En dos publicaciones en las redes sociales esta semana, el presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, invitó a las personas a convertirse en pacificadores y luego les pidió que compartieran con él ejemplos de pacificadores en sus vidas.
Las publicaciones enfatizaron y expusieron sus comentarios de su discurso de la conferencia general de abril de 2023, “Se necesitan pacificadores”.
“Los verdaderos discípulos de Jesucristo son pacificadores”, dijo en Facebook, y pidió ejemplos.
“Muchos de nosotros hemos sido beneficiarios de los pacificadores en nuestra propia vida. ¿Quién es alguien de tu vida que haya edificado la paz? ¡Por favor, házmelo saber! Me encantará leer tus comentarios”.
El domingo, el presidente Nelson escribió que el mundo necesita más pacificadores.
“Como seguidores de Jesucristo, se nos llama a ser precisamente eso en un mundo lleno de conflictos y agitación”, dijo
Basándose en su discurso de la conferencia, el presidente Nelson repitió: “La ira nunca persuade, la hostilidad no edifica a nadie, la contención nunca lleva a soluciones. Necesitamos personas dispuestas a dejar a un lado sus diferencias, a escuchar con comprensión y a amarse unas a otras como hermanos y hermanas, como lo hizo Jesús”.
Sigamos el ejemplo de Jesucristo, el Príncipe de Paz. Él enseñó: “Bienaventurados los pacificadores”. Nos dio este desafío: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.
Jesucristo, el Príncipe de la Paz, es el ejemplo a seguir. “Bienaventurados los pacificadores”, enseñó el Salvador en Mateo 5:9. Y en Mateo 5:44, el Salvador dijo: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.
El presidente Nelson terminó su publicación en las redes sociales con una invitación y una bendición.
“Los invito a llegar a ser pacificadores al examinar cómo tratan a los demás. Los bendigo para que hagan los ajustes que sean necesarios a fin de que su comportamiento resulte ennoblecedor, respetuoso y representativo de un verdadero seguidor de Jesucristo”.