URUBAMBA, Perú – En este lugar conocido por sus imponentes picos de los Andes y el Valle Sagrado, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se esfuerzan por vivir el Evangelio y cumplir con sus convenios.
Al hacerlo, reciben fortaleza y ayuda más allá de las suyas mediante una conexión de convenio con nuestro Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo.
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, llevó este mensaje al Distrito del Valle Sagrado, Perú, en un devocional el martes, 27 de agosto, que incluyó a más personas de las que han estado antes en la capilla de Urubamba, Perú, al mismo tiempo.
“Al recibir y vivir el Evangelio del Salvador por medio de hacer y cumplir convenios sagrados, no se eliminan las cosas difíciles de nuestra vida. Más bien, nos bendice y nos fortalece para enfrentar las cosas difíciles que siempre son parte de nuestra vida”, dijo el élder Bednar.
Al comenzar sus palabras, el élder Bednar saludó a todos en quechua diciendo “imaynalla”, o “¿cómo están?”. La gente respondió “allinmi”, que significa “bien”.
Al concluir, bendijo a la congregación para que supiera que las bendiciones del evangelio de Jesucristo son para cada uno de ellos, individual y personalmente.
Las funciones y dones divinos de hombres y mujeres
El élder Jorge T. Becerra, Setenta Autoridad General y presidente del Área Sudamérica Noroeste, testificó de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” y de la función y los deberes divinos de los padres.
La hermana Susan Bednar expresó los muchos dones que tienen las mujeres, invitándolas a “orar por el don del discernimiento, el don de la sabiduría y el don del amor”.
La hermana Debbie I. Becerra también invitó a las mujeres a reflexionar sobre cómo pueden compartir su voz y su luz con los demás.
Los mensajes conmovieron a Minerva Ramos, de la Estaca Sicuani, Perú, quien recientemente fue llamada a servir en la Misión Brasil Sao Paulo Sur.
“Creo que algo importante que necesitaba era saber que el Señor nos necesita hoy en día y que las mujeres tienen un papel importante en la Iglesia y pueden hacer más en esta obra”, dijo. “Nuestros ejemplos son algo que todo el mundo observa”.
El presidente William Garrasco, consejero de la presidencia de la Misión Perú Cusco, se sintió inspirado a recordar que cuando enfrenta desafíos o problemas, puede ejercitar la fe haciendo las cosas básicas.
“Somos un pueblo de convenios y todas las bendiciones que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros dependerán de cómo honremos nuestros convenios”, dijo el presidente Garrasco.
Cimientos firmes
Alrededor del Valle Sagrado hay muros y formaciones rocosas que han permanecido en pie durante siglos —r estos de la antigua civilización inca. Las piedras están colocadas firmemente unas contra otras y moldeadas profundamente en el suelo.
Caminar entre algunas de las estructuras trajo a la mente del élder Bednar el himno: “Qué firmes cimientos”.
“La estabilidad de estas estructuras, lo mucho que han durado — es una gran lección para todos nosotros”, dijo.
Cusco, en la cordillera de los Andes del sur de Perú, es el hogar de casi medio millón de personas — la séptima población más grande del país. El presidente de la Iglesia, Russell M. Nelson, anunció una casa del Señor durante la conferencia general de abril de 2022 y se conocerá como el Templo de Cusco, Perú.
Francesco Galiano Abanto, quien se desempeña como director de comunicaciones de la Iglesia en Cusco, dijo que la gente de Cusco es muy tradicional y tiene una base sólida.
“Creemos mucho en Cristo. No solo nuestra Iglesia, sino que en general la gente tiene mucha fe en Cristo a través de diferentes costumbres”, dijo. “Entonces, cuando reciben a los misioneros, es fácil recibir el evangelio porque ya conocen de Cristo en sus costumbres”.
‘Conviértase en misionero’
Cuando el élder Bednar se reunió con la Misión Perú Cusco el martes, recordó a los misioneros que no están sirviendo en una misión durante 18 o 24 meses, están sirviendo en una misión toda su vida.
“Los bendigo para que aprendan a ser diligentes”, dijo. “Si ejercen su fe en el Salvador, se convertirán en misioneros ahora y seguirán siendo misioneros para siempre”.
La invitación y la bendición tocaron el corazón de la hermana Raquel Bitsilly, de Gallup, Nuevo México.
“No es el final una vez que terminas la misión”, dijo después de la reunión. “A medida que construyan los cimientos en Cristo, podrán tener los cimientos de su familia. Esto será de la casa del Señor”.
Su compañera, la hermana Nicole García de Cajamarca, Perú, dijo: “Sentí el Espíritu y pude recibir revelación para mí”.
Cuando los misioneros llamaron a su puerta un año antes de su misión, la hermana Bitsilly no quiso escuchar. Pero, a medida que comenzó a aprender, dijo que todo tenía sentido — ya que se basaba en las tradiciones que tenía como nativa americana y las ampliaba.
“Sentí una conexión con todo lo que me enseñaron — ‘Esto es verdad, esto es verdad’”, dijo. “Este es el Evangelio. No termina, continúa”.