MENDOZA, Argentina — Si bien es consciente de la ubicación geográfica del templo más nuevo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y su relevancia en el siglo de crecimiento de la Iglesia en Sudamérica, el élder Ronald A. Rasband enfatizó aún más el significado espiritual del nuevo Templo de Mendoza, Argentina (en inglés).
El miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles dedicó el templo de Mendoza —la cuarta casa del Señor en Argentina y la número 197 en todo el mundo— en dos sesiones el domingo, 22 de septiembre. Las sesiones se transmitieron por todo el distrito del templo, que abarca la región de Cuyo de las provincias del centro-oeste de Mendoza, San Luis y San Juan e incluye ocho estacas y dos distritos.
El élder Rasband dijo que ve el templo de Mendoza como “perfectamente enmarcado aquí, en la base de las montañas de los Andes, hermoso e inspirador”.
Y Mendoza, continuó, “que antes era una pequeña bellota, se ha convertido en un poderoso roble”, haciendo referencia a una profecía apostólica pronunciada en la ciudad capital argentina de Buenos Aires hace casi 100 años.
Pero el élder Rasband subrayó lo espiritual, diciendo que los Santos de los Últimos Días pueden sentir “la presencia sagrada del Señor y la paz trascendente” en Su casa.
“En el templo, recibimos ordenanzas sagradas y hacemos convenios sagrados, primero por nosotros mismos y luego por nuestros antepasados. En el templo, podemos recibir revelación y obtener una mayor comprensión del plan de exaltación del Señor, y podemos sentirnos unidos con nuestros compañeros santos”.
El presidente Russell M. Nelson enseñó en la conferencia general de abril de 2017: “Aumentamos el poder del Salvador en nuestra vida cuando hacemos convenios sagrados y guardamos dichos convenios con precisión. Nuestros convenios nos unen a Él y nos dan poder divino”.
Agregó el élder Rasband: “En los años venideros, necesitaremos ese poder. Tendremos que ser valientes en nuestros testimonios, no sólo en lo que decimos, sino en cómo vivimos”.
‘La asignación más alta’
El apóstol fue acompañado a Mendoza para la dedicación por su esposa, la hermana Melanie Rasband; el élder Joaquín E. Costa, Setenta Autoridad General y presidente del Área Sudamérica Sur, y su esposa, la hermana Renee Costa; y el élder Kevin R. Duncan, Setenta Autoridad General y director ejecutivo del Departamento de Templos de la Iglesia.
Al señalar que el presidente Nelson le había asignado hacer la dedicación una semana antes del evento en sí, el élder Rasband dijo a Church News: “Para un miembro de los Doce, creo que la asignación más alta que podemos tener, la más significativa que podemos recibir, es cuando el presidente de la Iglesia nos invita a ejercer nuestras llaves del sacerdocio para dedicar un templo”.
En ese tiempo, preparó dos discursos y la oración dedicatoria, dijo, y agregó que la hermana Rasband había preparado un mensaje breve para que se pronunciara también en español.
Una dedicación anterior y memorable en Argentina
Si bien la dedicación de Mendoza fue la primera del élder Rasband de un templo en Argentina, no fue su primera experiencia de dedicación en la nación sudamericana. Hace diez años (en inglés), acompañó al difunto élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, cuando este último ofreció una oración especial de bendición y dedicación para Argentina.
El abuelo del élder Ballard, el élder Melvin J. Ballard, el día de Navidad de 1924 en Buenos Aires dedicó toda Sudamérica para la predicación del Evangelio; siguió esa bendición al año siguiente con una profecía sobre el crecimiento lento pero sostenido y, en última instancia, expansivo de la Iglesia en toda Sudamérica.
Noventa años después de la oración inicial de bendición y dedicación, se autorizó al élder M. Russell Ballard a dar a Argentina su propia oración dedicatoria y bendición. El élder Rasband recordó: “Y así, con la oración de su abuelo en la mente y en el corazón —la había estudiado, la conocía—, el élder Ballard tomó esa oración y pronunció una nueva oración —la llamo una oración de eco, porque era un eco de lo que su abuelo hizo hace casi 100 años, y la hizo más específica para Argentina”.
El élder Rasband citó la profecía de 1926 del élder Melvin J. Ballard, citando que “la obra del Señor crecerá lentamente por un tiempo aquí [en Sudamérica], tal como un roble crece lentamente de una bellota, no brotará en un día”, pero que miles se unirían a la Iglesia y las naciones de Sudamérica se convertirían en “un poder en la Iglesia”.
El élder Rasband agregó: “Y eso ha sucedido. La membresía ahora se cuenta por millones; estacas, barrios, misiones y templos adornan la tierra. Y cerca de casa, Mendoza — que antes era una pequeña bellota, se ha convertido en un poderoso roble”.
‘El gran signo de exclamación’
El Templo de Mendoza, Argentina, no sólo es la cuarta casa del Señor en el país, sino que es la segunda que se dedica en el país en un lapso de sólo tres meses, después de la dedicación del Templo de Salta, Argentina (en inglés), el 16 de junio. La duplicación de los templos dedicados —de dos a cuatro— conduce a las conmemoraciones del centenario de la oración y profecía del élder Melvin J. Ballard, planeadas para el próximo año en Argentina.
“El Señor está apresurando Su obra, y las casas del Señor nos invisten de poder”, dijo el élder Costa. “Necesitamos ese poder para seguir creciendo, para seguir estableciendo el reino del Señor en nuestro país… Estos son puntos de referencia que están allí para darnos energía, para darnos aún más poder y entusiasmo, para compartir las buenas nuevas, las buenas nuevas de gran gozo que tenemos de la Restauración del evangelio de Jesucristo”.
Sin embargo, el élder Rasband resaltó la importancia de los templos por sobre las celebraciones. “El centenario hará lo que acaba de decir el élder Costa: ayudar a los miembros y a todos a recordar y a tener gozo. Pero el templo salva almas, y tener cuatro de ellos dedicados y en funcionamiento ahora en Argentina, con tres más por venir, ¡es el gran signo de exclamación! No hay nada como la dedicación de una casa del Señor”.
Interés e impacto incluso antes de la dedicación
Incluso antes de su dedicación, el templo de Mendoza estaba atrayendo la atención y teniendo impacto con miembros y no miembros durante su construcción y el posterior programa de la casa abierta.
El presidente Thomas Ingersoll de la Misión Argentina Mendoza ya ha visto el impacto del templo. “Muchos miembros están regresando para aprovechar las bendiciones del templo”, dijo. “Han aumentado las referencias de aquellos interesados en aprender más. Aquellos dispuestos a hacer convenios con nuestro Salvador Jesucristo han aumentado sustancialmente desde que hemos renovado nuestro enfoque en el templo con nuestros amigos a los que estamos enseñando”.
Cientos de personas hicieron fila durante horas para un recorrido de fin de semana por la estructura sagrada. “Nuestros misioneros relataron innumerables historias de cómo quienes salían del templo después de su recorrido dijeron que nunca habían sentido tanta paz en ningún otro lugar como en el salón celestial”, dijo el presidente Ingersoll. “Ha sido una poderosa experiencia espiritual no sólo para la gente de Mendoza, sino también para nuestros misioneros, muchos de los cuales no han tenido muchas experiencias con un templo”.
Su esposa y compañera, la hermana Pamela Ingersoll, agregó: “Las hermanas misioneras que ayudaron con los recorridos nos contaron de muchas personas que salieron del templo diciendo que nunca habían visto nada tan hermoso ni habían sentido nada parecido antes. Querían saber más. Las familias regresaron nuevamente con más miembros de la familia para participar y tener la misma experiencia que tuvieron dentro del templo. Las hermanas vieron a muchas personas que se habían sentido tan conmovidas por lo que habían sentido en su interior, que tenían lágrimas corriendo por sus rostros”.
‘Un símbolo de fe perdurable’
Carlos Agüero —quien, junto con su esposa, Nilda Agüero (en inglés), sirvió como copresidente del comité de la casa abierta y la dedicación del templo— recordó haber presenciado las expresiones de asombro de los invitados y de los no miembros, especialmente en el salón celestial de la casa del Señor. “Estaban hablando de la profunda paz que se sentía en ese lugar tan especial, incluso hablaban de revelaciones que habían recibido, de sentir y hasta ver la presencia de seres queridos fallecidos que habían partido de esta vida”.
Nilda Agüero agregó: “Muchos corazones se conmovieron cuando miles de personas visitaron el salón celestial durante la casa abierta: 40 495 personas en poco más de dos semanas, testificando que sentían una paz indescriptible, que sentían la presencia del Señor en el salón celestial y que habían visto a antepasados que habían fallecido. Todos estos testimonios fueron dados por personas que no son miembros de la Iglesia que visitaron el templo. Querían quedarse más tiempo, más que nada en el salón celestial”.
El élder Alan R. Walker, Setenta Autoridad General, consejero de la presidencia de área y quien, al igual que el élder Costa, es oriundo de Argentina, dijo que el nuevo templo “será una bendición para los Santos de los Últimos Días de Mendoza y sus alrededores, y servirá no sólo como un lugar de adoración sagrada, sino como un símbolo de la fe perdurable de los miembros y de la fortaleza de la Iglesia en Mendoza. Será una fuente de identidad espiritual y cultural para los miembros del oeste de Argentina, y los ayudará a profundizar su conexión con Jesucristo y con Su evangelio”.
Sintiendo el Espíritu
Inmediatamente después de la primera sesión dedicatoria del domingo, un par de amigas de 12 años de Mendoza —Ana García y Paulina Silva— estuvieron entre las primeras en salir del templo. Caminaron hasta un banco cercano, donde se sentaron y hablaron de lo que sintieron en la casa del Señor mientras otros Santos de los Últimos Días también salían —muchos con lágrimas corriendo por sus mejillas— para conversar y tomarse fotos en los terrenos del templo.
“Sentí el Espíritu durante el grito de hosanna y ahora lo entiendo mejor”, dijo Ana. “Y mientras cantábamos ‘El Espíritu de Dios’, sentí escalofríos por la sensación del Espíritu que sentí. Estoy muy emocionada por tener una casa del Señor dedicada aquí”.
Paulina agregó: “En verdad, sentí mucho del Espíritu. No pensé que lo sentiría mucho, pero lo sentí muy fuerte y fue hermoso”.
El obispo Ariel A. Durán, del Barrio Trapiche de la Estaca Godoy Cruz Mendoza, Argentina, y su esposa, Victoria, llegaron muy temprano al templo el domingo para ayudar con la preparación de las comidas para los líderes. Era tan temprano que cuando sus tres hijos se despertaron en casa y no los encontraron, pensaron que sus padres habían pasado la noche en el templo.
Para el obispo Durán, el día fue “genial, algo muy especial” y algo que los Santos de los Últimos Días de la región de Cuyo han esperado durante muchos años. Como pareja joven, los Durán tenían la meta de casarse en el templo, lo que sucedió en 2018 en el templo de Córdoba.
“Y lo logramos”, dijo sobre el inicio de una familia eterna a través de la ordenanza del sellamiento. “Y como obispo, es especial vivir en esta época y acompañar a los miembros al templo en su progreso a lo largo de la senda de los convenios”.
Victoria Durán dijo que tener un templo a 15 minutos de su casa ayudará a establecer un tono y un ejemplo para la joven familia. “Para mí, como madre, algo fundamental es que mis hijos sientan la importancia del templo en nuestra vida y que vean a través de los esfuerzos de nuestro matrimonio el amor que nos tenemos y sepan que el templo es el único lugar donde pueden tener el conocimiento verdadero y la enseñanza correcta sobre la cual edificar a lo largo de su vida”.
La Iglesia y sus templos en Argentina
El Templo de Mendoza es una de las siete casas del Señor en Argentina, donde dos inmigrantes alemanes comenzaron a predicar el Evangelio en 1923 y donde ahora residen más de 480 000 miembros de la Iglesia que comprenden unas 730 congregaciones.
Hasta ahora, los Santos de los Últimos Días en Mendoza han sido parte del distrito del Templo de Córdoba, Argentina, que se encuentra a más de 643 kilómetros al noreste. El Templo de Santiago, Chile, se encuentra a sólo 193 kilómetros al oeste, pero la ruta en automóvil o autobús es el doble de larga y lleva mucho tiempo a través de las escarpadas montañas de los Andes.
El primer templo del país sudamericano, el Templo de Buenos Aires, Argentina, se dedicó en 1986, al que le siguieron los templos de Córdoba (en 2015) y Salta (2024).
El Templo de Bahía Blanca, Argentina, está en construcción desde abril de 2022. Se han anunciado dos templos más: uno en el centro de la ciudad de Buenos Aires (los anteriores en inglés) y otro en Rosario.
Templo de Mendoza, Argentina
Ubicación: Avenida Champagnat, Las Heras, Mendoza, Argentina.
Anunciado: 7 de octubre de 2018, por el presidente Russell M. Nelson, presidente de la Iglesia.
Palada inicial: 17 de diciembre de 2020, presidido por el élder Allen D. Haynie, Setenta Autoridad General y entonces miembro de la presidencia del Área Sudamérica Sur.
Casa abierta: del jueves, 22 de agosto de 2024 al sábado, 7 de septiembre de 2024 (excepto los domingos).
Dedicación: 22 de septiembre de 2024, por el élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Superficie de la propiedad: 6 hectáreas.
Superficie del edificio: 2043 m².
Altura del edificio: 33.6 metros hasta la parte superior de la torre.
