Cuando el élder John D. Amos y su esposa, la hermana Michelle E. Amos, fueron llamados como líderes de la Misión Louisiana Baton Rouge, el presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, les brindó unas palabras de consejo las cuales echaron raíces en el corazón del élder Amos.
“Te has estado preparando toda la vida para esto”, recuerda que le dijo el presidente Eyring.
El élder Amos, que fuera sostenido como Setenta Autoridad General de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 5 de abril durante la conferencia general de abril de 2025, reflexionó sobre aquel consejo del presidente Eyring y compartió cómo el Señor, en realidad, lo ha estado preparando para servir.
“Estar centrado en Jesucristo”, dijo, “en verdad fue una luz que iluminó mi camino y me llevó a tomar todas las decisiones correctas”.
Ya sea prestando servicio en su hogar, en la Iglesia o en la Marina de los EE. UU, el élder Amos dijo que todas sus experiencias de vida —combinadas con un enfoque en el Salvador y el ejemplo fortalecedor de su esposa— resultaron ser esenciales para convertirse en un “verdadero ministro” del Señor.
Preparación a través de la conversión
El élder Amos nació el 2 de noviembre de 1961, en Lafayette, Louisiana, y su preparación —que duraría toda su vida— comenzó desde su más tierna infancia.
“Nací y crecí en el sur de Louisiana como un católico”, relató, añadiendo que sus padres —John N. Amos Sr. y Dorothy Victorian Amos— lo llevaban a él y a sus cuatro hermanos menores a la iglesia todas las semanas.
Sin embargo, en los últimos años de su adolescencia, el élder Amos dijo que su participación en la iglesia católica comenzó a disminuir.
“Dejé de ir a la iglesia con regularidad”, dijo.
Aun así, su fe en el Salvador permaneció intacta. “Siempre creí en Dios y en Jesucristo”.
Su creencia y conocimiento de Dios fueron aumentando a medida que aprendía las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, adonde lo llevó su “misionera” y futura esposa, la hermana Amos.
“Conocí a mi misionera en la universidad”, dijo. “Ella era muy atractiva, simpática y muy virtuosa, y eso [realmente] fue interesante”.
El élder y la hermana Amos se conocieron en la Southern University y en el A&M College de Baton Rouge, Louisiana, donde ambos estudiaban una especialidad en ingeniería eléctrica. La hermana Amos, que ya era miembro de la Iglesia, llevó al élder Amos a un baile de la Iglesia en su primera cita y así comenzó a compartir el evangelio con él, a medida que crecía su amistad.
Ella dijo, “Pude reconocer a mi esposo como un buen hombre, aunque no era miembro de la Iglesia”.
Estar centrado en Jesucristo, en verdad fue una luz que iluminó mi camino y me llevó a tomar todas las decisiones correctas.
— Élder John D. Amos
El élder Amos expresó que el carácter de su esposa y su discipulado ejemplar junto con el de otros Santos de los Últimos Días con quienes se relacionó, encendieron en él ‘la chispa’ de un continuo deseo de aprender más sobre el evangelio restaurado de Jesucristo.
“Al estar en contacto con miembros de la Iglesia y [ver] cómo vivían comprometidos con el evangelio de Jesucristo”, dijo, “también fue positivamente alentador e hizo que deseara saber más”.
A pesar de eso, el proceso de conversión del élder Amos llevó su tiempo. Durante dos años, se reunió con los misioneros de tiempo completo y continuó aprendiendo a través del ejemplo de la hermana Amos.
“En cierto modo, creo que hice perder la paciencia a más de un compañerismo de misioneros”, dijo. “Probablemente me veían como alguien que no se comprometía, porque siempre tenía muchísimas preguntas”.
Sin embargo, dijo que esos dos años fueron fundamentales para él, porque estaba lleno de preguntas que “solo el Espíritu y un esfuerzo intencional podrían responder”. También expresó su agradecimiento por la paciencia de la hermana Amos durante todo el proceso.
“Ella en ningún momento intentó convencerme a la fuerza”, dijo. “Que yo llegara a comprender el evangelio restaurado de Jesucristo, lo aceptara y recibiera respuestas, era algo que yo y el Espíritu teníamos que hacer”.
Una parte esencial en este proceso, también fue el estudio en oración del Libro de Mormón que hizo el élder Amos.
Durante el segundo año de sus reuniones con los misioneros, su obispo le permitió asistir a las clases de seminario temprano por la mañana con los jóvenes. Ese año estudiaban el Libro de Mormón y, a través de este estudio conjunto, el élder Amos se sintió atraído por la simplicidad del libro y su repetido testimonio de Jesucristo.
“Esa fue realmente mi verdadera conversión”, dijo. “[El Libro de Mormón] era tan atrapante, que era difícil dejar de leerlo”.
A medida que el élder Amos adquiría un testimonio de que “sin duda el Libro de Mormón era la palabra de Dios”, disminuía su necesidad de obtener respuestas específicas a todas las preguntas que le inquietaban”.
Continuó diciendo, “No es que tuviera todas esas respuestas, sino que simplemente dejaron de ser una prioridad”.
Al mismo tiempo que él avanzaba hacia el convenio bautismal con Dios, también progresaba su relación con la hermana Amos.
Ella relató que, como se había unido a la Iglesia con su familia cuando tenía 12 años, forjó un firme testimonio del Salvador y desarrolló la determinación de seguir Sus enseñanzas y sellarse en el templo.
“Mi meta era ir al templo y nunca dudé”, dijo ella. “Si [el élder Amos] no iba a ser la persona que me llevara allí, entonces no sería la persona con quien me casaría”.
Afortunadamente, el élder Amos por fin aceptó el evangelio restaurado de Jesucristo y fue bautizado en 1989. El élder y la hermana Amos se sellaron el 9 de junio de 1990 en el Templo de Atlanta Georgia.
La preparación a través del servicio
El élder y la hermana Amos llevan casados casi 35 años, en ese tiempo han edificado una vida familiar y profesional centrada en el Salvador Jesucristo y en el servicio a los hijos e hijas de Dios.
Después finalizar los estudios universitarios que cursaron juntos, la hermana Amos obtuvo una maestría en gestión de ingeniería y trabajó para la NASA durante 30 años. El élder Amos, obtuvo títulos y certificaciones avanzadas en ingeniería; y durante su carrera trabajó en varios puestos de investigación, desarrollo, diseño, operaciones y enseñanza de ingeniería.
El élder Amos afirmó que, pese a todo, siempre se mantuvieron centrados en el Salvador y en el fortalecimiento de su hogar y su familia.
Además, dijo el élder Amos, su crecimiento en el evangelio progresó a medida que observaba el ejemplo de su esposa y cultivaba la disposición de servir en cualquier capacidad que el Señor quisiera.
Dijo: “La misionera que se convirtió en mi esposa, tenía y aún tiene, un compromiso inigualable, firme y del 100 % con el evangelio restaurado de Jesucristo. Ese fue un cimiento sólido sobre el cual pude crecer”.
Siendo tímido por naturaleza, el élder Amos explicó que, como converso reciente, servía en silencio, pero fielmente. “Siempre me sentaba atrás porque soy callado, realmente no me ofrezco como voluntario, pero hago lo que me piden”.
Cuando recibió la asignación de ser el maestro orientador de unas cuantas familias del barrio, el élder Amos las visitó y ministró mes tras mes, hasta llegar a entablar una relación sólida con ellas.
Después de ministrar a estas familias durante unos cuatro años, el élder Amos relató que, sorpresivamente, recibió el llamamiento de servir como consejero en el obispado de uno de los hombres a quien él había servido fielmente como maestro orientador.
“Todos estaban sorprendidos y yo, más que nadie”, dijo.
El élder Amos era, todavía, un miembro relativamente nuevo de la Iglesia y dijo que había muchas lagunas en su comprensión de la administración de la Iglesia y de cómo cumplir con este llamamiento.
“Estar comprometido con el evangelio hace que uno madure a un nivel que no se puede conseguir de otra manera, y así, eso me hizo madurar a otro nivel de discipulado”. Además, dijo que cuanto más servía, más sentía la confianza que el Señor [tenía en él] para que participara en Su obra.
Con el paso de los años, el élder y la hermana Amos continuaron sirviendo y poniendo al Salvador por encima de todas las cosas. Cuando recibieron el llamamiento para ser líderes de la Misión Louisiana Baton Rouge de 2020 a 2023, estaban listos y deseosos de implementar cualquier cambio que fuera necesario para aceptar el llamamiento.
“Hacía mucho tiempo que habíamos tomado la decisión y asumido el compromiso”, dijo el élder Amos. “Cuando el Señor llama, simplemente respondemos”.
Como líderes de misión, el élder y la hermana Amos confiaron en la guía del Señor. Ninguno de los dos había servido una misión, sin embargo, sabían que, si ponían todo de su parte, el Señor magnificaría sus talentos y la comprensión de Su servicio.
La hermana Amos añadió” “Utilizamos todos los conocimientos que obtuvimos en la universidad, en nuestro trabajo y carrera; todo lo incorporamos a la misión”.
Al hacerlo, dijeron, pudieron ayudar a los misioneros a entender las sencillas doctrinas del evangelio y a esforzarse por convertirse en “discípulos para toda la vida”. También tuvieron la bendición de coordinar todo el “mecanismo” de la misión y ver los milagros que ocurrían a través de su servicio y el de los misioneros con quienes sirvieron.
“Simplemente, sentí una cercanía especial con lo que estábamos haciendo; traer e invitar a nuestra gente a venir a Cristo”, dijo el élder Amos, refiriéndose al milagro que fue servir en el sur de Louisiana, de donde él y su esposa son oriundos.
Mirando hacia el futuro, el élder y la hermana Amos saben que el Salvador continuará guiándolos, enseñándoles, y dándoles poder para cumplir con la parte que les corresponda en Su obra.
“No tengo miedo”, dijo la hermana Amos. “Tengo fe en que, si Señor me encomienda una tarea, Él estará allí conmigo”.
El élder Amos ofreció su testimonio y dijo: “Sin lugar a dudas, [el Salvador] guía y dirige Su obra, de la cual todos formamos parte. … Nuestra función es hacer, alegremente, las cosas que podemos, y, con toda seguridad Él hará los milagros”.
Acerca del élder John D. Amos
Familia: Nació en Lafayette, Louisiana, el 2 de noviembre de 1961, creció en Opelousas, Louisiana. Hijo de John N. Amos Sr. y Dorothy Victorian Amos. Se casó con Michelle Evette Wright el 9 de junio de 1990, en el Templo de Atlanta Georgia; tienen tres hijos y seis nietos.
Educación: Licenciatura en Ingeniería Eléctrica de la Southern University y del A&M College de Baton Rouge, Louisiana; estudios de posgrado y certificaciones en sistemas de energía eléctrica, procesamiento digital de señales e ingeniería nuclear.
Empleo: Jubilado; oficial de servicio de ingeniería en la Reserva de la Marina de los EE. UU.; director de ingeniería en Siemens Energy Inc. y profesor adjunto de ingeniería en la Universidad de Central Florida.
Servicio en la Iglesia: Setenta de Área en el Área Norteamérica Sudeste, Presidente de la Misión Louisiana Baton Rouge (en inglés), consejero de la presidencia de estaca, obispo, consejero de obispado, presidente de la Escuela Dominical del barrio, secretario ejecutivo del barrio, líder del grupo de sumo consejeros, líder de la Guardería.
