Cuando José Smith se retiró a una arboleda para orar, quería obtener el perdón de sus pecados y deseaba saber cuál era la iglesia correcta.
Después de ver a Dios el Padre y a Jesucristo, José Smith le dijo a su madre: “He sabido a satisfacción mía”.
La hermana Amy A. Wright, primera consejera de la presidencia general de la Primaria, dijo a los estudiantes de BYU–Hawái el martes, 12 de marzo que ellos también pueden saber por sí mismos.
“Los cielos están abiertos para ustedes”, dijo. “Estudien, mediten y oren. Hagan el trabajo espiritual necesario y den lugar para que el Espíritu Santo les enseñe el llamamiento divino de José como profeta de la restauración, así como muchas otras verdades claras y preciosas”.
La hermana Wright compartió lo que el presidente de la Iglesia, Russell M. Nelson, ha enseñado: “En los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo” (“Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, conferencia general de abril de 2018).
Revelación personal
La hermana Wright enumeró algunas de las muchas cosas que se pueden aprender de la Primera Visión de José Smith, incluyendo cómo las pruebas también pueden convertirse en experiencias maravillosas.
Durante el Seminario para Nuevos líderes de Misión de junio de 2021, el presidente Nelson habló sobre la tutoría divina de José Smith y dijo a los nuevos líderes de misión (en inglés): “Les suplico que hagan el trabajo espiritual necesario para recibir tal dirección y les prometo que, al hacerlo, el Señor derramará dirección, confianza y paz”.
La hermana Wright señaló que el Espíritu Santo habla a las personas de manera individual y exclusivamente personal en la que cada uno puede entender.
Por ejemplo, aunque a algunos se les ponga la piel de gallina o sientan calidez, un joven adulto inteligente y académico le dijo una vez a la hermana Wright que el Espíritu Santo le habla con sentido común, de una manera ordenada y práctica. Y un niño de 9 años que la hermana Wright conoció en Centroamérica dijo que sentía amor, paz y gozo mientras cantaba las canciones de la Primaria.
Poder del sacerdocio y bendiciones para todos
La hermana Wright invitó a los alumnos a estudiar el capítulo 3 del Manual General titulado Los principios del sacerdocio. Ella dijo que mientras leía este capítulo recientemente, le vinieron estas palabras: unidad e igualdad.
“Aparte del don incomparable de Su Hijo unigénito, no puedo pensar en una mayor manifestación del amor que Dios tiene por Sus hijos que las incalculables bendiciones que están disponibles tanto para Sus hijas como para Sus hijos a través de Su santo sacerdocio”, dijo la hermana Wright.
El sacerdocio no son los hombres ni las personas, dijo; es la autoridad y el poder de Dios.
El capítulo 3.6 del Manual General explica que todos los miembros de la Iglesia — mujeres, hombres y niños — que guardan sus convenios son bendecidos con el poder del sacerdocio de Dios para fortalecerse a sí mismos y a sus familias. Estos convenios se hacen en el bautismo y en el templo.
Las bendiciones del poder del sacerdocio que todos los miembros pueden recibir incluyen:
- Guía para sus vidas
- Revelación para saber cómo realizar la obra para la que han sido ordenados, apartados o asignados.
- Ayuda y fortaleza para llegar a ser más cómo Jesucristo y el Padre Celestial.
“¿No es esto extraordinario?”, dijo la hermana Wright. “Recibimos poder de Dios cuando somos bautizados, confirmados y guardamos nuestros convenios bautismales. Y recibimos poder adicional de Dios cuando somos investidos en la casa del Señor. Cualquier cosa que este mundo pueda ofrecernos palidece drásticamente en comparación”.
Las bendiciones del sacerdocio incluyen:
- El bautismo y el ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
- El don del Espíritu Santo.
- Participar de la Santa Cena.
- La autoridad y el poder para servir en llamamientos y asignaciones de la Iglesia.
- Recibir la bendición patriarcal y otras bendiciones del sacerdocio de salud, consuelo y guía.
- Ser investido con el poder de Dios en el templo.
- Ser sellado a los miembros de su familia por la eternidad.
- La promesa de la vida eterna.
La hermana Wright testificó que Dios ama a sus hijos y desea bendecirlos y exaltarlos, mientras el adversario intenta confundir a la gente.
“Me preocupa que estemos viviendo muy por debajo de nuestros privilegios”, dijo, y agregó: “Al igual que José Smith, vengan a saber por sí mismos. Vengan a conocer su valor divino, su destino eterno y las bendiciones que pueden recibir a través del santo sacerdocio de Dios”.
Los jóvenes adultos son el futuro y ‘el ahora’
La hermana Wright dijo que los jóvenes adultos no sólo son el futuro, sino que también son “el ahora”. Son una parte esencial del cuerpo de Cristo y tienen un papel vital que desempeñar. Importan y tienen un valor infinito, posibilidades ilimitadas y un potencial infinito para el bien del mundo.
Los instó a no abandonar su obra sagrada y les dijo que son amados, confían en ellos y se les necesita.
“En este momento, el servicio que prestan, el amor que comparten, los convenios que hacen y guardan, la educación que están obteniendo, sus testimonios de la restauración del evangelio de Jesucristo que están fortaleciendo y compartiendo, su participación en el recogimiento de Israel a ambos lados del velo — la virtud misma de sus vidas está influyendo y bendiciendo las vidas de incontables generaciones”.
