En su mayor donación individual a una organización humanitaria hasta la fecha, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días donó USD$32 millones al Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas.
La donación ayudará a proporcionar alimentos y asistencia crítica a 1.6 millones de personas en nueve países.
El obispo L. Todd Budge, segundo consejero del Obispado Presidente, presentó la donación durante una visita el miércoles, 14 de septiembre, a la sede del Programa Mundial de Alimentos en Roma, Italia.
“Estamos muy agradecidos de colaborar con el Programa Mundial de Alimentos porque sabemos que llevarán alimentos a quienes más los necesitan”, dijo el obispo Budge. “Y agradecemos a los Santos de los Últimos Días y amigos de la fe cuyos sacrificios financieros han hecho posible este regalo. Tal dádiva hace a los hijos de Dios un poco más felices y a todos nosotros un poco más santos”.
El Programa Mundial de Alimentos es la organización humanitaria más grande del mundo, trabajando en la vanguardia de las crisis durante más de 60 años. El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, dijo que la “extraordinaria donación” de la Iglesia no podía llegar en un momento más crítico.
“Con millones de personas muriendo de hambre hoy, WFP está trabajando arduamente para entregar alimentos, ayuda y esperanza, y esta contribución que salva vidas nos permite hacer precisamente eso”, dijo Beasley.
Según el anuncio en ChurchofJesusChrist.org (en inglés), los fondos de la Iglesia ayudarán a las personas más vulnerables en los siguientes países: Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Kenia, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
Los conflictos, las crisis económicas, los impactos persistentes de la pandemia de COVID-19, los extremos climáticos y otros factores están empujando a millones de personas en países de todo el mundo a la pobreza y el hambre. El Programa Mundial de Alimentos informa que un récord de 345 millones de personas, se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, con 50 millones al borde de la hambruna.
La Red Global contra las Crisis Alimentarias (en inglés), que está formada por las Naciones Unidas, la Unión Europea y otras agencias no gubernamentales, define la inseguridad alimentaria aguda como “cuando la incapacidad de una persona para consumir alimentos adecuados pone en peligro inmediato su vida o su sustento”.
En junio, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación emitieron una severa advertencia sobre múltiples crisis alimentarias inminentes, diciendo que los aumentos de precios de los alimentos y el combustible están acercando a las naciones a la inestabilidad en todo el mundo.
El presidente y director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de EE. UU.(en inglés), Barron Segar, aceptó la donación de la Iglesia en Roma y agradeció a la Iglesia por el “regalo transformador” en un momento de necesidad global sin precedentes.
“El apoyo del sector privado es fundamental para nuestra misión, ya que permite que el WFP aumente la asistencia alimentaria y el trabajo de resiliencia que brinda estabilidad y comodidad a las familias durante estos tiempos difíciles”, dijo Segar. “Estoy seguro de que el regalo de la Iglesia inspirará a otros a unirse a nuestro movimiento para acabar con el hambre en el mundo”.
La presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, dijo: “Mi corazón se regocija por los millones de niños desnutridos que se beneficiarán de esta donación. Jesús tiene un corazón amoroso para los niños. Llora al verlos morir de hambre. Y Él se regocija incluso con el más mínimo esfuerzo por ayudarlos. Un enorme agradecimiento al Programa Mundial de Alimentos y a todos los que contribuyen de alguna manera a esta causa”.
El Programa Mundial de Alimentos comenzó a colaborar con la Iglesia en 2014. En 2016, el entonces presidente Dieter F. Uchtdorf presentó en Roma una donación de $3 millones de la Iglesia al WFP (en inglés). En 2019, Beasley recorrió el Almacén Central de los Obispos y la Plaza de Bienestar (en inglés) y se reunió con representantes de la Iglesia en Salt Lake City. Durante la pandemia de COVID-19, las dos organizaciones trabajaron juntas para responder a las necesidades alimentarias mundiales.
Los esfuerzos humanitarios de la Iglesia
Esta donación en particular continúa con una prioridad de décadas de la Iglesia de cuidar a los necesitados. La Iglesia dona alrededor de mil millones de dólares anualmente para cuidar de los necesitados en todo el mundo.
Como dijo el obispo Budge a Church News en una entrevista reciente: “El alcance humanitario de la Iglesia se da sin distinción de raza, nacionalidad, religión, orientación sexual o cualquiera de esas cosas, las etiquetas que tienden a dividirnos. Llegamos a todos, a todos los hijos de Dios, porque Dios los ama a todos”.
Él explicó que una de las Escrituras en Doctrina y Convenios es que los hombres deben estar ansiosamente dedicados a una buena causa y hacer muchas cosas por su propia voluntad y elección, y los miembros viven ese principio.
El informe anual de 2021 describió 3909 proyectos humanitarios en 188 países, un aumento con respecto al año anterior. Este alcance incluyó US$906 millones de la Iglesia y 6.8 millones de horas de trabajo voluntario de los Santos de los Últimos Días todos los días.
El obispo presidente Gérald Caussé (en inglés) dijo que ayudar a los demás y llegar a las personas necesitadas está realmente en el corazón del evangelio de Jesucristo.
“No seríamos la Iglesia de Jesucristo si no siguiéramos o no nos esforzáramos por seguir su ejemplo todos los días”, dijo el obispo Caussé. “Una de las cosas que Él nos enseñó a hacer es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Él nos enseñó acerca de los dos grandes mandamientos, amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Y estos son nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo”.
