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Los pacificadores de Cristo siguen siendo bienaventurados y eternos ‘influyentes’, enseña el élder Stanfill

Elder Vern P. Stanfill, a General Authority Seventy, speaks about being a peacemaker during a devotional at Brigham Young University on March 1, 2022. Crédito: BYU Photo
Elder Vern P. Stanfill, a General Authority Seventy, speaks in the Marriott Center on Tuesday, March 1, 2022. Crédito: BYU Photo
Elder Vern P. Stanfill speaks with BYU students in the Marriott Center after giving a devotional on Tuesday, March 1, 2022. Crédito: BYU Photo
Elder Vern P. Stanfill addresses Brigham Young University students in a devotional address from the Marriott Center on Tues. March 1, 2022. Crédito: BYU Photo

PROVO, Utah— “Personas influyentes” es una etiqueta contemporánea conferida a las personas que pueden influir en las audiencias objetivo de un producto u organización en particular.

Las llamadas personas influyentes de la actualidad, enseñó el élder Vern P. Stanfill, Setenta Autoridad General, durante el devocional del martes, 1 de marzo en la Universidad Brigham Young, pueden cambiar la forma en que otros se visten, piensan o utilizan su tiempo.

El poder de persuasión de tales personas influyentes a menudo desafía la razón, pero pueden cambiar el mundo, al menos por un tiempo.

“Tal vez el tiempo sea la prueba decisiva”, dijo el élder Stanfill. “Cuando crucemos al otro lado del velo, ¿nos importará que tengamos un iPhone 13 o será un acto de bondad lo que nos trajo paz? Aquellos que hacen la diferencia, cambian generaciones al acercar a las personas al Salvador — estas acciones serán recordadas eternamente”.

Hacer una diferencia “eterna” en la vida de los hijos de Dios requiere hacer las cosas a la manera del Salvador.

“Requiere algo más que estar al día del último problema cultural o social”, dijo él. “Requiere una conciencia tranquila de los problemas, sufrimientos, deseos y necesidades de quienes nos rodean. La diferencia de la que hablo exige compasión.

“La compasión es diferente a la empatía o la simpatía, su raíz misma significa ‘sufrir con’. Requiere acción y generalmente se hace individualmente en pequeñas formas. Pero las generaciones pueden cambiar”.

‘Bienaventurados los pacificadores’

Durante su reciente estudio del evangelio, el élder Stanfill reflexionó sobre el Sermón del monte de Cristo. Dada la cultura actual de lucha, división e ira, se sintió especialmente conmovido con Mateo 5:9: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

Sí, un “pacificador” es alguien que literalmente hace la paz, resuelve conflictos y usa palabras tranquilizadoras para influenciar a otros a su manera de pensar. “Pero creo que el Salvador está hablando de otro tipo de pacificador. Creo que está hablando de aquellos que extienden la paz que Él ofrece. Obran en paz, la paz está escrita en sus semblantes y representan al Príncipe de la Paz”.

Quizás un pacificador es también alguien que se reconcilia con Dios y luego ayuda a otros a hacer lo mismo.

“Ahora, si están pensando que ser un pacificador es una aspiración demasiado elevada para ustedes, quiero asegurarle que no lo es”, dijo el élder Stanfill. “Esa es la belleza de esto. Todo el mundo puede desarrollar este atributo. Si observamos el ministerio de Cristo, vemos muchos ejemplos de cómo Él extendió la paz y el consuelo a los necesitados y los ayudó a acercarse a Dios”.

El élder Vern P. Stanfill, Setenta Autoridad General, habla en el Marriott Center el martes, 1 de marzo de 2022.
El élder Vern P. Stanfill, Setenta Autoridad General, habla en el Marriott Center el martes, 1 de marzo de 2022. | Crédito: BYU Photo

El “hermoso intercambio” del Señor con la mujer junto al pozo, que se encuentra en Juan 4, es un ejemplo de ello. El Salvador enseñó amorosamente a la mujer y testificó de Su misión eterna. Ella recibió un testimonio espiritual de Él. La mujer entonces quiso compartir esa paz con otros, y se apresuró a regresar al pueblo y regresó con más personas para que Jesucristo les enseñara.

“Ella literalmente trajo a las personas a Cristo. Ella pasó de ser marginada a pacificadora al declarar Su divinidad”.

Otro ejemplo divino de pacificación se encuentra en las sinceras peticiones de José Smith al Señor durante su encarcelamiento en la fría y sucia cárcel de Liberty, como se registra en Doctrina y Convenios Sección 121.

“El Salvador enseña a José en esta experiencia”, dijo el élder Stanfill. “Él vuelve el corazón y la mente del joven profeta hacia Él y hacia las eternidades ofreciendo sanación, comprensión y consuelo.

“Este instructivo pasaje de las Escrituras nos ayuda a comprender un modelo eterno de extender la paz del Salvador a los demás. Él consuela, enseña y promete grandes bendiciones. Él eleva la visión del aquí y ahora a las eternidades y acoge a los atribulados con esperanza y amor”.

Muchas personas se encuentran, en sentido figurado, encerradas en la cárcel de Liberty. Están confundidos, frustrados y sin esperanza — y su paciencia se agota esperando la intervención divina.

“No es fácil, pero podemos encontrar la paz cuando nuestra fe supera nuestros temores y dudas”, aseguró el élder Stanfill. “A menudo, esto ocurre cuando otros se acercan con amor y preocupación — su fe refuerza la nuestra.”

Los pacificadores bendicen a otros

Estos pacificadores pueden bendecir la vida de los demás en la interacción diaria. El élder Stanfill compartió la experiencia de visitar a una mujer llamada hermana Gómez que había emigrado de Cuba a Canadá. Al principio, la hermana Gómez tuvo dificultades para vivir en un lugar nuevo, experimentar una cultura diferente y tratar de aprender un idioma extranjero. Ella se deprimió, sintiéndose sola y olvidada.

Entonces, un día, durante una visita al parque con sus hijos, la hermana Gómez sintió un golpecito en el hombro. Se giró para ver a una mujer que le preguntó si podía sentarse y si sus hijos podían jugar juntos.

Las citas para jugar continuaron y las dos mujeres se convirtieron en amigas íntimas y de confianza. Finalmente, la hermana Gómez aceptó la invitación de su nueva amiga para asistir a los servicios de la Iglesia. Los Santos de los Últimos Días locales le dieron una cálida bienvenida. Con el tiempo, los misioneros le enseñaron y se bautizó. Ella volvió a sentirse amada.

“Nunca conocí a la amiga [de la hermana Gómez], pero siento que ella era una pacificadora en el sentido más verdadero”, dijo él. “Ofreció paz a un alma muy atribulada al acercarse con un simple toque en el hombro. Luego escuchó, y escuchó, y escuchó. Con su amistad, trajo paz a la hermana Gómez al acercarla al Salvador”.

El mundo necesita desesperadamente a esos pacificadores que serán recordados por la eternidad por hacer la diferencia.

El élder Stanfill enseñó que ser un verdadero “hijo o hija de Dios” está reservado para aquellos que son seguidores de Jesucristo. Son verdaderos discípulos que entienden y reflejan el amor puro de Cristo.

El élder Vern P. Stanfill habla con los estudiantes de BYU en el Marriott Center después de dar un devocional el martes, 1 de marzo de 2022.
El élder Vern P. Stanfill habla con los estudiantes de BYU en el Marriott Center después de dar un devocional el martes, 1 de marzo de 2022. | Crédito: BYU Photo

Moroni 7:47 enseña que la caridad “es el amor puro de Cristo… y a quien la posea en el postrer día, le irá bien”.

Luego, en el siguiente versículo, Moroni exhorta a sus lectores a “pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo; para que lleguéis a ser hijos de Dios; para que cuando él aparezca, seamos semejantes a él, porque lo veremos tal como es; para que tengamos esta esperanza; para que seamos purificados así como él es puro”.

La promesa de Moroni, dijo el élder Stanfill, vincula claramente a quienes sienten y extienden el amor puro de Cristo al pacificador.

“Tomamos sobre nosotros el nombre de Cristo. Debemos aprender de Él y hacer todo lo posible para emular quien es Él. La persona que puede extender la paz que ofrece el Salvador es la persona que comprende el amor puro de Cristo. Esta persona mira a los demás como Dios los ve y actúa en consecuencia. Y les irá bien”.

El élder Stanfill concluyó diciendo que espera que los reunidos para el devocional del martes influyan y cambien el mundo. Tal vez alguien en la audiencia invente un dispositivo o artefacto popular. Otro puede encontrar la cura para una enfermedad o crear una obra de arte magistral.

“Los animo a usar cada talento y cada conocimiento e inspiración que tengan para cambiar el mundo, pero mientras lo hacen, los invito a hacer la diferencia en el mundo siendo verdaderos pacificadores. Porque estos serán llamados hijos de Dios”.

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