La guía de estudio “Ven, sígueme” de esta semana cubre 1-3 Juan y Judas, e incluye escritos de Juan el Amado y de Judas, el hermano de Jesús.
Church News buscó recientemente en los archivos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para conocer lo que líderes y eruditos han dicho sobre estos capítulos.
Juan el Amado
“Después de Pedro, Juan es quizás el más conocido de los Doce Apóstoles originales de Jesús. Él y su hermano Santiago estuvieron con Pedro en algunos de los momentos más importantes del ministerio mortal del Salvador, y ha sido asociado tradicionalmente con cinco libros diferentes del Nuevo Testamento. En Juan 13:23 se da a entender su cercanía personal al Señor: “Y uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba reclinado en el pecho de Jesús”. A través de los siglos, el arte cristiano ha reflejado esta imagen, presentando a Juan como un hombre joven, a menudo reposando en los brazos del Salvador. Este es el origen de su singular título, Juan el Amado, pero su testimonio y misión revelan aspectos del discipulado que todos podemos compartir.
“El nombre hebreo de Juan, Yohanan, significa ‘Dios ha mostrado Su gracia’. La mayoría de los detalles que conocemos acerca de él provienen de los primeros tres Evangelios, que cuentan la historia del ministerio mortal del Salvador desde prácticamente la misma perspectiva. Todos coinciden en que Juan era el hijo de un próspero pescador galileo llamado Zebedeo, que era dueño de su propia barca y podía contratar a jornaleros para que lo ayudaran a él y a sus hijos en su trabajo. Juan y su hermano Santiago también estaban asociados con los hermanos Pedro y Andrés, y los cuatro dejaron su negocio pesquero cuando Jesús los llamó a seguirlo en un discipulado de tiempo completo. …
“Así como Jesucristo le dio a Simón el nombre adicional de Cefas o Pedro, que significa ‘roca’, también les dio a Santiago y Juan el título de Boanerges, o ‘hijos del trueno’. Teniendo en cuenta que le preguntaron a Jesús si debían mandar que descendiera fuego sobre una aldea de samaritanos que los habían rechazado (véase Lucas 9:51–56), este apodo podría sugerir que eran irascibles o al menos que tenían un carácter muy fuerte. Sin embargo, es igual de probable que el nombre adelantara cuán poderosos podrían llegar a ser como testigos, de la misma manera que el nombre de Pedro probablemente reflejara su naturaleza devota, aunque impulsiva en los comienzos, así como su firmeza y fortaleza después de la resurrección de Jesús”.
— Eric D. Huntsman, profesor de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo de la Liahona de enero de 2019, “Juan, el discípulo a quien Jesús amaba”
“Como uno de los Doce Apóstoles originales, Juan ha compartido su testimonio de la divinidad del Señor a lo largo de muchos siglos. Estuvo con Jesús al comienzo de Su ministerio y todavía estaba sirviendo a finales del primer siglo d.C. En esta dispensación, como ser trasladado, continúa su obra con las tribus de Israel en preparación para la Segunda Venida del Señor”.
— Victor L. Ludlow, ex profesor de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo del Ensign de diciembre de 1991, “Juan: El testigo pasado y futuro” (en inglés)
Las epístolas de Juan
“Juan probablemente escribió sus tres epístolas de exhortación y explicación alrededor del año 95 d.C. Por lo tanto, estas epístolas se encuentran entre los últimos escritos registrados en el Nuevo Testamento. La primera y más larga epístola fue un comentario sobre los principales temas de su Evangelio. Dirigido a todos los creyentes, no sólo contrarrestó las herejías secesionistas y gnósticas que se difundían en Asia Menor, sino que también amplificó el testimonio de Cristo de sí mismo como Dios de luz y amor. También incluyó el testimonio de Juan sobre cómo y por qué los creyentes deberían responder a su propio testimonio de la divinidad de Cristo. …
“La segunda epístola fue escrita para contrarrestar la influencia de los falsos maestros. Algunos de los misioneros que viajaban entre los santos eran verdaderos representantes de los Apóstoles. Otros, sin embargo, procedían de grupos apóstatas que intentaban ganar seguidores para sus filosofías particulares. Juan advirtió a los santos que no alojaran a los apóstatas sin querer, contribuyendo así a la propagación de sus herejías.
“La tercera epístola de Juan se dirige a una congregación que tiene problemas con un líder local. Juan primero elogia a Gayo, un miembro preocupado, por su hospitalidad hacia los mensajeros de Juan. Luego reprende a Diótrefes, el líder abusivo, por su arrogancia, falta de hospitalidad, calumnias y prácticas dictatoriales.
“Al igual que las personas a las que se dirigió originalmente, la mayoría de los Santos de los Últimos Días también han luchado por distinguir las enseñanzas del Señor de las filosofías mundanas. Las epístolas de Juan pueden ayudarnos a separar la luz de las tinieblas y emular mejor al Hijo de Dios”.
— Victor L. Ludlow, ex profesor de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo del Ensign de diciembre de 1991, “Juan: El testigo pasado y futuro” (en inglés)
1 Juan 1
“El éxito no tiene que ver con cuánto dinero ganen, ni cuántas medallas obtengan ni cuánta fama logren; el verdadero objetivo de nuestra existencia es obtener luz.
“Nuestro cuerpo físico aumenta de tamaño cuando lo alimentamos con comida nutritiva; nuestro espíritu resplandece más cuando lo nutrimos con luz. “Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas” (1 Juan 1:5). Nuestro Padre Celestial fue una vez un hombre mortal que progresó gradualmente hasta que se convirtió en un Ser con una plenitud de luz. Él desea lo mismo para ustedes y para mí, ya que una plenitud de luz significa una plenitud de gozo”.
— Élder Larry R. Lawrence en el artículo de la Liahona de marzo de 2016, “La luz del día perfecto”
1 Juan 2
“¿No creerían que es importante conocer a Dios el Padre Eterno y a Jesucristo si esperan vivir con ellos en el reino de los cielos? Muchos sienten que conocen a Dios y a Jesucristo, pero no guardan sus mandamientos.
“Escuchen las palabras del apóstol Juan a todos los que dicen conocer a Dios. Él dijo: ‘Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido: si aguardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le he conocido, pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él’ (1 Juan 2:3-4).
“El conocimiento de Dios se demuestra guardando sus mandamientos. Las personas que aceptan y viven doctrinas de hombres no conocen al Dios vivo. Cuando conozcan al Dios vivo y a Jesucristo vivo, también conocerán su relación divina con Dios”.
— Élder Bernard P. Brockbank, conferencia general de octubre de 1972, “Entrar al Reino de Dios” (en inglés)
1 Juan 3
“Las promesas del Evangelio son edificantes y ennoblecedoras, e incluso exaltadoras. Recibimos esas promesas mediante convenios con la condición de que llevemos vidas puras y morales. Cuando vivimos rectamente y procuramos purificar nuestro corazón, nos acercamos más a Dios y al Espíritu. La condición de nuestro corazón determina cuánta evidencia de lo divino vemos en el mundo ahora y nos habilita para el cumplimiento final de la promesa de que los puros ‘verán a Dios’. La nuestra es una búsqueda de la pureza; por esa razón, el apóstol Juan escribió:
“‘Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
“‘Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro’ (1 Juan 3:2–3)”.
— Élder L. Whitney Clayton (en inglés), conferencia general de octubre de 2007, “Bienaventurados son todos los de corazón puro”
1 Juan 4
“El Salvador dio el ejemplo perfecto de cómo vivir en un mundo imperfecto e injusto. ‘Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero’ (1 Juan 4:19). Su amor por nosotros es inconmensurable; Él es nuestro amigo más fiel; Él sudó ‘como grandes gotas de sangre’ por ustedes y también por mí (véase Lucas 22:44); perdonó lo aparentemente imperdonable y amó a los difíciles de amar. Hizo lo que ningún ser mortal podía hacer: Proporcionó una Expiación para vencer las transgresiones, los dolores y las enfermedades de toda la humanidad”.
— Élder K. Brett Nattress, conferencia general de octubre de 2016, “No hay mayor gozo que saber que ellos lo conocen”
“Les prometo que si responden a las invitaciones de compartir sus creencias y sentimientos acerca del evangelio restaurado de Jesucristo, un espíritu de amor y un espíritu de valentía serán su compañero constante, ya que ‘el perfecto amor echa fuera el temor’” (1 Juan 4:18)”.
— Élder L. Tom Perry, conferencia general de octubre de 2011, “El perfecto amor echa fuera el temor”
1 Juan 5
“Las tiernas misericordias de un Padre amoroso y de Su Unigénito nos persiguen, buscando levantarnos de este mundo caído de regreso a los cielos. El evangelio de Cristo nos atrae a Él para que podamos ser perfeccionados en Él. Nacemos de nuevo para ser levantados de nuevo. Como confirmó Juan: “Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe” (1 Juan 5:4)”.
— Élder Lowell M. Snow en el artículo del Ensign de diciembre de 2007, “Enfrentar el futuro con esperanza” (en inglés)
2 Juan 1
“Las epístolas de Juan son los últimos escritos del Nuevo Testamento. La visión que ofrecen de la Iglesia de finales de siglo es trágica. Juan dijo a sus lectores que las últimas horas de la Iglesia habían llegado, tal como se profetizó, y que los poderes de la apostasía estaban entre ellas con fuerza:
‘Hijitos, ya es el último tiempo; y como vosotros habéis oído que el anticristo había de venir, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto sabemos que es el último tiempo’ (1 Juan 2:18).
“Continuando, Juan declaró que los anticristos habían venido de entre los santos: ‘Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros’ (1 Juan 2:19). …
“Juan denunció como engañadores y anticristo a quienes ‘no confiesan que Jesucristo ha venido en la carne’ (véase 1 Juan 2:22-26; 2 Juan 1:7) y suplicó a los santos que se aferraran a las verdaderas doctrinas: ‘Por tanto, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre’ (1 Juan 2:24)”.
— Kent P. Jackson, ex profesor de Escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo del Ensign de diciembre de 1984, “Las primeras señales de la apostasía” (en inglés)
3 Juan 1
“Un pasaje en la tercera epístola de Juan nos dice la forma en la cual podemos expresar a nuestros padres la gratitud que sentimos por el don del nacimiento que ellos nos han dado. ‘No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad’ (3 Juan 1:4). Caminemos entonces en la verdad, y honremos a quienes nos han dado el don invalorable del nacimiento”.
— Presidente Thomas S. Monson, conferencia general de abril de 1993, “Los dones y los regalos”
Judas
“El escritor de la epístola de Judas se refiere a sí mismo como hermano de Santiago (véase Judas 1:1) y por eso la mayoría de los eruditos suponen que se trata de Judas, otro de los hermanos del Señor. Aunque no se llama a sí mismo apóstol, el hecho de que su carta fuera reconocida y aceptada como autorizada sugiere que él también pudo haber sido un apóstol”.
— Gerald N. Lund en el artículo del Ensign de septiembre de 1975, “¿Dan las Escrituras alguna indicación sobre lo que le sucedió a la familia de Jesús después de su muerte y resurrección?”
La epístola de Judas
“Cuando se escribió la epístola de Judas, la apostasía ya estaba en marcha, como lo atestiguan las palabras de Judas. Exhortó a sus lectores a que ‘luchéis enérgicamente por la fe que se ha dado a los santos’ (Judas 1:3). … Una traducción del original griego de Judas 1:4 muestra el motivo de la preocupación de Judas: ‘algunos ahombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido designados para esta condenación.
“Judas continuó comparando a los apóstatas de su época con varios de tiempos más antiguos. Entre otras acusaciones con las que los condenó estaba la afirmación de que ‘menosprecian la autoridad, y vituperan las potestades superiores’ (Judas 1:8), un acto abierto de rebelión similar al descrito en 3 Juan.
“Cerca del final de la epístola, Judas recordó a los lectores: ‘tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En los postreros tiempos habrá burladores que andarán según sus malvados deseos’. Enfatizó que este día ya había llegado: ‘Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu’ (Judas 1:17-19)”.
— Kent P. Jackson, ex profesor de escrituras antiguas de la Universidad Brigham Young, en el artículo del Ensign de diciembre de 1984, “Las primeras señales de la apostasía” (en inglés)
Judas 1
“Sabemos que, durante las primeras épocas de la Sociedad de Socorro en Nauvoo, las hermanas iban de casa en casa para ministrarse unas a otras, determinar necesidades, llevar alimentos, cuidar a los enfermos y mostrar compasión por cada mujer y su familia. Esto me recuerda el pasaje de Judas: ‘Y tened compasión de los que dudan’ (Judas 1:22). Al meditar en este pasaje y su significado, mis pensamientos se vuelven al Salvador y a las muchas veces que en las Escrituras se habla del amor y la compasión que Cristo tenía por todos. …
“Compasión significa sentir amor y misericordia hacia otra persona. Significa sentir compasión y tener el deseo de aliviar el sufrimiento de los demás. Significa mostrar bondad y ternura hacia alguien más”.
— Hermana Barbara Thompson, conferencia general de abril de 2010, “Y tened compasión de los que dudan”