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La hermana Yee les cuenta a los estudiantes de BYU–I cómo crecieron las raíces de su fe en medio de la incertidumbre

‘Cuando dejé atrás todo lo que creía que debía tener, me abrí a lo que el Señor tenía preparado para mí’ dice la hermana Yee

El audio del artículo solo está disponible en inglés.

La hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, les dijo a los estudiantes de la Universidad Brigham Young–Idaho, en un devocional el martes 28 de enero, cómo aprendió por medio de la fe y desarrolló una relación por convenio más profunda con Dios, especialmente durante los períodos de incertidumbre en su vida.

“Sé que el Señor está consciente de lo que necesitan, de su familia, sus relaciones, sus intereses, sus talentos y su trayectoria individual”, afirmó ella en el BYU–I Center en Rexburg, Idaho. “Él los ama; y porque Él los ama, nunca dejará pasar la oportunidad de amarlos y bendecirlos, incluso la oportunidad de hacerles crecer”.

La hermana Yee relató que cultivó 14 plantas de tomates el verano pasado. Después de trasplantarlas de sus pequeños recipientes temporales y colocarlas en la tierra, las plantas se veían marchitas y se inclinaban hacia un lado. Sin embargo, la hermana Yee les brindó cuidados especiales, dándoles más agua y poniendo a su lado pequeñas estacas para que tuvieran más apoyo.

La hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, saluda a estudiantes y profesores en un devocional en la Universidad Brigham Young-Idaho, en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025.
La hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, saluda a estudiantes y profesores en un devocional en la Universidad Brigham Young-Idaho, en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025. | Hans Koepsell, BYU–Idaho

“Estas tiernas plantitas comenzaron a echar raíces, a fortalecerse y crecer”, dijo. “Cuando nos trasplantan a nuevos lugares, que nos traen experiencias, personas y relaciones nuevas, nos lleva un poco de tiempo aclimatarnos y, en algunos casos, comprender el por qué estamos allí”.

También dijo que le parece que el Señor está más interesado en fortalecer Su relación con cada persona, que brindarles la comodidad de conocer el futuro.

“Aunque el crecimiento y el cambio son una parte esencial de nuestro progreso y del convenio que hemos asumido; afortunadamente, hay constantes [que nos resultan conocidas] en nuestra vida que nos brindan equilibrio y anclaje en tiempos de cambio”, dijo la hermana Yee. “Esas constantes eternas son nuestro Padre Celestial y Salvador Jesucristo —Su amor perfecto por ustedes, Su total conocimiento de ustedes, Su poder y las promesas del convenio”.

Escuela de arte

Cuando tenía 16 años, la hermana Yee se trasladó de la casa de su familia en Burley, Idaho, a San Francisco, California para asistir a la escuela de arte, con la esperanza de llegar a trabajar para Disney.

“Allí fue donde me di cuenta de una manera profunda y personal que yo quería a mi Padre Celestial y al Salvador Jesucristo en mi vida, más que a nadie o nada en el mundo”, dijo.

Los alumnos se sientan en un auditorio y escuchan un devocional con la hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, en el Centro BYU–I en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025.
Los alumnos escuchan un devocional con la hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, en el Centro BYU–I en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025. | Lauren Dominguez, BYU–Idaho

La hermana Yee encontró consuelo y paz al leer Josué 1:9, que dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”.

La hermana Yee dijo: “Comencé a buscar el consejo del Señor y a preguntarle adónde quería que fuera, qué deseaba Él que yo hiciera”.

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La respuesta fue que asistiera al Ricks College (que más tarde se convirtió en BYU–Idaho).

“Aunque había ido a San Francisco en busca de educación y una carrera prometedora, obtuve algo infinitamente más valioso —un conocimiento más profundo de quién era yo como hija de un Padre Celestial amoroso y bondadoso”, dijo. “Las raíces de mi fe crecieron más profundamente en esa época, al adentrarme en lo que percibí como como una parcela de tierra nueva, amplia y rica”.

Con el tiempo la hermana Yee asistió a BYU en Provo, Utah. Unos meses antes de su graduación, le ofrecieron una pasantía en arte y más tarde un trabajo en un estudio que Disney había comprado.

“Esta oportunidad llegó en el momento en que tenía a Cristo en el centro de mi vida, así que, con gratitud, todo encajó perfectamente”, dijo la hermana Yee.

La casa del Señor

Durante esta ajetreada etapa de su vida, la hermana Yee sintió la inspiración de recibir la investidura en el templo.

“La casa del Señor se convirtió en un refugio y en una constante muy necesaria en medio de los cambios y las exigencias en mi vida”, afirmó la hermana Yee. “Es aquí donde encuentro alivio de las inquietudes del mundo, alivio en mi soledad y alivio al sentir el amor personal de Dios por mí”.

La hermana Yee explicó que recibir su investidura permitió que sus raíces espirituales crecieran y se expandieran.

“Hallé fortaleza en una fuente inagotable y esencial, llena de ricos nutrientes eternos. Mi relación con Dios a través del convenio creció y se hizo más profunda”, dijo.

Lo que el Señor tenía reservado

Después de trabajar 13 años para Disney, la hermana Yee tuvo la clara impresión de que ya no debía seguir allí. Al dejar la estabilidad de ese trabajo, recuerda haber pensado “así se siente vivir por la fe”.

“Cuando dejé atrás todo lo que creía que debía tener, me abrí a lo que el Señor tenía preparado para mí”, dijo. “Aunque me había alejado de lo que parecía un lugar próspero y estable para adentrarme en un desierto desconocido, el Amo de la viña se preocupó mucho por nutrirme, consolarme y fortalecerme”.

La hermana Yee concluyó su mensaje testificando que, en la medida que confiemos en Dios y pongamos en primer lugar nuestra relación por convenio con Él, todas las oportunidades y desafíos que se presenten obrarán juntos para nuestro bien.

Los alumnos asisten a un devocional en el Centro BYU–I en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025 con la hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro.
Los alumnos asisten a un devocional en el Centro BYU–I en Rexburg, Idaho, el martes 28 de enero de 2025 con la hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro. | Lauren Dominguez, BYU–Idaho
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