Las donaciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están ayudando a los migrantes en Sudamérica a obtener la atención médica que necesitan, incluyendo la atención de salud mental urgente.
La Dra. Marilyn García está trabajando con familias en Ecuador para ayudarlas a lidiar con la incertidumbre.
“A veces hay familias que pueden haber pasado dos días sin comer, incluyendo sus hijos”, dijo.
García es psicóloga del Project HOPE (en inglés) (Oportunidades de salud para personas en todas partes), una organización internacional de ayuda humanitaria y de salud global.
La Iglesia recientemente donó USD$3.4 millones a Project HOPE para ayudar a mejorar la salud de las poblaciones vulnerables en Colombia, Ecuador y Venezuela.

García dirige sesiones de salud mental para migrantes, enfocadas en lidiar con la ansiedad y la depresión.
“Luchan con la incertidumbre, así que poder brindarles esos recursos y ayudarlos, los hace sentir más relajados”, dijo García. “Es como si tuvieran más confianza para decir ‘sé cuál es el siguiente paso que tengo que dar’”.
García dijo que este trabajo es urgente. Muchas de las familias con las que trabaja han huido de sus países de origen debido a la violencia y la inestabilidad política, según un comunicado de prensa en projecthope.org (ambos en inglés).
La agencia de la ONU para los refugiados estima que hasta 25 millones de personas serán desplazadas de Centroamérica y Sudamérica este año.