El profeta y presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días resaltó el Domingo de Resurrección como “la observancia religiosa más importante para los seguidores de Jesucristo” y la expiación y resurrección de Jesucristo como “el acontecimiento más transcendente que jamás haya sucedido en la tierra”.
Además, varios integrantes del Cuórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia dijeron que la Semana Santa era “la semana más importante de la historia de la humanidad”, y la Pascua “la conmemoración más importante”.
Estos enfáticos superlativos provinieron del presidente Russell M. Nelson y de tres Apóstoles de los últimos días —el élder D. Todd Christofferson, el élder Ronald A. Rasband y el élder Gary E. Stevenson— cuando hablaron este fin de semana, durante la conferencia general de abril de 2023, sobre los acontecimientos, la doctrina y las muchas bendiciones asociadas con el Domingo de Ramos, la Semana Santa y el Domingo de Pascua de Resurrección.
‘Les ruego que vengan a Él’
“Dentro de una semana será el Domingo de Pascua de Resurrección”, dijo el presidente Nelson en su discurso de clausura de la conferencia el domingo, 2 de abril. “Es la observancia religiosa más importante para los seguidores de Jesucristo. La razón principal por la cual celebramos la Navidad es la Pascua”.
El Profeta señaló que la lección de “Ven, sígueme” para la semana que viene, invita a estudiar la entrada triunfal del Salvador en Jerusalén, Su purificación del templo, Su sufrimiento en el Jardín de Getsemaní, Su crucifixión, Su gloriosa resurrección y Sus apariciones posteriores a Sus seguidores.
“Disfruten de estos sagrados versículos y busquen todas las maneras posibles de agradecer a nuestro Padre Celestial por enviarnos a Su Hijo Unigénito”, dijo el presidente Nelson. “Porque gracias a Jesucristo, podemos arrepentirnos y recibir el perdón de nuestros pecados. Gracias a Él, cada uno de nosotros resucitará”.
Él invitó a los oyentes a estudiar también el relato de la aparición del Salvador a los nefitas en las Américas, tal como se encuentra en 3 Nefi 13-14, subrayando también las palabras de súplica del Salvador antes de Su aparición.
“¿No os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane? … He aquí, mi brazo de misericordia se extiende hacia vosotros; y a cualquiera que venga, yo lo recibiré;” (3 Nefi 9:13-14).
El presidente Nelson dijo: “Queridos hermanos y hermanas, Jesucristo les extiende esa misma invitación a ustedes hoy. Les ruego que vengan a Él para que pueda sanarlos. Él los sanará del pecado cuando se arrepientan. Él los sanará de la tristeza y el miedo. Él los sanará de las heridas de este mundo”.
Sean cuales sean problemas o preguntas que uno tenga, la respuesta siempre se puede encontrar en la vida y las enseñanzas de Jesucristo, agregó. “Aprendan más sobre Su expiación, Su amor, Su misericordia, Su doctrina y Su evangelio restaurado de sanación y progreso. ¡Vuélvanse a Él! ¡Síganlo!
Ese mismo día, durante la sesión del domingo por la mañana, mientras se preparaba para hablar sobre cómo evitar el conflicto y la contención y dirigirse, en cambio, hacia la compasión y la reconciliación, hizo un reconocimiento a la Semana Santa y a la Pascua.
“Hoy es Domingo de Ramos”, dijo. “Nos preparamos para conmemorar “el acontecimiento más transcendente que jamás haya sucedido en la tierra”, el cual es la expiación y la resurrección del Señor Jesucristo. Una de las mejores maneras en que podemos honrar al Salvador es convirtiéndonos en pacificadores”.
‘Tomemos la decisión de nunca olvidar’
En su discurso del domingo por la mañana, el élder Christofferson señaló que ese día era Domingo de Ramos, el cual marca el comienzo de la Semana Santa, que incluye la entrada triunfal del Señor a Jerusalén, Su sufrimiento en Getsemaní y Su muerte en la cruz, así como Su gloriosa resurrección el Domingo de Resurrección.
“Tomemos la decisión de nunca olvidar lo que Cristo sufrió para redimirnos”, dijo el élder Christofferson. “Y no olvidemos nunca el inmenso gozo que sentiremos nuevamente durante la Pascua al contemplar Su victoria sobre la tumba y el regalo de la resurrección universal”.
Destacó la cena de Pascua que compartió Jesús con Sus apóstoles la noche anterior a los juicios y crucifixión que le aguardaban. En la sagrada oración intercesora, Cristo rogó: “Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros” (Juan 17:11).
El Salvador amplió Su petición para incluir a todos los creyentes, dijo el élder Christofferson, cuyo discurso recibió el título de “Uno en Cristo”: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos; para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros” (Juan 17:20-21).
“La resurrección de Jesucristo testifica de Su divinidad y de que Él ha vencido todas las cosas”, concluyó el élder Christofferson. “Su resurrección testifica de que, al estar unidos a Él por medio del convenio, nosotros también podemos vencer todas las cosas y llegar a ser uno. Su resurrección da testimonio de que, por medio de Él, la inmortalidad y la vida eterna son algo real”.
‘La semana más importante de la historia de la humanidad’
En su mensaje de la sesión del domingo por la tarde titulado “Hosanna al Dios Altísimo”,el élder Rasband señaló que ese Domingo de Ramos —la imagen de multitudes de fieles a las puertas de Jerusalén, sosteniendo palmas y gritando “Hosanna” a Jesús —“marcó el comienzo de la última semana del ministerio terrenal de Jesucristo. Fue la semana más importante de la historia de la humanidad”.
La entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén y los eventos ocurridos esa semana — los cuales culminaron con Su crucifixión y resurrección— “ejemplifican la doctrina que podemos aplicar a nuestra vida hoy”, agregó.
Las lecciones, dijo el élder Rasband, son “acoger la profecía y las enseñanzas proféticas, actuar según las impresiones del Espíritu Santo, convertirse en un verdadero discípulo y buscar el poder sanador de la expiación de nuestro Señor”.
Invitó a los oyentes a imaginar—y prepararse para— un escenario similar al de la entrada triunfal de Cristo el Domingo de Ramos”.
“Aunque hoy no estemos a las puertas de Jerusalén con palmas en las manos”, el élder Rasband dijo, “llegará el momento en que, como se profetiza en el Apocalipsis, “una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones, y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono en presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;” (Apocalipsis 7:9).
‘El relato más grandioso jamás contado’
En su discurso de la sesión del sábado por la mañana, el élder Stevenson se refirió a la reciente carta de la Primera Presidencia anunciando el formato de las reuniones correspondientes al Domingo de Pascua para barrios y ramas y familias e individuos “para conmemorar este acontecimiento tan importante”. Dijo que la carta fue “un llamado de atención”.
“No solo nos invitaron a todos a cerciorarnos de que nuestra celebración del acontecimiento más grandioso que jamás haya sucedido en esta tierra —la expiación y la resurrección de Jesucristo— incluya la reverencia y el respeto que el Señor se merece, sino que también nos dieron más tiempo con nuestras familias y amigos el Domingo de Resurrección para hacerlo”.
Planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos hacer que la enseñanza y la celebración de la Resurrección de Jesucristo se haga con el mismo grado de equilibrio, plenitud y de tradición religiosa que las de Su nacimiento —la historia de la Navidad?
Mientras el élder Stevenson y su esposa, la hermana Lesa Stevenson, reflexionaban sobre cómo aumentar la inclusión de las escrituras en sus celebraciones de Pascua, se dieron cuenta que tenían la oportunidad de mirar los acontecimientos y los resultados de la Pascua y la Semana Santa a través de las dos ópticas que brindan los queridos relatos del Nuevo Testamento y del Libro de Mormón —el “Otro Testamento”— en 3 Nefi, sobre lo que dijo el Salvador, su aparición y ministración en Su gloria resucitada.
“En realidad el Libro de Mormón comparte el relato más grandioso de la Pascua de Resurrección jamás contado.”, dijo. “les invito a mirar el Libro de Mormón desde una nueva perspectiva y a considerar el profundo testimonio que ofrece de la realidad del Cristo resucitado, así como la riqueza y profundidad de la doctrina de Cristo. …
Su visita como el Salvador resucitado, presentado por Dios el Padre, es el mensaje de la Pascua de Resurrección más glorioso y triunfante, y ayudará a los miembros de nuestra familia a obtener un testimonio personal de Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor, quien rompió las ligaduras de la muerte”.
