Los misioneros de la Misión Liberia Monrovia que se reunieron para escuchar al élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el 23 de febrero, recibieron un testimonio renovado de su propósito misional y del plan de salvación de Dios.
El élder Josue Ndara de Ruanda calificó la reunión como la experiencia más milagrosa que ha tenido en su misión.
“Lo que más me gustó fue su radiante sonrisa mientras testificaba del amor de nuestro Salvador por cada uno de nosotros”, dijo. “El élder Christofferson es ciertamente un testigo especial de Jesucristo”.
El élder Christofferson estuvo en Liberia como parte de una visita ministerial al Área África Occidental, que también incluyó reuniones en Ghana, Nigeria y Costa de Marfil. Se reunió con jóvenes adultos solteros, misioneros, líderes y miembros de toda el área.
Mientras hablaban de la obra misional en Liberia, el élder Ndara dijo que el élder Christofferson testificó que el Libro de Mormón es la clave de su éxito.
“Cuando lo leemos diligentemente y con oración, podemos convertirnos al Señor. Nuestra cosecha como misioneros se vuelve pequeña cuando no lo usamos”, dijo el élder Ndara.
El élder Sheku Makieu de Sierra Leona dijo que el élder Christofferson enseñó que el Libro de Mormón es el instrumento de conversión para los misioneros, quienes son llamados en esta dispensación para llevar el evangelio a todas las naciones del mundo.
“Eso me motivó a estudiar el Libro de Mormón todos los días y a usarlo con más frecuencia para ayudar a otros a acercarse más al Salvador”, dijo el élder Makieu. Dijo que sabía que el Espíritu le estaba enseñando la veracidad del mensaje porque nunca se había sentido así.
Explicar el propósito misional
Los misioneros suelen recitar el propósito misional, que es: “Invitar a las personas a venir a Cristo al ayudarlas a que reciban el Evangelio restaurado mediante la fe en Jesucristo y Su expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin”.
El élder Christofferson habló sobre el origen de esa declaración al leer Doctrina y Convenios 20:29-31 con los misioneros de Liberia. Este pasaje habla del arrepentimiento, la fe, la justificación y la santificación por medio del Salvador Jesucristo.
El élder Tyler Larsen de Hooper, Utah, dijo que fue como una discusión reveladora.
“El élder Christofferson expuso que debemos ayudar a otros a recibir la gracia de Jesucristo: ser perdonados y que se nos quiten los efectos del pecado. Sentí que mi propósito se volvió mucho más claro y que la felicidad del evangelio y el gozo, es lo que se suponía que debíamos llevar a estas personas”, dijo el élder Larsen.
Desde la reunión, el élder Larsen dijo que ha estado reflexionando sobre cómo el servicio que ha ofrecido lo ha acercado más al Señor.
“Mientras trato de prepararme para seguir mi propósito de recibir la gracia de Jesucristo en mi propia vida y ayudar a otros a recibirla también, en mi misión y después de ella, espero no contenerme nunca en dar todo mi ser como ofrenda al Señor”, dijo.
Esas mismas Escrituras en Doctrina y Convenios ayudaron a la hermana Matilda Ackah de Ghana a comprender más acerca del arrepentimiento.
“Me hizo entender que, en efecto, el arrepentimiento es un proceso y que debemos arrepentirnos por completo para que no podamos volver al mismo pecado”, dijo. “Siempre debemos perseverar en la fe que tenemos para que pueda ayudarnos a santificarnos y guiarnos”.
El élder Lote Robanakadavu de Fiyi dijo que siente con más fuerza ahora que puede ayudar a recoger a Israel y así preparar un pueblo del convenio digno de recibir a Jesucristo cuando regrese.
“Está bien tener días difíciles durante el servicio, muchos han pasado por días más oscuros”, dijo el élder Robanakadavu que aprendió durante la reunión. “Hay una razón por la que se llama obra misional y no juego misional”.
El élder Christofferson dijo que los misioneros de tiempo completo deben “hacerlo por el Señor”. La hermana Hainite Siale de Tonga dijo que esa frase realmente le llamó la atención porque cuando comenzó su misión, a menudo pensaba que su padre estaba orgulloso de ella porque era su sueño y el de ella que ella sirviera en una misión.
“En algún momento decía, ‘Esto es por nosotros, papá’, pero el élder Christofferson me recordó enfáticamente: ‘Hazlo por el Señor’”, dijo la hermana Siale. “Es su decisión si quieren hacerlo por el Señor o simplemente para que otros vean que van a una misión”.
Convenios con el Señor
Los misioneros tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas al élder Christofferson y a los demás líderes que estaban con él, incluyendo el élder Paul V. Johnson, de la Presidencia de los Setenta, y el élder Alfred Kyungu, Setenta Autoridad General y segundo consejero de la presidencia del Área África Occidental.
El élder Ndara dijo que el élder Christofferson enfatizó la importancia de la Santa Cena al responder sus preguntas y cómo el participar del pan y el agua les permite renovar los convenios que hicieron con el Señor.
“La Santa Cena es muy útil en el proceso divino de justificación y santificación. Estas dos palabras se hicieron comprensibles cuando las reemplazó con perdón y limpieza”, dijo el élder Ndara.
El élder Makieu agregó, “El élder Christofferson dijo que no solo tomamos la Santa Cena para recordar la expiación del Salvador, sino también para sentir el poder de la expiación. Eso es realmente algo en lo que personalmente nunca me he centrado y esa es la razón más importante para tomar la Santa Cena”.
Renovar los convenios cada semana a través de la Santa Cena es parte de guardar los convenios, dijo la hermana Sarah Odunga de Kenia, y los que guardan los convenios reciben las bendiciones de Dios y la protección contra el adversario.
Ella había estado experimentando insomnio y estrés al cuestionar a Dios sobre muchas cosas diferentes.
“Unos minutos antes del comienzo del devocional, estaba orando en silencio para poder sentir el Espíritu del Señor y aprender de él”, dijo la hermana Odunga. “Después, sentí que se había levantado una gran carga y me sentí aliviada de las preocupaciones”.
La hermana Ackah aprendió a hacer que sus oraciones fueran más sinceras y de corazón. También se dio cuenta de que no siempre debe esperar que las respuestas lleguen en el mismo momento en que ora.
“Siempre debemos recordar que Dios trabaja de maneras misteriosas. Él puede decidir cuándo es el momento apropiado para respondernos”, dijo.
El élder Christofferson también habló sobre la confianza, lo que llevó al élder Robanakadavu a escribir, “¿Puede Dios confiar en mí?”. Y el élder Dylan Ncube de Zimbabue dijo que él también ha estado pensando en eso.
“Ahora entiendo que primero necesitamos que nuestro Padre Celestial confíe en nosotros para que luego podamos tener la esperanza de desempeñar un papel importante en el tiempo o en la eternidad y luego tener ese amor por quienes nos rodean”, dijo el élder Ncube.
Reunión con miembros en Liberia
Después de la reunión misional, el élder Christofferson presidió un devocional con miembros de seis estacas en el Centennial Pavilion en Monrovia.
Los miembros esperan con ánimo un nuevo templo, que se anunció en la conferencia general de octubre de 2021. El élder Christofferson aconsejó a la congregación “hagan una lista de las cosas indignas que pueden sacar de su vida y las cualidades cristianas que pueden traer a sus vidas antes de que se dedique el templo”.
Añadió, “Necesitamos hacer convenios y guardarlos — hacerlo simplemente significa dejar de hacer las cosas que queremos y hacer las cosas que el Padre Celestial quiere que hagamos”.
El élder Christofferson ofreció una bendición especial a los santos de Liberia: “Somos un pequeño número en Liberia, pero si somos fieles a los mandamientos de Dios, Él bendecirá a toda esta nación”.
Los misioneros de la reunión anterior, como el élder Larsen, asistieron al devocional y dijeron que el Espíritu fue fuerte.
“Me encantó cuando habló de traer una ofrenda a la casa del Señor y cómo somos la ofrenda que traemos”, dijo.
La hermana Siale dijo que cuando el élder Christofferson estaba a punto de salir del pabellón, ella estaba llorando.
“Solo mi compañera lo sabía, y ella preguntó qué había pasado. Le susurré, ‘Mira cómo nos ama el Señor, envió un apóstol solo para hablar directamente a la gente de Liberia’. Entonces me dije a mí misma, ‘Ciertamente, el Señor ama a todos Sus hijos’”, dijo la hermana Siale.