Mientras los incendios destructivos arden en el sur de California, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúa sus esfuerzos para proporcionar ayuda a los afectados.
Los centros de reuniones de la Iglesia en el área sobrevivieron a los incendios y la Iglesia ha ofrecido los edificios para su uso como áreas de concentración o refugio según sea necesario y como lugar de adoración para todas las religiones, explicó un comunicado de prensa en ChurchofJesusChrist.org (en inglés).
La actualización indicó que al menos 48 miembros de la Iglesia han perdido sus hogares y aproximadamente 750 miembros permanecen evacuados, una reducción desde los aproximadamente 1000 reportados el viernes pasado. El informe del viernes pasado también explicó que el Templo de Los Ángeles, California sigue operando y todos los misioneros continúan su servicio.
Varios incendios han estado ardiendo durante más de una semana, quemando más de 62 millas cuadradas, causando al menos 24 muertes y destruyendo más de 12 300 estructuras, informó Deseret News.
El equipo de respuesta a emergencias de la Iglesia está trabajando con varias organizaciones locales para evaluar las necesidades inmediatas y a largo plazo y proporcionar recursos.
Las personas que deseen ayudar deben entender que las preocupaciones de seguridad causadas por los incendios limitan las oportunidades de voluntariado presencial en este momento. Sin embargo, se anima a los miembros de la Iglesia que deseen ayudar a que hagan donaciones a los esfuerzos humanitarios de la Iglesia o a otras organizaciones comunitarias acreditadas.
Se publicarán varias oportunidades para ayudar tanto de forma remota como local en SirveAhora.org, un sitio web y aplicación gratuitos donde las organizaciones publican proyectos de servicio y necesidades de voluntariado.
La Iglesia dijo que también enviará consejeros de Servicios para la Familia a las congregaciones en las áreas afectadas para brindar apoyo emocional y de salud mental.
Hay esperanzas de que esta semana traiga una pausa en los fuertes vientos de Santa Ana que alimentan los incendios.
En una declaración el 9 de enero, el élder Mark A. Bragg, Setenta Autoridad General y presidente del Área Norteamérica Oeste, dijo en parte: “Nuestras oraciones están con aquellos que han perdido sus hogares y han sido desplazados, y con los socorristas. Lloramos con aquellos que han experimentado pérdidas y pedimos que el espíritu consolador del Salvador esté con ellos. También expresamos gratitud por los actos de fe y el trabajo que sostiene a los afectados por esta crisis”.
