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Trent Toone: Cómo la decisión que tomó un misionero de quedarse, ‘no rendirse y perseverar’ salvó una vida en Guatemala

El simple hecho de estar dispuestos es, con frecuencia, todo lo que el Señor necesita para contestar una oración u orquestar un milagro

Michael Evans resumió su servicio en la Misión Ciudad de Guatemala Central, Guatemala en la cual sirvió desde 2022 hasta 2024, como estar en el ring con un campeón mundial de boxeo de peso pesado durante 12 asaltos.

“Fue la cosa más difícil que he tenido que hacer en mi vida”, dijo el domingo 17 de noviembre durante su discurso en el Barrio Garland 6, de la Estaca Garland Utah, al cual asiste.

Evans reconoció que también tuvo muchas experiencias misionales dulces y significativas, pero, al menos en cuatro ocasiones durante esos dos años, el joven de 21 años tuvo dificultades y quiso regresar a casa. Sin embargo, cada vez, decidió quedarse.

Si bien Evans pudo terminar su misión, la Iglesia reconoce que existen circunstancias en que algunos misioneros regresan a casa antes de tiempo por motivos relacionados con la salud física, mental y emocional y el Señor acepta su servicio y sacrificios, tal como dijo en 2016 el presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, Jeffrey R. Holland.

“Cuando alguien les pregunte si sirvieron una misión, ustedes digan ‘sí’”, señaló el presidente Holland. “Valoren el servicio que prestaron. Agradezcan haber tenido la oportunidad de testificar, de haber salido en el nombre del Señor, de haber usado esa placa con el nombre del misionero. … Les pido encarecidamente que no se atormenten con esto, no lo repasen una y otra vez, no se consideren inadecuados o piensen que han fracasado”.

Para Evans, el último momento crucial llegó cuando le faltaba un poco más de un mes para terminar su misión. Mientras contemplaba la idea de regresar a casa, Evans leyó en el capítulo 13 de “Santos”, Tomo I, sobre la ocasión en que el recién convertido William McLellin se dirigió al profeta José Smith en Ohio en 1831 en busca de respuestas, principalmente queriendo saber “adónde ir y qué hacer con su vida”.

El élder Michael Evans, de Garland, Utah, aparece en su última área en la Misión Guatemala Ciudad de Guatemala Central en agosto de 2024.
El élder Michael Evans, de Garland, Utah, aparece en su última área en la Misión Guatemala Ciudad de Guatemala Central en agosto de 2024. | Provided by Michael Evans

Al darse cuenta de cómo esto se aplicaba a su propia situación, Evans se remitió a las notas al pie de página que citaban Doctrina y Convenios 66, una revelación en la cual el Señor le da consejos a McLellin. Las palabras que Evans leyó en el versículo 9 se destacaron como como un letrero de neón, luminoso y brillante, que le proporcionó una respuesta innegable a su pregunta sobre regresar a casa.

“No vuelvas hasta que yo, el Señor, te lo mande. Ten paciencia en la aflicción”, dice la escritura.

También se destacó otra frase del versículo 12 —”Persevera en estas cosas hasta el fin”.

“Está bien, no me rendiré y perseveraré”, dijo Evans, preguntándose si tal vez el Señor aún le tenía reservada una tarea importante en Guatemala.

Y así lo hizo. Días después, Evans y su compañero estaban en su apartamento cuando el teléfono que tenían de reserva (que se encontraba en mal estado y que normalmente lo llevaban los líderes de zona), comenzó a sonar. Al principio, Evans se mostró reacio a contestar, pero como el teléfono continuó sonando finalmente atendió.

La persona que llamaba era un joven angustiado que Evans había conocido y enseñado varias veces. El adolescente, recién convertido, tenía muchos problemas y en ese momento estaba pensando en quitarse la vida.

Un alma afligida pudo ministrar a otra alma afligida. Evans dijo que estuvo hablando con el joven durante los siguientes 30 minutos, conversando, entre otras cosas, sobre uno de los temas favoritos del adolescente —las animaciones japonesas— mientras tanto su compañero se comunicó con otros misioneros y el obispo, quienes acudieron rápidamente a la casa del joven y se aseguraron de que estuviera a salvo.

Evans añadió que, posteriormente, el joven fue acogido por los miembros del barrio y se encuentra mucho mejor.

Al mirar hacia atrás, Evans está profundamente agradecido por haber seguido la indicación del Señor de no rendirse, lo cual le permitió ayudar al joven en su momento de necesidad. Se estremece de solo pensar: “¿Y si hubiera regresado a casa antes de tiempo?” Aprendió que el simple hecho de estar dispuestos es, con frecuencia, todo lo que el Señor necesita para contestar una oración u organizar un milagro.

“El Señor quería que estuviera disponible y dispuesto”, dijo el misionero retornado antes de dar su testimonio. “Aunque no lograra nada más en mi misión, valió la pena ayudar a esa única persona”.

Al escuchar la poderosa experiencia de Evans, recordé el amor que tiene el Padre Celestial por todos Sus hijos y el consejo profético del presidente Russell M. Nelson de “dejar que Dios prevalezca” y permitir que Él sea la influencia más importante en nuestra vida.

“Se necesita fe y valor para dejar que Dios prevalezca. Se necesita un trabajo espiritual riguroso y constante para arrepentirse y despojarse del hombre natural mediante la Expiación de Jesucristo”, enseñó el presidente Nelson en 2020. “Si eligen dejar que Dios prevalezca en sus vidas, experimentarán por ustedes mismos que nuestro Dios es ‘un Dios de milagros’”

Confiar en el Señor y aprender a “estar firmes” (Éxodo 14:13) —y estar donde se supone que debemos estar— le permitió a los involucrados ver “la salvación de Jehová”.

“Por lo pronto no podéis ver con vuestros ojos naturales el designio de vuestro Dios concerniente a las cosas que vendrán … después de mucha tribulación. Porque tras mucha tribulación vienen las bendiciones” (Doctrina y Convenios 58:3-4).

— Trent Toone es un reportero de Church News.

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