La plenitud de la doctrina de Cristo enseña que el Padre Celestial ama tanto a Sus hijos que quiere que todos vivan en un reino de gloria para siempre — más específicamente, que vivan con Él y Su Hijo Jesucristo eternamente.
“Él nos ha dado las enseñanzas y la oportunidad de tomar decisiones que nos asegurarán el destino y la vida que elegimos”, dijo el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, el sábado, 30 de septiembre por la mañana. “Todo esto es el resultado del plan amoroso de nuestro Padre Celestial para Sus hijos”.
En su mensaje final de la sesión de apertura del sábado de la conferencia general de octubre de 2023, el presidente Oaks detalló los reinos de gloria que esperan a los hijos de Dios después de la vida terrenal, y agregó que “el evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que seamos”.
“Bajo ese amoroso plan, hay múltiples reinos — muchas mansiones — para que todos los hijos de Dios hereden un reino de gloria cuyas leyes puedan ‘soportarse’ cómodamente”.
Con el presidente Russell M. Nelson participando de forma remota en la conferencia general mientras se recupera de lesiones en la espalda sufridas en una fuerte caída hace varias semanas, el presidente Oaks fue el oficial que presidió al inicio de las sesiones de la conferencia del fin de semana en el Centro de Conferencias de Salt Lake City.
La doctrina revelada de la Iglesia restaurada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que todos los hijos de Dios, con excepciones limitadas, heredarán en última instancia uno de los tres reinos de gloria, incluso el menor de los cuales “sobrepuja a toda comprensión” (Doctrina y Convenios 76:89), dijo el presidente Oaks.
Los tres reinos — el celestial, el terrestre o el telestial, como lo enseñaron el apóstol Pablo y el profeta José Smith — son heredados por los hijos de Dios según los deseos que hayan manifestado a través de sus elecciones.
El reino celestial tiene sus propios tres grados de gloria, siendo el más alto la exaltación — morar en la presencia de Dios y de Cristo para siempre.
El plan de Dios, basado en la verdad eterna, requiere que la exaltación sólo pueda alcanzarse mediante la fidelidad a los convenios de un matrimonio eterno entre un hombre y una mujer en el santo templo, matrimonio que en última instancia estará disponible para todos los fieles, enseñó el presidente Oaks.
“Por eso enseñamos que “el género es una característica esencial de la identidad y el propósito individual preterrenal, mortal y eterno”, dijo, subrayando “La familia: Una proclamación para el mundo” de la Iglesia.
El evangelio es más que solo algo para aprender — es para vivirlo. El presidente Oaks explicó que no basta simplemente con estar convencido del evangelio, sino que debemos de actuar y pensar de manera que nos convirtamos. En lugar de limitarse a saber algo, el evangelio de Jesucristo desafía a sus discípulos a llegar a ser algo.
El Juicio final, continuó, no es sólo una evaluación de la suma total de actos buenos y malos — de lo que hemos hecho — sino, es un reconocimiento del efecto final de nuestros propios actos y pensamientos — es en lo que nos hemos convertido.
“Los mandamientos, ordenanzas y convenios del evangelio no son una lista de depósitos que deben realizarse en alguna cuenta celestial”, dijo. “El evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que seamos”.
“Gracias a Jesucristo y Su expiación, cuando fallamos en esta vida, podemos arrepentirnos y volver a la senda de los convenios que conduce a lo que nuestro Padre Celestial desea para nosotros”, dijo el presidente Oaks.
Aún queda mucho por aprender sobre los tres períodos principales del plan de salvación — el mundo de los espíritus preterrenal, la mortalidad y la próxima vida — y su relación entre sí, dijo.
Pero, añadió que se conocen estas verdades eternas:
- “La salvación es un asunto individual, pero la exaltación es un asunto familiar”, dijo citando al presidente Nelson.
- Un Padre Celestial amoroso se asegurará de que Sus hijos reciban todas las bendiciones y todas las ventajas que nuestros propios deseos y elecciones nos permitan.
- Y que Él no forzará a nadie a una relación de sellamiento en contra de su voluntad. “Las bendiciones de una relación de sellamiento están aseguradas para todos los que guardan sus convenios, pero nunca forzando una relación de sellamiento a otra persona que no es digna o no está dispuesta”, añadió el presidente Oaks.
Concluyó: “Testifico de la verdad de estas cosas. Testifico de nuestro Señor Jesucristo, el “autor y perfeccionador de [nuestra] fe” (Moroni 6:4), cuya expiación, según el plan de nuestro Padre Celestial, lo hace todo posible”.