Antes de correr en las preliminares masculinas de los 3.000 metros con obstáculos de los Juegos Olímpicos de París 2024 el 5 de agosto, Kenneth Rooks estaba preocupado por no poder competir con los mejores corredores de esa prueba.
El misionero retornado Santo de los Últimos Días de 24 años, encontró consuelo e inspiración en el Libro de Mormón, específicamente en el capítulo 26 de Alma.
En ese capítulo, Ammón se gloría en el Señor. Cuando su hermano Aarón lo reprende por jactarse, Ammón le responde, “Sí, yo sé que nada soy; en cuanto a mi fuerza, soy débil; por tanto, no me jactaré de mí mismo, sino que me gloriaré en mi Dios, porque con su fuerza puedo hacer todas las cosas; …” (versículo 12).
Rooks dijo que esos pasajes le recordaron que debía ser humilde y confiar en el Señor.
“Eso no significaba necesariamente que iba a ganar”, dijo la exestrella de atletismo de BYU a Church News desde París en una entrevista telefónica. “Pero sabía que podía acceder a Su poder si ponía mi confianza en Él. La fuerza del Señor es algo real”.
Rooks no solo se clasificó para las finales, sino que sorprendió al mundo de las carreras de obstáculos al ganar la medalla de plata el miércoles 7 de agosto.
‘Fue increíble’
La carrera de obstáculos consiste en 7,5 vueltas alrededor de una pista de 400 metros que incluye múltiples vallas y un salto sobre agua en cada vuelta. Después de correr ubicado al final del pelotón durante la mayor parte de la carrera, Rooks, que se describe a sí mismo como en “el desfavorecido” de la carrera y que además es bastante nuevo en las competencias internacionales, tomó la delantera faltando menos de una vuelta. Continuó en esa posición hasta los 80 metros finales, cuando el defensor del título olímpico Soufiane El Bakkali, de Marruecos, lo adelantó hasta llegar a la meta, obteniendo así otra victoria que le valió la medalla de oro.
“Fue increíble”, dijo Rooks. “Se dio un momento especial para hacer esa jugada audaz, y lanzarme, abrir esa brecha y por un instante sentir: ‘Estos chicos no me van a alcanzar. Podría ganarla’, y después ‘OK, tengo que terminar’ y esforzarme hasta llegar a la meta. Fue increíble y surrealista”.
Los corredores africanos han dominado las carreras de obstáculos durante años, ganando la medalla de oro en los últimos 10 Juegos Olímpicos y obteniendo 22 de las 30 medallas. En ese mismo período de tiempo, Estados Unidos solo ganó dos medallas, una de plata en 2016 y una de bronce en 1984.
Rooks es el séptimo atleta estadounidense que gana una medalla olímpica en la carrera masculina de los 3.000 metros con obstáculos. Además, es el tercer estadounidense que gana la medalla de plata y el segundo, desde 1984, que consigue una medalla en esta prueba. El excorredor de BYU, Brian Diemer, ganó la medalla de bronce en este tipo de carrera en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Le siguió de cerca su compañero de BYU, Henry Marsh, que terminó en cuarto lugar.
La carrera de Rooks es una de las mejores actuaciones olímpicas de un atleta del presente o del pasado de BYU. Alma Richards ganó la medalla de oro en salto alto en los Juegos de 1912; Frank Fredericks obtuvo medallas de plata en 100 y 200 metros llanos en las Olimpíadas de 1992 y 1996; y Ralph Mann consiguió la medalla de plata en los 400 metros con obstáculos sin salto de agua en los Juegos Olímpicos de 1972.
El ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos le pone el broche de oro a un par de años emocionantes para Rooks. Como estudiante de segundo año en BYU, terminó sexto en los campeonatos de la NCAA; un año después, ganó los campeonatos de la NCAA 2023 y dos semanas más tarde ganó el campeonato de Estados Unidos a pesar de caerse después de las dos primeras vueltas durante la carrera. Esa victoria le clasificó para correr en los campeonatos del mundo de 2023 en Budapest (en inglés), donde quedó 10. o, su primera y única competencia internacional antes de los Juegos Olímpicos de París.
Una prolongada vuelta triunfal
Después de ganar la medalla de plata, Rooks encontró una bandera de los Estados Unidos y realizó una larga vuelta triunfal celebrando con familiares y amigos y accediendo a montones de pedidos de fotos.
Agradeció ver a gente conocida y llegar a conocer a personas de otros países. Hizo todo lo posible por disfrutar de todo ello.
“Fue una especie de momento en el que piensas, ‘¿Vaya, todo esto, está ocurriendo de verdad? ¿Es cierto que estoy dando la vuelta la triunfal en las Olimpíadas?’, dijo.
Después de abandonar la pista, se sometió al control antidopaje rutinario posterior a la carrera y habló con los medios de comunicación. Cuando miró su teléfono móvil, había más de 120 mensajes de felicitación esperándole.
Era alrededor de la 1 de la madrugada en Francia cuando Rooks y su esposa se reunieron con otros para “la pizza de la celebración” en un restaurante local. Finalmente se fue a la cama cerca de las 3:30 de la madrugada, pero no durmió mucho ya que unas horas más tarde tenía entrevistas con más medios de comunicación. Recibió su medalla de plata más tarde ese día en la ceremonia de entrega de medallas (en inglés).
Inspiración adicional
Antes de competir en su evento, Rooks dijo que también se inspiró en los mensajes espirituales que compartieron sus compañeros olímpicos Santos de los Últimos Días en un devocional el domingo 4 de agosto.
En especial, apreció un pensamiento que compartió Conner Mantz, quien compite por los Estados Unidos en la maratón masculina. Mantz dijo que, con frecuencia, recibe reconocimientos por sus logros atléticos, pero su verdadera identidad es “hijo de Dios” y “discípulo de Jesucristo”.
“Sí, soy un medallista de plata olímpico, y eso es fantástico, pero no es [ni] el título [ni la] identidad más importante para mí”, dijo Rooks. “Aprecio sus reflexiones sobre esto”.
Una vez más, reflexionando sobre Alma 26, Rooks agregó, “Estaba pensando en ser un instrumento en las manos de Dios, y cómo el estar aquí en las Olimpíadas me da la oportunidad de hacer eso”,
Rooks sirvió una misión de tiempo completo en Uganda y Orem, Utah, para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Planes para el futuro
Antes de regresar a los Estados Unidos a finales de este mes, Rooks viajará a Polonia para competir en su primera prueba profesional de atletismo.
“La mayoría de las pruebas de la Diamond League se llevan a cabo en el extranjero, así que aprovecho la oportunidad mientras estoy aquí”, dijo Rooks. “Este es un nuevo territorio para mí”.