PROVO, Utah — Cuando el élder Gerrit W. Gong se acercó al púlpito, ubicado en la parte baja del Marriott Center, para dirigirse a los estudiantes recién graduados de este año de la Universidad Brigham Young, el Apóstol hizo un giro completo de 360 grados para poder “ver a todo el grupo”.
La ceremonia de graduación del jueves 25 de abril, que se llevó a cabo en una templada mañana de primavera en Provo, Utah, reconoció a los casi 7000 graduados que — junto a sus amigos, familiares y mentores — llenaron el centro, el cual cuenta con 19.000 asientos, hasta las últimas filas superiores.

Una ceremonia de graduación puede ser un momento de referencia espiritual, una invitación a mirar hacia atrás con gratitud y hacia adelante con expectativas y ánimo de aventura, señaló el élder Gong.
Como exalumno de BYU, el élder Gong reflexionó sobre el tiempo que estuvo en BYU y compartió tres de sus experiencias como estudiante de primer año que le ayudaron a convertirse en “su mejor versión cristiana de BYU” — una invitación que, repetidamente, extendió a todos los graduados durante su discurso.
El élder D. Todd Christofferson, un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles y presidente del comité ejecutivo del consejo de administración, presidió la ceremonia de graduación.
En 2017, el élder Christofferson fue recibido por el Prof. Dr. Vishwanath D. Karad, el fundador y presidente de la universidad World Peace, para participar de la inauguración de una estatua de bronce del profeta José Smith de 4.5 metros de altura ubicada en el World Peace Dome (Domo de la Paz Mundial) en Pune, India. Durante la ceremonia del jueves, BYU le otorgó a Karad un doctorado honoris causa en liderazgo educativo e internacional.

“Mis queridos amigos, tal vez sea el destino que la Universidad MIT World Peace de Pune, India; y la Universidad Brigham Young de Utah, EE. UU., se hayan unido con el objetivo común de establecer una cultura de paz en el mundo”, dijo Karad al aceptar el doctorado.
El presidente de BYU, C. Shane Reese dirigió la ceremonia y ofreció un breve discurso. También asistieron la esposa del élder Christofferson, la hermana Kathy Christofferson; el élder Clark G. Gilbert, Setenta Autoridad General y comisionado de educación de la Iglesia y su esposa, la hermana Christine Gilbert; y la hermana Wendy Reese, la primera dama de BYU.
BYU otorgó 7198 títulos durante la graduación de abril — 283 doctorados, 1095 maestrías y 5820 licenciaturas.

Las experiencias del élder Gong como estudiante de primer año
La primera experiencia que compartió el élder Gong fue la invitación que recibió para unirse a un grupo de canto, a pesar de que no sabía nada de música.
“Cuando pienso en ello, a través de los años, me pregunto si el hecho de abrir el círculo para incluir a un nuevo estudiante de primer año, que nunca antes ni desde ese entonces ha sido invitado a participar de un grupo de canto, ha hecho que yo quiera hacer cada círculo más grande, más inclusivo, más acogedor. Para mí edificar una comunidad basada en la pertenencia a un convenio fue real en BYU”, dijo.
Después, siguió el relato de cuando el joven élder Gong y algunos amigos se preparaban para un campamento, le pidieron que recogiera una caja con ejemplares del Libro de Mormón de la biblioteca de BYU para compartirlos con las personas que conocieran en el viaje.
“Para mí, el valor y la confianza para ser auténtico, incluso ser diferente cuando es necesario, fue algo que se nutrió aquí, en BYU”, dijo el élder Gong.

La tercera experiencia de primer año que compartió el élder Gong fue la guía que recibió de su mentor, el Dr. Arthur Henry King, un profesor de BYU que se convirtió a la Iglesia siendo adulto y además era un experto mundial en Shakespeare y retórica.
“El profesor King y muchos otros devotos profesores de BYU mostraron con su experiencia y ejemplo cómo la excelencia académica junto con la fe abierta y auténtica son complementarias, y pueden ‘bañarnos en la luz y el color del evangelio restaurado de Jesucristo’”. Las lecciones de vida sobre cómo evitar falsas dicotomías, y enlazar el espíritu y el intelecto de modo que puedan ir juntos, me bendicen hasta el día de hoy”, dijo el élder Gong.

Convertirse en la ‘mejor versión de BYU’
Con esto en mente, el élder Gong compartió su esperanza y la invitación para que los graduados recogieran con amor y gratitud lo mejor de sus propias experiencias en BYU y continuaran convirtiéndose en “la mejor versión cristiana, la más verdadera, feliz, libre y auténtica de sí mismos — o, en otras palabras, ser la mejor versión de BYU”.
El élder Gong dijo: “Por favor, que esta ceremonia de graduación de BYU sea una exhortación a cada uno de ustedes a convertirse, a nivel personal, en aquello que el presidente C. Shane Reese ha invitado a toda la comunidad de BYU a ser’. A nivel personal, ‘convertirse en BYU’ nos invita a ser la mejor y más verdadera versión de BYU, en cuanto a la fe, servicio y discipulado de por vida”.
Los graduados se convierten en la mejor versión de BYU cuando viven su doble herencia, hablando tanto el lenguaje de sus respectivas disciplinas, profesiones y habilidades como el lenguaje de la fe, propio de los discípulos de Jesucristo.
También se convierten en la mejor versión cuando edifican comunidades llenas de fe basadas en la pertenencia a un convenio — “quiénes somos espiritualmente, es decir, nuestra identidad espiritual; de quién somos, es decir nuestra pertenencia al convenio; y cómo usamos el libre albedrío dado por Dios para continuar descubriendo y convirtiéndonos en la mejor versión de BYU”.
Para concluir, el élder Gong les dijo a los graduados: “Que conserven lo mejor de sus experiencias en BYU en su corazón con gratitud y aprecio. Que llenen su existencia con una vida de convenios y sacramentos, más profunda en significado y enriquecida por su capacidad y deseo de servir y bendecir con una plenitud de gozo”.

‘Sin la cual no’
Al darle la bienvenida a los graduados, sus amigos y familiares, profesores, personal, administradores e invitados de honor, el presidente Reese utilizó la frase en latín “sine qua non”, la cual significa “sin la cual, no” o, en otras palabras, se refiere a algo imprescindible.
El presidente Reese les dijo a los asistentes, como homenaje a los miles de graduados: “Ustedes son las personas “sin la[s] cual[es] no” sería posible el día de hoy. Hoy, se trata de homenajear a nuestros graduados, pero también se trata de honrarse a ustedes mismos”.

Con algunas Lágrimas y muchas sonrisas, los graduados se pusieron de pie para aplaudir a quienes se encontraban en la sección “sin la cual no” del Marriott Center.
“Graduados de 2024, hoy comienza su jornada eterna para llegar a ser plenamente. Sigan a Jesús; honren sus convenios; vivan su vida en armonía con las enseñanzas de los profetas. Conviértanse en esa parte imprescindible, “sin la cual no”, de la vida de los demás”, alentó el presidente Reese.
En la ceremonia del jueves también hablaron la graduada Macy Rebecca West y la presidenta de los exalumnos de BYU Hillary Nielsen. La Orquesta de Cámara de BYU ofreció un número musical, “Oración de un niño”.