Cuando Nelson y Cristina Botero se casaron hace casi 32 años, soñaban con criar una familia en un entorno de amor, valores, respeto y honestidad. La familia siempre fue su máxima prioridad — y todavía lo es.
La vida les sonreía cuando nació su primer hijo, Nicolás. Sin embargo, en la época que nació su hija, Antonia, su situación financiera había cambiado. El costo de la vida en su Colombia natal se había disparado.
La pareja tenía “esa angustia todo el día”, recuerda Nelson Botero. “‘¿Comemos esto o comemos lo otro? Pago la escuela, pero entonces no me queda dinero para los servicios públicos”.

La forma de proveer para sus necesidades económicas parecía estar en conflicto con sus otras metas familiares. Siempre habían soñado con criar a sus hijos juntos. A Nelson Botero se le partió el corazón cuando tuvo que dejar a su familia para buscar trabajo en otro país. Cristina Botero sintió que su familia se desmoronaba.
En los años que siguieron, los Botero vivieron en varios países, algunas veces juntos, otras separados. Aunque nunca fue fácil, se esforzaron por fomentar la unidad y el amor familiar.
Más que solo recuerdos
Después de 20 años decidieron reunirse en un lugar donde pudieran estar juntos, independientemente de lo duro que tuvieran que trabajar o de los trabajos que tuvieran que aceptar.
A Nicolás Botero le preocupaba que sus padres continuaran trabajando tanto a pesar del paso de los años, así que se le ocurrió una idea.
A la familia le encantaba hacer videos familiares llenos de una ironía divertida; para ellos era una forma de conservar los recuerdos familiares. Entonces, él sugirió que los videos podrían ser algo más que un pasatiempo; podrían ser una fuente de ingresos y a la vez la manera de estar juntos.

Publicaron sus videos en las redes sociales bajo el nombre de “Los Chicaneros”. A través de su legado y humor, sus videos muestran que la felicidad se encuentra en la familia, sin tener en cuenta la falta de posesiones materiales.
El descubrimiento de un legado
Al conservar su historia familiar a través de videos, los Botero han descubierto muchas cosas sobre cada uno ellos y también sobre la importancia de la familia. A pesar de eso, aún no sabían mucho sobre la historia de la familia anterior a ellos.
Nelson Botero llevaba años diciéndole a la familia que suponía que su apellido era italiano, pero nadie lo sabía con certeza. “Nos parecía importante saber qué hicieron nuestros antepasados”, dijo Antonia Botero.

A través de FamilySearch, descubrieron a su octavo bisabuelo (ocho generaciones atrás) que se llamaba Giovanni Botero; un explorador que viajó a América a principios del siglo XVIII. Se enamoró de la tierra y la gente e hizo su vida allí. En 1722, cuando se le ordenó que regresara a casa, pidió quedarse con su familia.

La investigación de FamilySearch demostró que, desde Giovanni hasta hoy, los Botero tienen una rica historia, llena de cambios, valientes sacrificios y resiliencia. Además de eso, comparten el mismo amor y la dedicación a la familia.
“Me conmovió saber que luchó por su familia”, dijo Nelson Botero. “La gente no se imagina todo lo que hemos tenido que luchar, luchar y luchar para salir adelante y … estar juntos”, y añadió que seguirán luchando.
Cristina Botero dijo: “Para nosotros, la familia siempre ha sido la esencia de la vida, de la sociedad, del mundo”.
Encontrando una fuente de fortaleza en el pasado y en el presente
Descubrir su legado ha reforzado aún más los lazos familiares que unen a Nelson, Cristina, Nicolás y Antonia Botero. Esperan que su mensaje inspire a otros a creer en sus sueños, tener fe y creer en Dios.
Para ver la presentación virtual de Los Chicaneros visite el sitio web de RootsTech.org.
