SANTIAGO, Chile — Con una chaqueta roja brillante y una gran sonrisa, Sandra Corrales Román recorría con agilidad el Centro Sonrisas de Héroes, de niño en niño y de sus padres, dando un abrazo aquí, un beso allá y ánimo cuando era necesario.
El sábado, 13 de junio, recibió al élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en el centro, ubicado en un edificio rojo brillante, con paredes coloridas y alegres, y decoraciones ideales para niños.
“Fue conmovedor ver el amor que se mostró a cada uno de los niños allí”, dijo el élder Stevenson. Se encontraba en Chile en una asignación ministerial, acompañado por su esposa, la hermana Lesa Stevenson, y el élder Joaquín E. Costa, Setenta Autoridad General y presidente del Área Sudamérica Sur de la Iglesia.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días donó recientemente dos camionetas nuevas a la fundación para facilitar el transporte de niños hacia y desde el centro en Santiago. La Iglesia también ha donado sillas de ruedas, equipo dental, un elevador para la piscina terapéutica y otros suministros anteriormente, y participó en la inauguración del Centro Sonrisas de Héroes en noviembre de 2024, como se informó previamente en Church News.
Corrales, exatleta nacional chilena de atletismo y arquera, se dedica a cumplir el sueño que tuvo con un niño recién operado. Más tarde, conoció a ese mismo niño durante una visita a un hospital con otros atletas. Le entregó una de sus medallas y él dijo: “Hoy soy un campeón”.
Gracias a esa experiencia, Corrales creó “Deportistas por un Sueño”. La misión de su fundación es brindar apoyo a cientos de niños afectados por enfermedades complejas y terminales.
Su lema es “Los niños con enfermedades crónicas y terminales también tienen derecho al amor, el respeto y la dignidad”.

Durante la visita del élder Stevenson, Corrales le presentó a los niños uno por uno y le mostró el impacto del apoyo de la Iglesia.
Durante la conversación, el élder Stevenson comentó que la labor de Corrales le recordaba las palabras de Jesucristo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).
“Los consideramos como las manos del Señor Jesucristo mismo”, dijo el élder Stevenson. “El Señor los bendecirá por ello”.
Camila Tapia, cuya hija Esperanza pintó un retrato de los niños para mostrárselo al élder Stevenson, comentó que el centro es donde encontró familia y apoyo. Añadió que las nuevas camionetas les ayudarán a ella y a otros que viven lejos a tener mejor acceso al centro.
“No tengo palabras para agradecerles las donaciones”, dijo.

El élder Wade Kartchner y la hermana Vicky Kartchner son misioneros humanitarios de la Iglesia que trabajaron en este último proyecto con el centro. Al reunirse con diferentes organizaciones en Chile, comentaron, ven la mano del Señor guiándolos.
El élder Kartchner dijo: “Si Él estuviera aquí hoy, habría estado con Sandra, y habría estado abrazando, besando, riendo y bromeando con esos niños. Tal como ella”.
La hermana Kartchner agregó: “Estos serían los primeros niños a los que Él iría”.
Corrales dijo que desea darles a todos los niños dignidad y una buena vida mientras vivan en la tierra.
“Si yo no estuviera aquí, estos niños serían invisibles”, dijo.
Para ella, además de las donaciones de la Iglesia, lo importante es que los niños fueran vistos. “Ver tanto cuidado y amor, eso fue lo que lo hizo tan especial”.

