Algunos Santos de los Últimos Días tienen antepasados pioneros que se remontan a casi 200 años. Otros miembros de la Iglesia son ellos mismos los pioneros en sus familias. En las semanas que rodean el Día de los Pioneros el 24 de julio, la celebración anual de la primera compañía de carretas de mano que ingresó al Valle de Lago Salado, el equipo de Church News compartirá historias de pioneros en sus familias, algunos del siglo XIX y otros del siglo XX. Esta es la decimosexta de la serie.
Después de que mi antepasado Daniel Allen Jr. (en inglés) y su esposa, Mary Ann, se bautizaron en 1834, vendieron su granja de 40 acres en Ohio, donaron todas las ganancias a la Iglesia y terminaron en Nauvoo, Illinois. Daniel fue uno de los hombres asignados para cuidar y proteger al profeta José Smith, a quien valoraba como un amigo.
Un día, Daniel sintió un presentimiento de peligro. “Mary Ann, tengo la sensación de que la mafia me perseguirá esta noche”, dijo (en inglés). “Muchos de los que montaban guardia [en la cárcel de Carthage] ya están muertos. Debo encontrar una manera de burlarlos si puedo.
Mientras metía a sus hijos en la cama, notó el gorro de dormir de su esposa en la cómoda. La inspiración le llegó. ¿Podría ser esta la respuesta a oraciones por su seguridad? Mary Ann ató con firmeza los hilos de la gorra blanca con volantes en su cabeza y Daniel se metió en la cama.
Pronto, la multitud estaba en su puerta exigiendo ver a Daniel. Mary Ann dijo con calma que no estaba en casa. Después de registrar toda la casa, la multitud se fue, decepcionada de encontrar solo lo que creían que era una anciana acurrucada en la cama con los niños.
En la tranquilidad que siguió, Daniel y Mary Ann se arrodillaron en oración agradeciendo por la liberación de Dios.
Más tarde, al regresar de una misión, Daniel encontró que la mayor parte de Nauvoo había sido evacuada. Mary Ann acababa de dar a luz a un hijo y estaba enferma, pero la multitud indiferente amenazó de muerte a la familia si no huían de inmediato en su carreta ya cargada.
Mary Ann murió de neumonía y la afligida familia la enterró a lo largo del camino de Iowa. El bebé sobrevivió con leche de vaca hasta que Daniel y sus hijos pequeños llegaron a Winter Quarters, donde también murió el hijo pequeño. Con el tiempo, Daniel se volvió a casar y se fue de Kanesville, Iowa, con otros pioneros, y llegó al valle del Lago Salado con su familia en septiembre de 1849.
Cuando era niño, me encantaba escuchar cómo el ingenioso disfraz de Daniel engañó a la mafia, y sus sacrificios y su fe inquebrantable a lo largo de sus 87 años han seguido inspirándonos a mí y a mi familia.
