En un devocional de BYU-Idaho en 2010, cuando era miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, el presidente Russell M. Nelson, ahora presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, enseñó: “La educación es una responsabilidad religiosa”.
En un esfuerzo por mejorar las oportunidades educativas en todo el Pacífico, la Iglesia financió recientemente nuevas aulas en Tauruba y Babaka, Papúa Nueva Guinea; Veitongo, Tonga; y Port Vila, Vanuatu.
Tauruba, Papúa Nueva Guinea
Estudiantes, maestros y miembros de la comunidad se reunieron el 24 de abril para celebrar la inauguración de cuatro nuevas aulas en la remota aldea de Tauruba, Papúa Nueva Guinea.
La Iglesia proporcionó materiales para el nuevo edificio, mientras que miembros de la comunidad, incluyendo miembros de otras religiones, aportaron trabajo voluntario para la construcción de la estructura, informó la Sala de Prensa de la Iglesia en el Pacífico.

Nao Virobo, presidente del Consejo de Administración de la Escuela Tauruba, afirmó que el impacto del nuevo edificio en la Escuela Primaria Tauruba perdurará durante décadas.
“Ahora podemos vivir otros 50 años con mejores instalaciones educativas. Este proyecto nos prepara para un futuro mejor. Esta es nuestra base”, afirmó.

En el evento, los jóvenes interpretaron danzas que reflejaban su herencia cultural, y los oradores destacaron la importancia del nuevo edificio escolar para fortalecer los lazos comunitarios y brindar a los estudiantes un mejor entorno de aprendizaje.
Babaka, Papúa Nueva Guinea
La Iglesia financió cuatro nuevas aulas, que se inauguraron en febrero, para reemplazar los deteriorados edificios escolares en Babaka, distrito de Rigo, Papúa Nueva Guinea.
El presidente de la rama de Babaka, Voi Tau, afirmó que la contribución de la Iglesia a la escuela y a la comunidad es un reflejo del amor de Cristo por todos sus hijos.
“La Iglesia refleja el amor de Cristo. Demostramos nuestro amor por Cristo con la forma en que amamos a nuestro prójimo en Babaka. Nos sentimos muy orgullosos de formar parte de esta obra y de ser miembros de la Iglesia”, dijo.
Los misioneros humanitarios de la Iglesia, el élder Wayne Robbins y la hermana Dina Robbins, ayudaron a facilitar las mejoras al percatarse de los edificios obsoletos, según la Sala de Prensa de la Iglesia en el Pacífico.
Los nuevos edificios, que ahora forman parte de la Escuela Primaria Rilo, están construidos sobre plataformas para protegerlos de las inundaciones. Además, se han proporcionado nuevas viviendas para los maestros, que normalmente viven en la escuela.
Veitongo, Tonga
En febrero, los habitantes de Veitongo, Tongatapu, Tonga, celebraron la finalización de dos nuevas aulas, financiadas por la Iglesia para aliviar la sobrepoblación en las clases.
Más de 100 estudiantes se beneficiarán de las nuevas aulas en la Escuela Secundaria Pública de Veitongo, según la Sala de Prensa de la Iglesia en el Pacífico.

“Lo importante son los niños”, dijo Fineasi Fūnaki, gerente humanitaria del Área Pacífico. “La Iglesia y su brazo humanitario tienen la fortuna y el privilegio de poder aportar un poco para promover una educación de calidad y, sobre todo, el aprendizaje de nuestros niños, ya que son el futuro del país”.
Falemaama Fualalo, directora de la escuela, afirmó que la ayuda de la Iglesia fue una respuesta a las oraciones. Añadió que las aulas se utilizarán como centro de evacuación para la aldea en caso de desastre natural.
Port Vila, Vanuatu
Este invierno, se completaron dos nuevas aulas en Port Vila, Vanuatu, con la ayuda de la Iglesia, para reparar los daños causados por dos ciclones.
Desde marzo de 2023, los estudiantes han estado realizando sus tareas escolares en tiendas de campaña improvisadas proporcionadas por UNICEF, según informó la Sala de Prensa de la Iglesia en el Pacífico.

El contratista local Daniel Katata y su equipo iniciaron el proyecto con la ayuda de otras 25 personas que viajaron a Vanuatu para apoyar la iniciativa humanitaria. El grupo logró completar aproximadamente la mitad del proyecto antes de agotar los recursos. La Iglesia intervino con fondos para la finalización del proyecto.
Las aulas se completaron en diciembre de 2024, pero debido a un terremoto, se necesitaron reparaciones adicionales antes de poder entregarlas a la escuela.
