La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana cubre Doctrina y Convenios 1, que ofrece el prefacio a las muchas revelaciones que se encuentran en este libro de escrituras.
A continuación, les ofrecemos algunas citas de líderes actuales y del pasado sobre Doctrina y Convenios 1.
El Señor nos disciplina
“En ocasiones, Dios manifiesta Su amor al disciplinarnos. Es una manera de recordarnos que Él nos ama y que sabe quiénes somos. Su bendición prometida de paz está al alcance de todos los que andan con valentía por la senda de los convenios y están dispuestos a recibir corrección.
“Cuando reconocemos la disciplina y la aceptamos bien dispuestos, esta se convierte en una operación quirúrgica espiritual. Por cierto, ¿a quién le gusta una operación? Pero para aquellos que la necesitan y están dispuestos a recibirla, una operación puede salvarles la vida. El Señor disciplina a quienes ama. Así nos lo dicen las Escrituras (véanse Hebreos 12:5–11; Helamán 12:3; Doctrina y Convenios 1:27; 95:1). Esa disciplina, o cirugía espiritual, producirá cambios que son necesarios en nuestra vida. Nos daremos cuenta, hermanos y hermanas, que nos refina y purifica lo interior del vaso”.
— Élder Taniela B. Wakolo, Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2021, “Dios ama a Sus hijos”
Los poderes del sacerdocio
“Hermanos, nuestras responsabilidades como poseedores del sacerdocio son un asunto muy serio. Otras organizaciones podrían sentirse satisfechas con las normas del mundo sobre la forma de dar mensajes y de cumplir con sus otras funciones; pero nosotros, los que poseemos el sacerdocio de Dios, tenemos el poder divino que rige incluso la entrada al Reino Celestial de Dios. Tenemos el propósito y la responsabilidad que el Señor definió en el prefacio revelado de Doctrina y Convenios. Debemos proclamar al mundo:
“’… que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el Salvador del mundo;
“’para que también la fe aumente en la tierra;
“’para que se establezca mi convenio sempiterno;
“‘para que la plenitud de mi evangelio sea proclamada por los débiles y sencillos hasta los cabos de la tierra’ (D. y C. 1:20–23)”.
— Presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, conferencia general de abril de 2018, “Los poderes del sacerdocio”
‘Es lo mismo’
“El Salvador declaró: ‘… sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo’ (D. y C. 1:38). Que podamos escuchar y dar oído a las verdades eternas que enseñan los representantes autorizados del Señor. Al hacerlo, les prometo que nuestra fe en el Padre Celestial y en Jesucristo se fortalecerá y recibiremos guía espiritual y protección para nuestras circunstancias y necesidades específicas”.
— Élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2015, “‘Escogidos para dar testimonio de mi nombre’”
“…Escuchar y acatar el consejo de las Autoridades Generales. Los profetas muchas veces levantan una voz de amonestación, pero a la vez proporcionan consejo firme y práctico para ayudarnos a sobrepasar las tormentas de la vida. En la primera sección de Doctrina y Convenios, el Señor nos recuerda que ‘sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo’ (D. y C. 1:38). Los profetas nos ayudan a enfrentar los cambios y los desafíos que afrontamos constantemente”.
— Élder Steven E. Snow, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2009, “Sigamos adelante con nuestra vida”
“’Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo’ (D. y C. 1:38).
“No es cosa insignificante, mis hermanos y hermanas, el tener un profeta de Dios entre nosotros. Grandes y maravillosas son las bendiciones que recibimos en nuestra vida cuando damos oído a la palabra del Señor dada a nosotros por intermedio de él. Al mismo tiempo, el saber que el presidente Gordon B. Hinckley es el profeta de Dios nos da también una responsabilidad. Cuando escuchamos el consejo del Señor expresado por medio de las palabras del Presidente de la Iglesia, nuestra respuesta debe ser positiva y pronta. La historia ha demostrado que hay seguridad, paz, prosperidad y felicidad cuando respondemos al consejo profético tal como lo hizo Nefi de la antigüedad: ‘Iré y haré lo que el Señor ha mandad’ (1 Nefi 3:7)”.
— El fallecido presidente M. Russell Ballard, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2001, “‘Recibiréis su palabra’”
‘La única iglesia verdadera y viviente’
“El Señor ha declarado que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es ‘la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra’ (D. y C. 1:30). Esta Iglesia restaurada es verdadera porque es la Iglesia del Salvador; Él es ‘el camino, y la verdad y la vida’ (Juan 14:6). Y es una iglesia viviente debido a las obras y los dones del Espíritu Santo. Cuán bendecidos somos por vivir en una época en la que el sacerdocio está sobre la tierra y podemos recibir el Espíritu Santo”.
— Élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2010, “Recibe el Espíritu Santo”
“Por medio de José Smith se han restaurado todos los poderes, las llaves, las enseñanzas y las ordenanzas necesarios para la salvación y la exaltación. No pueden ir a ningún otro lado del mundo para encontrarlos; no los hallarán en ninguna otra iglesia ni en ninguna filosofía de los hombres, revista científica ni peregrinación personal, por más intelectual que parezca. La salvación se encuentra en un solo lugar, como lo indicó el Señor mismo al decir que ésta es ‘la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra’ (D. y C. 1:30)”.
— Élder Tad R. Callister, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de octubre de 2009, “José Smith — Profeta de la Restauración”
‘Todo hombre anda por su propio camino’

“Las sociedades en las cuales muchos vivimos no han fomentado la disciplina moral durante más de una generación, enseñando que la verdad es relativa y que cada uno decide por sí mismo lo que es correcto. Los conceptos como el pecado y lo malo se han condenado llamándolos ‘valores de criterio’. Como lo describe el Señor, ‘todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios’ (D. y C. 1:16).
“Como consecuencia, la autodisciplina se ha corroído y las sociedades tienen que mantener el orden y la urbanidad por obligación. …
“Al fin, sólo la brújula moral interna de cada persona podrá encargarse de tratar eficazmente las causas originales, así como los síntomas de la decadencia social. Hasta que se denuncie el pecado como pecado y la disciplina moral ocupe su lugar en el canon de las virtudes civiles, las sociedades seguirán luchando en vano por establecer el bien común”.
— Élder D. Todd Christofferson del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2009, “La disciplina moral”
“La persona egoísta está más interesada en agradar al hombre, especialmente a sí misma, que en agradar a Dios. Busca satisfacer sólo sus propias necesidades y deseos y ‘anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo’ (D. y C. 1:16). Este tipo de persona acaba desconectándose de las promesas de los convenios de Dios (véase D. y C. 1:15) y de la amistad y ayuda terrenal que todos necesitamos en estos tiempos turbulentos. Por el contrario, si amamos y servimos a los demás como enseñó el Salvador, nos mantendremos conectados a nuestros convenios y a nuestros compañeros”.
— Presidente Dallin H. Oaks, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2009, “El servicio desinteresado”
“Desde luego, hoy no hay una ciudad en particular que represente a Babilonia, la cual existió en los tiempos del antiguo Israel, una ciudad que se había vuelto sensual, decadente y corrupta. El edificio principal de la ciudad era un templo erigido a un dios falso, al cual se lo suele llamar Bel o Baal.
“Sin embargo, esa sensualidad, corrupción y decadencia, y el adorar dioses falsos, son hechos comunes en muchas ciudades dispersas, grandes y pequeñas, de este planeta. Como ha dicho el Señor: ‘No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo…’ (D. y C. 1:16).
“Demasiadas personas del mundo han llegado a asemejarse a la Babilonia de antaño al andar por su propio camino e ir en pos de un dios ‘cuya imagen es a semejanza del mundo’.
“Uno de los retos más colosales que afrontaremos será poder vivir en ese mundo y, no obstante, no ser de ese mundo. Tenemos que establecer Sión en medio de Babilonia”.
— Élder David R. Stone, en aquel entonces un Setenta Autoridad General, conferencia general de abril de 2006, “Sión en medio de Babilonia”
“La búsqueda de las denominadas libertades individuales, sin que se tengan en cuenta las leyes que el Señor ha establecido para gobernar a Sus hijos sobre la tierra, redundará en la maldición de la extremada mundanería y del excesivo egoísmo, así como en la decadencia de la moralidad pública y privada, y en la falta de respeto a la autoridad.
“Ese tipo de sociedades mundanas se describen en Doctrina y Convenios 1:16: ‘No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo…’
“Por esa razón, a la Iglesia del Señor se le ha mandado seguir a los profetas y buscar algo diferente de lo que el mundo busca. Siguiendo con los versículos 17 y 18 de la sección 1:
“’Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos y le di mandamientos;
“’y también a otros di mandamientos de proclamar estas cosas al mundo; y todo esto para que se cumpliese lo que escribieron los profetas’. …
“Con energía declaramos que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días contesta a la pregunta ‘¿qué buscáis?’. Nuestra Iglesia es el medio por el cual hombres y mujeres hallan a nuestro Salvador y Su Evangelio. Ustedes, los que están reunidos aquí, en esta gran congregación, al igual que los números aún más grandes de santos que están viendo esta conferencia por todo el mundo, son abundantemente bendecidos debido a que todos ustedes han buscado y hallado la Iglesia restaurada”.
— El fallecido Élder L. Tom Perry, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2005, “¿Qué buscáis?”
A través de ‘los débiles y sencillos’

“Durante este último año, he conversado con miembros de la Iglesia y he visto que, por medio de la fe y de la obra de personas débiles y sencillas, el convenio del Señor se está estableciendo sobre la tierra (véase D. y C. 1:17–23). …
“Gracias a ellos, la fe ha aumentado sobre la tierra, y son un ejemplo del milagro del que el Señor habló cuando dijo que Su Evangelio sería proclamado por los débiles y los sencillos (véase D. y C. 1:23), y de que por pequeños medios se pueden realizar grandes cosas (véase 1 Nefi 16:29)”.
— Hermana Julie B. Beck, en aquel entonces primera consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, conferencia general de abril de 2005, “Una obra para mí”
Salir de la oscuridad
“Paradójicamente, al salir ‘de la oscuridad’ la Iglesia restaurada, lo que parecen duros desafíos pondrán de manifiesto aún más la naturaleza distintiva de la Iglesia (D. y C. 1:30). Sin embargo, el hacer concordar más nuestra conducta con nuestras creencias nos traerá inexorables recordatorios de los constantes deberes del discipulado.
“El Evangelio restaurado es vivo, amplio y profundo: excede a nuestra comprensión. Nos edifica, ya se trate del divino diseño del universo o de destacar la importancia de la castidad y la fidelidad personales. ¡Solamente los discípulos humildes pueden encarar sin riesgo una teología tan heroica!”
— El fallecido Élder Neal A. Maxwell, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de octubre de 2002, “Rodeados por ‘los brazos de [Su] amor’”
“Mi corazón rebosa de gratitud en este día por las revelaciones que recibió el profeta José Smith y por todo lo que él hizo para poner en marcha la Restauración, sí, por las revelaciones necesarias para el establecimiento de esta obra, línea por línea, precepto por precepto. Reflexionen en las rigurosas y difíciles condiciones de nuestro comienzo, un comienzo sumamente humilde, y después vean a dónde hemos llegado en la actualidad.
“Él [el profeta José Smith] recibió la revelación, la que es ahora la primera sección de Doctrina y Convenios, en la que el Señor promete a José Smith y a otros que recibirían el poder y la autoridad para hacer salir a la Iglesia ‘de la obscuridad y de las tinieblas’ (D. y C. 1:30). … Y espero que todos los que nos encontramos reunidos aquí en esta ocasión nos sintamos agradecidos por el conocimiento que tenemos, por nuestro testimonio y por lo que sentimos. Éste es sólo el comienzo. Ésta es sólo una etapa del establecimiento de esta obra”.
—El fallecido Élder David B. Haight, en aquel entonces un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, conferencia general de abril de 2000, “Fe, devoción y gratitud”