La noche anterior a que más de 500 jóvenes viajaran a una conferencia de Para la Fortaleza de la Juventud en Sudáfrica en diciembre de 2022, hubo una fuerte tormenta.
Los relámpagos, truenos y una lluvia torrencial se prolongaron durante toda la noche y continuaron hasta la mañana siguiente.
Para llegar a Konka —el lugar donde se celebraría la conferencia de PFJ de Johannesburgo— los autobuses tenían que recorrer una cierta distancia por caminos de tierra y cruzar un río utilizando un puente bajo para entrar a las instalaciones. Sin embargo, debido a la tormenta, el caudal del río había crecido tanto que no era posible usar el puente.
“Comenzamos a orar, [pidiendo] que la lluvia amainara pronto, [de lo contrario] no sería posible entrar a las instalaciones a las 11:00 de la mañana, hora en que los jóvenes debían llegar”, escribió Lee Wright, el director de la sesión de PFJ de Johannesburgo, en un artículo para la Sala de prensa de la Iglesia en África (en inglés).
“Mientras orábamos para saber qué debíamos hacer, vinieron a mi mente las palabras del presidente [Russell M.] Nelson: ‘Procuren y esperen milagros’. Aún así, a medida que orábamos parecía que la lluvia simplemente se intensificaba”.
El año anterior, justo el día en que comenzaba la conferencia de PFJ, hubo que cancelarla porque la variante ómicron de la COVID-19 se estaba propagando rápidamente. Los líderes de la sesión no querían tener que cancelar la PFJ de este año, nuevamente, en el último minuto.
Con la ayuda de consejeros de los jóvenes adultos solteros que habían llegado el día anterior, Wright y otros inspeccionaron el puente para ver si sería posible que los jóvenes lo cruzaran a pie.
“Vimos que la mayor parte del puente [aún] estaba por encima del río, pero si llegábamos a usarlo, los jóvenes todavía tendrían que cruzar una parte (los últimos 30 metros) con el agua, al menos, hasta las rodillas y [esta] corría a gran velocidad”, escribió Wright.
“Le pedimos al personal de Konka que comenzara a tender cuerdas a lo largo del puente, haciendo hincapié de que no pondríamos en riesgo a los jóvenes, muchos de los cuales no sabían nadar. Si era evidente que podríamos cruzar el río de manera segura, entonces seguiríamos adelante con este plan”.
Unas horas antes de que empezaran a llegar los jóvenes, Wright les recordó a los consejeros de los JAS la historia de la compañía de carros de mano de Martin y Willie, las cuales cruzaron el río Sweetwater en Wyoming el 4 de noviembre de 1856. Tres de los integrantes del grupo de rescate —todos jóvenes adultos— se ofrecieron como voluntarios para llevar a toda la compañía a través del río helado.
“Después les pregunté: ‘Quién está dispuesto a seguir con esta tradición y llevar a nuestros 530 jóvenes hasta el otro lado del río esta mañana para continuar con un tipo diferente de rescate, hoy, y en este [preciso] lugar?’
“Los JAS se pusieron en pie de un salto y se ofrecieron como voluntarios, [muy] entusiasmados por ser los salvadores de la PFJ de 2022 y llevar a nuestros jóvenes al otro lado del río. Corrieron a sus habitaciones y se pusieron ropa adecuada, conscientes de que iban a mojarse y ensuciarse mucho en el río y con el barro”, escribió Wright.
A medida que llegaban, los jóvenes participantes se quitaban los zapatos y las medias; se remangaban los pantalones tanto como podían y se aferraban a las cuerdas mientras cruzaban el río. Los consejeros de los JAS cargaron las valijas y la ropa de cama a través del puente.
“Más de 500 jóvenes cruzaron el río, los JAS cargaron a algunos sobre su espalda, mientras que otros cruzaron por sí mismos con cautela y a su manera, mientras se aferraban a las cuerdas de seguridad”.
“Unas horas más tarde, la lluvia comenzó a amainar. Lo habíamos logrado, y la experiencia de PFJ podía seguir adelante”.
Durante toda la semana se hicieron varias analogías con el cruce del río y relacionadas con el tema “Confía en el Señor”.
“Los JAS que se desempeñaron como consejeros, no solo cargaron y guiaron a los jóvenes a través de un río (literalmente), sino que además pasaron la semana enseñándoles y fortaleciéndolos de una manera que ha tenido un impacto profundo y significativo —enseñándoles y compartiendo herramientas para desenvolverse en un mundo cada vez más difícil. Las vidas han cambiado para siempre” escribió Wright.
El hermano Ahmad S. Corbitt, primer consejero de la presidencia general de los Hombres Jóvenes, participó de PFJ a través de Zoom. En su reflexión sobre el cruce del río, habló sobre el símbolo de aferrarse firmemente a la cuerda, confiar en los líderes, trabajar juntos mano a mano, y cómo suceden cosas maravillosas cuando se confía en el Señor.
“Espero que hayan cambiado para siempre y se lleven a casa el compromiso de ser constantes. Y si tropiezan en el camino, arrepiéntanse y continúen siendo constantes”. Dijo el hermano Corbit a los jóvenes.
Lea más información sobre el cruce del río durante la conferencia de PFJ en Johannesburgo en el sitio web de la Sala de prensa de la Iglesia en África (en inglés).