizó cuando era una adolescente en la década de 1960. Ruth Kennington creció en un hogar Santo de los Últimos Días activo, donde todos — incluso sus abuelos, tíos, tías y primos — eran miembros, algo raro en Inglaterra, relató ella.
Como había desarrollado un fuerte testimonio del evangelio, ella estaba sirviendo en la Misión Inglaterra Londres Sur en 1992; fue cuando conoció a un investigador llamado Martin Goury. La transfirieron a otra área durante varios meses, durante los cuales él se bautizó. Luego la transfirieron nuevamente al área original y vio a Martin, otra vez, en una conferencia de estaca.
Cuando la vio, Martin dijo que tuvo la impresión espiritual de que ella era su compañera eterna, pero inmediatamente descartó ese pensamiento porque ella era una hermana misionera.
Se veían ocasionalmente cuando los misioneros necesitaban un intérprete o traductor de francés; aunque Martin dijo que él ayudaba sobre todo a los élderes.
Después de terminar su misión, Ruth recibió la invitación para asistir al sellamiento en el templo de una familia a la que había enseñado. Martin, que era un amigo cercano del esposo y también estaba allí, entonces se volvieron a encontrar.
Varias semanas después, cuando un maestro de institutos animó a Martin Goury a que considerara la idea de encontrar una esposa, él fue a la casa del Señor a orar en busca de orientación sobre el asunto.
“Me vino este sentimiento, ‘Ya recibiste tu respuesta, busca en tu memoria’”, dijo Martin pensando en Ruth Kennington.
Comenzaron a salir y meses después se sellaron en el Templo de Londres, Inglaterra el 8 de abril de 1995.
Confiar en el Señor
La pareja pasó los primeros 15 años de su vida juntos en el Reino Unido, durante los cuales comenzaron su familia y el élder Goury sirvió en varios llamamientos de liderazgo en su barrio.
“Esos llamamientos me ayudaron a solidificar mi testimonio”, dijo.
En 2010, el trabajo del élder Goury en la industria del petróleo y del gas, llevó a la familia a Lagos, Nigeria. Al llegar allí, se enteraron que el presidente de rama, se regresaba a su país, los Estados Unidos.
“Sabía que iban a buscar un presidente de rama, así que volví a Inglaterra durante tres semanas con la esperanza de que, mientras estuviera allí, llamarían a otro”, dijo el élder Goury. “Pero ellos esperaron hasta que regresé”.
Una semana después de retornar, el élder Goury fue llamado como presidente de rama. No era el llamamiento que quería, pero fue el que necesitaba y resultó ser una experiencia fundamental que le enseñó a confiar en el Señor. Su esposa tuvo una experiencia similar al servir como presidenta de la Sociedad de Socorro de la estaca.
“Tuve que estudiar las escrituras. Tuve que usar el Manual General, y eso verdaderamente me ayudó a crecer personalmente”, dijo. “Me ayudó a fortalecer mi propio testimonio para ayudar a aquellos con quienes trabajaba”.
Mientras se esforzaba por dar lo mejor de sí como presidente de rama, el élder Goury se sintió bendecido en su empleo, tanto económicamente como a través de oportunidades gerenciales que estaban más allá de su experiencia. Todo ello lo preparó para su próximo llamamiento en la Iglesia.
“No hay una sola parte de nuestra vida que el Señor no conozca; Él lo sabe todo”, afirmó. “Miro hacia atrás y me pregunto por qué me preocupé en ciertos momentos, porque Él tenía este plan. Yo simplemente tenía que confiar más en Él”.
‘Conducirlos al Salvador’
Después de siete años en Nigeria, el élder y la hermana Goury fueron llamados como líderes de la Misión Benín Cotonou de habla francesa.
Además de sentirse abrumados, tuvieron que enfrentar un desafío inesperado cuando algunos misioneros cuestionaron el liderazgo del élder Goury por no haber servido una misión en su juventud.
“Algunos incluso tuvieron el valor de decirlo delante de mí, pero nos esforzamos junto con ellos”, dijo el élder Goury. “Con la ayuda del Salvador, pudimos manejar muchas de esas situaciones”.

Siguiendo la inspiración, colocaron a misioneros más jóvenes que estaban dispuestos a trabajar en posiciones de liderazgo y se centraron en aprender sobre Jesucristo, lo cual bendijo a la misión. Sintieron la verdad de las palabras del presidente Boyd K. Packer: “Cuando se comprende la verdadera doctrina, cambia las actitudes y el comportamiento” (Los niños pequeños, revista Ensign de noviembre de 1986 -artículo en inglés).
“Sentíamos claramente que debíamos conducirlos al Salvador”, dijo la hermana Goury. “Cada conferencia de zona, cada discusión que teníamos era para conducirlos al Salvador”.
“Conducirlos al Salvador resolvió muchos de nuestros problemas”, dijo el élder Goury. “Como los misioneros se volvieron al Salvador, el Señor los bendijo con bautismos y tuvieron un gran éxito”.
‘Dispuesto a servir y aprender’
Antes de que terminara su misión en julio de 2020, el élder y la hermana Goury pensaron que él volvería a su empleo anterior en Nigeria o incluso en el Reino Unido.
Sin embargo, ese empleo había desaparecido con el inicio de la pandemia de COVID-19. No estaban seguros de lo que harían cuando recibieron una llamada en la cual les pedían que se reunieran con el presidente del Área África Oeste de la Iglesia.
“No teníamos casa, ni trabajo, ni nada” dijo la hermana Goury. “Pero todo salió bien”.
Como había ocurrido un incidente relacionado con un misionero, el élder Goury pensó que lo llamaban para reprenderlo. En lugar de esto, lo llamaron para servir como Setenta de Área en Costa de Marfil, su país natal.
No solo se sorprendió, sino que además el élder Goury no se sintió ni preparado ni con las aptitudes necesarias. Entonces reflexionó sobre su llamamiento como presidente de misión.
“Yo no sabía nada sobre el liderazgo misional, pero estaba dispuesto a servir y aprender”, dijo, con la certeza de que “mientras confíe en el Salvador, estoy seguro de que haré mi parte”.
Mientras servía en el Tercer Cuórum de los Setenta en el Área África Oeste de 2020 a 2024, el élder Goury también pudo encontrar empleo en la Iglesia.
‘La belleza de este evangelio’
El élder Goury experimentó sentimientos similares de debilidad e incapacidad — “como un pez fuera del agua” — cuando lo llamaron como Setenta Autoridad General antes de la conferencia general de abril de 2024.
Encontró valor al saber que el desánimo viene del adversario, los líderes de la Iglesia oraron sobre este llamamiento, y esta es la obra del Señor — “Él sabe que puedes hacerlo”.
“Eso realmente me fortaleció”, dijo. “También sé que esta es la obra del Señor, así que, siempre y cuando confíe en Él, Él me ayudará a saber qué debo hacer”.
A medida que ha servido y ministrado, el élder Goury ha compartido el evangelio con sus familiares. Algunos se han convertido en miembros y otros no, pero en cada oportunidad posible habla de su fe y del Salvador con su familia y los demás.
“Siento que el Señor ha hecho posible que descubra este evangelio para ayudar a mis hermanos y hermanas”, dijo el élder Goury, que ha realizado las ordenanzas del templo por sus padres fallecidos. “Para mí, esa es la belleza de este evangelio”.

ÉLDER D. MARTIN GOURY
Familia: Nació en Gagnoa, Costa de Marfil, el 30 de enero de 1964, hijo de Maurice Yoro Goury y Gaby Odette Goury. Se selló a Ruth Simone Kennington el 8 de abril de 1995, en el Templo de Londres, Inglaterra (en inglés); tienen cuatro hijos y viven en Abidjan, Costa de Marfil.
Empleo: Trabajó como maestro de escuela primaria; ingeniero de diseño; gerente de proyecto sénior y vice director de proyectos para Cameron; gerente general de las operaciones en Nigeria para OneSubsea Services y gerente de operaciones a nivel nacional para Schlumberger; y para la Iglesia como líder y coordinador de apoyo a los miembros.
Educación: Obtuvo una licenciatura en enseñanza de CAFOP de Man en 1988 y otra en ingeniería mecánica de la Universidad London South Bank en 1997.
Servicio en la Iglesia: Setenta de Área, presidente de la Misión Benín Cotonou de 2017 a 2020, obispo, presidente de rama, consejero de obispado y presidente del cuórum de élderes.