En nombre del comité ejecutivo de educación de la Iglesia, el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, aseguró a los estudiantes matriculados en BYU–Pathway Worldwide del amor del Salvador. “Ustedes son Suyos. Son Sus discípulos, y Él anhela bendecirlos mientras se preparan”, testificó.
Sentado junto al élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson —quienes también son miembros del comité ejecutivo— durante una transmisión devocional el viernes 9 de mayo, el élder Christofferson dijo que habló en nombre de los tres al dar testimonio del Salvador.
“Los bendecimos para que tengan Su influencia con ustedes mediante el Espíritu Santo continuamente”, dijo el élder Christofferson a las decenas de miles de estudiantes de BYU-Pathway repartidos por todo el mundo.
Con el presidente de BYU-Pathway Worldwide, Brian K. Ashton, como facilitador durante la transmisión, los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días respondieron preguntas sobre diversos temas, como aprender a reconocer la influencia del Espíritu Santo, cómo manejar el sentirse abrumado y cómo profundizar en el discipulado de Jesucristo.
Preparándose para la Segunda Venida
Cuando se le preguntó cómo la educación de BYU–Pathway puede ayudar a los estudiantes a prepararse para el regreso del Salvador, el élder Christofferson señaló que la preparación no se trata tanto de los eventos, sino de preparar a un pueblo para recibir al Señor.
“Eso significa, creo, que cada uno de nosotros debe esforzarse por ser lo mejor que pueda y luego influir en los demás — servir, edificar y ayudar a los demás de la misma manera”, dijo el élder Christofferson.
El élder Rasband señaló que, en su discurso más reciente de la conferencia general, “tuve la firme impresión de incluir una sección sobre BYU–Pathway, para beneficio de los estudiantes, para que supieran en todo el mundo cuánto los ama el Señor y cuán importantes son en la majestuosidad de este momento y en la premura de la obra del Señor”.
La presidenta Johnson compartió Doctrina y Convenios 88:78-80, donde se manda a los santos ser “instruidos en doctrina, en la ley del evangelio,” así como aprender “de cosas tanto en el cielo como en la tierra, y debajo de la tierra; cosas que han sido, que son y que pronto han de acontecer; cosas que existen en el país, cosas que existen en el extranjero; las guerras y perplejidades de las naciones, y los juicios que se ciernen sobre el país; y también el conocimiento de los países y de los reinos”. Deben hacer esto “a fin de que estéis preparados en todas las cosas” (versículo 80).
La presidenta Johnson dijo: “Eso es clave. Al prepararnos para la segunda venida de nuestro Salvador, Jesucristo, estamos preparados cuando obtenemos una educación; no solo ese aprendizaje espiritual, sino también el aprendizaje que nos prepara temporalmente y que nos permite participar más plenamente en la edificación de su reino”.
Aprendiendo el lenguaje del Espíritu
La siguiente pregunta se centró en cómo aprender a obtener, reconocer y seguir las impresiones del Espíritu Santo.
El élder Rasband compartió Moroni 7:16: “Pues he aquí, a todo hombre se da el Espíritu de Cristo para que sepa discernir el bien del mal; por tanto, os muestro la manera de juzgar; porque toda cosa que invita a hacer lo bueno, y persuade a creer en Cristo, es enviada por el poder y el don de Cristo”.
Si una impresión nos hace sentir bien o correctos, entonces proviene del Señor y debemos actuar en consecuencia, dijo el élder Rasband.
De niña, dijo la presidenta Johnson, le enseñaron que el Espíritu Santo se sentía como una manta cálida — reconfortante. “Así no es como el Espíritu Santo siempre obra en mí ahora”, comentó.
Ahora, a veces recibe una impresión o un empujoncito que puede resultar un poco incómodo o fuera de su zona de confort. Pero al actuar en consecuencia, se da cuenta de que es una indicación de Él.
El élder Christofferson dijo: “Todos necesitamos aprender el lenguaje del Espíritu... Y es como aprender cualquier idioma. Requiere esfuerzo, práctica y experiencia”.
El plan de estudios para aprender el lenguaje del Espíritu son las Escrituras. “Cuanto más nos adentramos en las Escrituras, más en sintonía nos sentimos con el Espíritu y más lo reconocemos”, enseñó el élder Christofferson.
Cómo afrontar el desánimo
Tras un viaje reciente a Brasil, el presidente Ashton señaló que muchos estudiantes de BYU–Pathway hablaban de sentirse abrumados — por la escuela, el trabajo, los llamamientos, la familia y otras expectativas. “Ustedes tres hacen tanto”, les dijo a los líderes de la Iglesia que los visitaban. “¿Alguna vez se desaniman o se sienten abrumados? ¿Y cuál es su mejor herramienta para levantar el ánimo cuando se sienten desanimados?”.
La presidenta Johnson compartió que escucha las palabras del presidente Russell M. Nelson todas las mañanas. “Eso hace la diferencia para mí. [El presidente Nelson] es optimista. Es alegre. Escucharlo a él y a sus palabras me revitaliza”, dijo. “Y salgo de casa pensando: ‘Puedo lograr esto porque el presidente Nelson lo está haciendo’. Así que esa es una herramienta que utilizo que me mantiene preparada para seguir adelante”.
No todas las cosas en nuestros días son iguales, dijo el élder Rasband, quien luego compartió Mateo 6:33: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Cuando hace su lista de tareas, el élder Rasband dijo que se asegura de que el Padre Celestial y la edificación de Su reino estén primero. “Es tan sencillo como orar. Es tan sencillo como estudiar las Escrituras. Es tan sencillo como decirle a mi esposa que la amo”.
El élder Christofferson hizo eco del consejo del élder Rasband de priorizar. “Si haces las cosas más importantes primero y te organizas según las prioridades, de alguna manera se logra, y no hay razón por la que no puedan pedir ayuda a Dios”.
Compartió 2 Nefi 32:9: “Debéis orar siempre, y no desmayar; que nada debéis hacer ante el Señor, sin que primero oréis al Padre en el nombre de Cristo, para que él os consagre vuestra acción, a fin de que vuestra obra sea para el beneficio de vuestras almas.
El élder Christofferson dijo: “Nos invita a pedir Su ayuda día a día, momento a momento”.
Llegar a ser más como Él
El propósito del Sistema Educativo de la Iglesia es formar discípulos de Jesucristo. En respuesta a una pregunta sobre cómo aumentar el discipulado, la presidenta Johnson invitó a los oyentes a elegir ahora —como lo ha invitado el presidente Nelson— ser discípulos de Jesucristo para toda la vida, a hacer convenios con Él y a cumplirlos. “Porque sé que cuando lo hagan, serán bendecidos por Su poder sanador y fortalecedor”, dijo.
El élder Rasband animó a los estudiantes a tomar decisiones tempranas en la vida para que no tengan que debatir en tiempos de crisis. “Tomen sus decisiones con anticipación, incluso encomiéndenlas al Señor, tal vez a través de otro ser querido o persona de confianza”. Y el Señor les ayudará a mantener su discipulado a lo largo de su vida”.
Amen al Señor, amen a Dios y expresen gratitud, añadió el élder Christofferson. “Sientan y expresen su gratitud hacia Ellos continuamente. Hay algo en los sentimientos y las expresiones de gratitud que atrae el Espíritu y, creo, fortalecería el discipulado de cualquiera”.
También animó a los estudiantes a servir continuamente. “Siempre que tengan la oportunidad de servir en la Iglesia, sea cual sea el llamamiento, aprovéchenla. Háganlo bien. Háganlo lo mejor que puedan. … Simplemente tengan siempre un llamamiento. Participen en Su obra y sírvanle como Sus discípulos”.
